Teresa Rey
Medicina general
Las ventajas del robot Da Vinci en la cirugía de próstata
Aporta precisión al cirujano y beneficios al paciente como una recuperación más temprana
El robot Da Vinci posee distintas aplicaciones en el ámbito quirúrgico, pero donde ha supuesto un importante avance es en la cirugía de próstata. El cáncer de próstata que no se ha propagado a otras zonas del organismo se aborda a través de una intervención denominada prostatectomía radical, explican desde la American Cancer Society. Esta consiste en la extirpación de la glándula prostática, situada sobre la vejiga, además de una porción del tejido que la bordea y de las vesículas seminales (ubicadas encima de la base de la próstata y productoras del 60% del líquido seminal). Es una técnica que necesita mucha precisión debido a la anatomía y especial ubicación de la parte tratada, por lo que la utilización de la robótica aporta una serie de ventajas.
Cómo ayuda esta tecnología
Esta tecnología ya tiene una larga trayectoria tras de sí pues fue aprobada para su uso en el año 2000. Se creó con la intención de abordar cirugías complejas a través de un método poco invasivo. Es por ello que en el caso del cáncer de próstata ha sido positiva.
El complejo robótico Da Vinci permite al cirujano realizar la intervención sentado gracias a la consola ergonómica que lo compone. Cuenta a su vez con una torre donde se sitúan diversos controladores, cámaras y un sistema de audio, que ayudan al profesional a realizar el proceso. Posee también varios brazos robóticos, entre tres y cuatro, con los elementos quirúrgicos necesarios como los bisturís.
El cirujano tiene una visión tridimensional de la zona a intervenir, lo que favorece la precisión. Los brazos robóticos amplían el rango de acción de la mano, reducen el temblor y perfeccionan los movimientos del experto.
Al emplear el robot en una prostatectomía solo es necesario realizar unas pequeñas incisiones mínimas para introducir los brazos del aparato que son los elementos técnicos que dirige el doctor. Las incisiones apenas se apreciarán ya que miden entre 5 y 8 milímetros y no producen lesiones en la pared abdominal del enfermo, según explican desde Quirónsalud. Precisamente eso es lo que suele ocurrir cuando se recurre a otros métodos para tratar el cáncer de próstata: la cirugía laparoscópica abierta. En esta se efectúan incisiones de entre 8 y 12 centímetros.
En conclusión, con el robot Da Vinci el cirujano dispone de una mayor visión de la zona a tratar, y su precisión mejora gracias.
Ventajas para el paciente del robot Da Vinci
Para el paciente, el robot Da Vinci aporta una serie de ventajas. Por ejemplo, la reducción en el tiempo de estancia en el hospital y de recuperación al ser un método mínimamente invasivo. Esto implica que el mantenimiento con sondas y catéteres es menor y que podremos volver a nuestra rutina diaria antes, indican expertos de la Clínica Cemtro.
Al mismo tiempo se reducen las posibles complicaciones e infecciones, así como el dolor durante la cirugía o la pérdida de sangre.