Adolfo García-Sastre: "Estamos ante el principio del fin de la pandemia"

Investigador de prestigio mundial, catedrático de medicina y de microbiología, codirector del Global Health & Emerging Pathogens Institute y del Icahn School of Medicine at Mount Sinai en Nueva York, Adolfo García-Sastre nació en Burgos el 10 de octubre de 1965. Sus investigaciones se centran principalmente en mejorar las vacunas contra el virus de la gripe, investigar las interacciones entre estos agentes y sus huéspedes y desde hace dos años en el flavivirus y el coronavirus.​

PREGUNTA: Con una incidencia acumulada de casi 1.400 y más de 99.000 contagios diarios, parece evidente que la pandemia vuelve a ir por delante de nosotros…

RESPUESTA: Así es, volvemos a ir por detrás. Pero no es una cosa que solo suceda en España, está pasando en todo el mundo. Es muy difícil ir por delante de un virus como ómicron. El principal problema es que no ha habido la suficiente preparación para lo que ya se veía que era muy posible que ocurriese con mes y medio de antelación, cuando se detectó ómicron, porque para entonces ya estaba bastante claro que iba a hacer lo que lo que está haciendo.

P.: ¿Podemos hablar de la historia de una ola anunciada?

R.: Todo lo que ahora vemos que está causando ómicron era algoque resultaba muy probable que sucediese con los datos que se manejaban. Se sabía que podía ser más contagioso y desplazar a la variante delta de modo que con las medidas entonces adoptadas iban a subir los contagios porque ómicron es muchísimo más rápido que delta. Además, infecta a mucha mayor proporción de vacunados porque tiene más cambios y eso da lugar a que sea capaz de infectar a una mayor número de personas que ya han recibido la vacuna.

P.: ¿Quire decir que las vacunas pueden no proteger frente a la variante ómicron?

R.: Hay que tener una inmunidad muy alta para que no haya infección por ómicron y no hay tanta cantidad de vacunados que tengan una inmunidad muy, muy alta. Las personas vacunadas tienen, más o menos, la inmunidad media que no es suficiente para poder evitar infección y transmisión por vacunados, aunque sí da lugar a un porcentaje alto de protección en caso de enfermedad severa. Pero tener más infecciones entre vacunados y una cepa más transmisible, da lugar a una mayor rapidez de transmisión.

P.: ¿Qué más hemos aprendido de ómicron en esta ola?

R.: Otra cosa que más recientemente hemos aprendido de ómicron es que el tiempo que tarda desde que una persona se infecta hasta que es transmisible es mucho menor, lo cual también contribuye a una transmisión más rápida porque si transcurren seis días desde la infección a la transmisión, que es lo que ocurría con las variantes anteriores, y ahora son tres días desde que te infectas hasta que eres transmisible se contribuye a una mayor transmisión.

P.: Todo apunta a que la variante ómicron es más contagiosa pero menos peligrosa que las anteriores...

R.: Otra cosa que también se veía venir es que iba dar lugar a una enfermedad no con tanta proporción de casos severos. Eso fue lo primero que se estuvo estudiando de ómicron, si había alguna indicación que llevase a pensar que iba a ser más severo, pero los primeros datos indicaron que no, en todo caso se trata de una enfermedad más leve y eso es lo que también se está comprobando.

 

P.: ¿Ómicron es menos peligroso por sí mismo o por las vacunas?

R.: No está claro si la enfermedad es más leve porque el virus de por sí da lugar a una enfermedad más leve o si lo es porque hay una proporción mayor de infecciones entre vacunados que cursan un cuadro más leve de la enfermedad que es más severo en los no vacunados. Independientemente de si es por el virus o por el huésped, porque es cierto que muchos tenemos inmunidad preexistente o una combinación de ambos factores, lo cierto es que se trata de una enfermedad más leve, lo cual no quiere decir que no pueda causar problemas como los que han causado otras variantes. Todo depende del número de casos absolutos que se tengan de infección porque si baja la capacidad de inducir a enfermedad severa diez veces pero aumentan los contagios diez veces más que las anteriores variantes estaremos en la misma cantidad absoluta de enfermedad severa. Por eso es importante intentar que no se siga subiendo para evitar que empiece a haber problemas en las UCI. Ahora mismo los problemas son de asistencia sanitaria porque están completamente desbordados. 

P.: Algunos países, España incluida, están reduciendo el periodo de cuarentena por covid-19 en esta sexta ola, ¿tiene sentido esta medida?

R.: Creo que eso se hace, más que nada, por conseguir un balance entre la ausencia laboral y el reducir los contagios cuando se está en las cuarentenas. Hay tanta gente infectada que hay problemas de ausencia laboral, algo que afecta al día a día de la sociedad. Con los datos que tenemos, los cinco días se han tomado como una media, pero habrá personas que a lo mejor no son infecciosas a los tres días y habrá otras que sigan siendo infecciosas durante diez días. Para mí lo ideal sería que si eres positivo y estás en cuarentena, si a los cinco días no tienes síntomas, te haces un test de antígenos y si da negativo puedas salir de la cuarentena. Pero insisto en que yo recurriría al test de antígenos y para eso hay que tener suficientes test y proporcionarlos a las personas que están en cuarentena.

P.: Hay quien dice que ómicron es el principio del fin de la pandemia y que a partir de aquí se convertirá en una enfermedad endémica, ¿usted qué opina?

R.: Sí, yo soy de los que sostienen que es el principio del fin. Puede ser incluso el final y que después de esto el virus ya no cause tantos problemas. Pero sí veo como seguro que es el principio del fin porque la relación virus huésped está cambiando y eso es algo que hemos visto en todas las pandemias anteriores. El virus está causando ahora menos problemas de enfermedad severa, ya sea porque es menos severo en sí o porque ya hay mucha gente con inmunidad preexistente por vacunación o por infección anterior. La situación es muy distinta de la que había con las variantes previas. Ómicron está causando muchas más infecciones que las variantes anteriores pero no está causando tantos problemas de severidad y mucha de la gente que no está vacunada va a resultar infectada con ómicron, simplemente por la cantidad de infecciones que hay y van a adquirir inmunidad natural, no por vacunación sino por infección con el virus.

P.: ¿Cuando se da por terminada una pandemia?

R.: La pandemia acaba cuando hay suficiente gente con inmunidad preexistente y ómicron puede contribuir a aumentar esa inmunidad hasta un punto en que se siga transmitiendo pero a unos niveles muy inferiores, porque hay mucha gente que tiene inmunidad preexistente, y sin causar una gran proporción de casos severos por lo misma razón. Lo que hay que tener en cuenta cuando empezemos a ver que la pandemia se está acabando, o que se acaba, es que hay que seguir pendientes de continuar protegiendo a los grupos vulnerables, a los mayores de 60 años y a los inmunodeprimidos. Que se acabe la pandemia no quiere decir que no vaya a haber ninguna hospitalización, las habrá, sobre todo de personas en grupos de riesgo, ni quiere decir que no haya ondas estacionales, las habrá, y habrá, como digo hospitalizaciones, aunque no serán tantas como para originar una crisis sanitaria, pero después de la pandemia es conveniente proteger, cuanto más mejor, de una infección por covid a las personas de riesgo.

P.: En Israel ya se habla de una cuarta dosis vacunal para mayores de 60 años e inmunodeficientes, ¿está de acuerdo con esto?

R.: Yo creo que las cuartas dosis lo que hacen es reforzar la inmunidad, y eso es bueno, pero ahora mismo lo que mejor nos vendría, mejor que una cuarta dosis, es una dosis basada en ómicron... y ya se están produciendo. Como las dosis se tienen, más o menos, que espaciar para que sean más efectivas, las terceras y las cuartas, al menos cuatro meses y ahora mismo no tenemos mucha gente con tres dosis, primero hay que intentar conseguir las tres dosis y una vez que las tengamos, de cuatro a seis meses después de la tercera dosis, si pensamos que todavía ómicron está circulando a un nivel que causa problemas o que puede empezar a circular en invierno el próximo año a niveles que pueda causar problemas, sobre todo a grupos de riesgo, entonces es cuando habría que plantearse si se vacuna a todo el mundo o a grupos de riesgo con una vacuna que esté basada en ómicron.

P.: ¿Cree que debería implantarse la vacunación obligatoria?

R.: Nunca he estado a favor de la vacunación obligatoria, pero sí estoy a favor de que no se necesite vacunación obligatoria porque haya suficiente número de gente que quiere ser vacunada porque está claro que los riesgos que tienes de poder ser hospitalizado o de sufrir una enfermedad severa si no te vacunas son mucho mayores que si te vacunas. Es algo muy sencillo de comprender. Otra cosa es que haya gente que no se lo crea, pero esto es así y cuanto mejor se pueda explicar el por qué es mejor que te vacunes a que no te vacunes, mejor. Todo el mundo, cualquier persona, prefiere no ir la hospital antes que ir y la posibilidad que tienes de ir al hospital si no te vacunas es mayor que la que tienes si te vacunas. La gente que no cree que eso es así es gente que vive en un estado de negación e imagino que vivirá en un estado de negación no solo respecto a las vacunas sino respecto a muchas otras cosas porque no creen las versiones oficiales de lo que existe. Es un problema va más allá de la vacunación, es un problema de confianza en los medios oficiales y en los medios científicos. Pero hasta ahora yo veo que en España la cuota vacunal ha sido muy buena, está siendo muy buena y espero que siga así e incluso que pueda ser aumentada. Pero como te digo, me gustaría que no fuera necesario hacerla obligatoria y hasta ahora no he visto la necesidad de hacerla obligatoria en España.

P.: ¿Hay alguna posibilidad real de acabar con la pandemia si en los países ricos seguimos acumulando vacunas y negándolselas a los países pobres?

R.: Las pandemias se acaban con y sin vacuna. Se acaban cuando hay un número suficiente de gente con inmunidad que haga que el virus circule a un nivel mucho más bajo y cause muchos menos casos de enfermedad severa. Esa inmunidad se puede conseguir de dos formas, por vacunación o por infección. Si se adquiere por infección acarrea posibles consecuencias adversas, si se adquiere por vacunación se hace con un porcentaje ínfimo de posibles efectos adversos. Es decir, sin vacunación también se consigue acabar con la pandemia tarde o temprano, lo malo son las consecuencias que puede tener esa infección natural. Eso fue lo que se intentó al principio en países como Reino Unido o Suecia hasta que se dieron cuenta de que la gente se les moría.

P. Hay quien especula con la fecha en que podría acabar esta pesadilla, ¿usted se atrevería a poner una fecha?

R.: Ahora mismo parece que la pesadilla se repite con ómicron, pero es muy distinto cómo estamos ahora y cómo estábamos cuando empezó todo esto. Ómicron no está causando tantos casos graves como al principio. Es decir, la pesadilla va disminuyendo. No se puede decir que la pandemia acaba de un día para otro. No se pude decir que ayer teníamos pandemia y hoy no. Es algo que va bajando poco a poco y es imposible poder marcar una línea. Lo que iremos viendo es que gradualmente tendremos menos problemas hasta que digamos tenemos el suficiente número de no problemas. No va a ser fácil el declarar oficialmente acabada la pademia acabada. Si después de ómicron bajan mucho las infecciones y prácticamente no las hay durante el verano y durante el otoño se deberá esperar hasta el invierno y ver cuántos casos se registran para poder decidir si ese número de casos es lo suficientemente bajo como para afirmar que la pandemia se ha acabado. Es decir, no creo que se considere oficialmente acabada la pandemia hasta, al menos, después del invierno de 2022. Quizá la pandemia haya estado realmente acabada antes del invierno de 2022, pero oficialmente no se la pueda declarar acabada hasta que se conozcan esos datos.