Para gran parte de la población, la lepra es una enfermedad del pasado que fue totalmente erradicada.
No obstante, en España, de forma residual –la incidencia es mínima–, siguen dándose casos de esta patología causada por la bacteria Mycobacterium leprae, un patógeno, que afecta sobre todo a la piel,a las mucosas respiratorias altas y a los nervios periféricos, y cuyas secuelas pueden ser más o menos grave.
En concreto, según comentan desde la Fundación Fontilles, en 2022 se habrían registrado en España 10 casos de lepra, el doble que en 2021 –fueron 4–. La mayoría de ellos se dieron en dos CCAA: Baleares y Asturias, que registraron dos infecciones cada una.
Ahora bien, son datos muy inferiores de los que se registran en otros países, sobre todo, de Asia, América del Sur y Central o África.
Se estima que suele haber unos 200.000 casos al año en el mundo, cuenta el Catedrático de Microbiología, Raúl Rivas, en un artículo en la revista The Conversation, en el cual explica que el número de diagnósticos de esta patología habría aumentado en todo el mundo "un 10%, en tan solo un año, pasando de 128.405 casos localizados en 2020 a los 140.594 nuevos casos registrados en el mundo en 2021".
La principal hipótesis: durante los momentos más duros de la pandemia se han infradiagnosticado muchas de enfermedades, una de ellas, la lepra.
Cómo se contagia la lepra
Cabe recordar que esta enfermedad se transmite por contacto estrecho –normalmente entre convivientes y en condiciones de hacinamiento–.
“Esta bacteria se aloja y afecta principalmente la piel, produciendo lesiones. En el sistema nervioso periférico genera anestesia, que en los casos más severos puede llegar a desembocar en la aparición de úlceras, pérdida de los dedos de manos y pies y en otras lesiones que son irrecuperables”, indica en un comunicado de prensa del Colegio Iberolatinoamericano de Dermatología (CILAD) el Dr. Juan Periche Fernández, director del Programa de Control de la Lepra de la República Dominicana.
Prevención
Eso sí, se trata de una patología curable mediante antibiótico, por lo que su diagnóstico precoz es fundamental para atajar la enfermedad antes de que pueda dejar secuelas, puesto que el medicamento ataja la expansión de la bacteria, pero no revierte las lesiones.
Sobre el autor:
Pablo Recio
Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica.
Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial.