La incidencia en mayores de 60 años está disparada. Según los últimos datos de Sanidad, habría aumentado desde el viernes hasta este martes más de 100 puntos, llegando a los 790 casos por cada 100.000 habitantes a 14 días y con una positividad del 30% de las pruebas realizadas.
Y en paralelo, las hospitalizaciones y los ingresos en la UCI subirían ligeramente. En concreto, las camas estarían ocupadas en un 5,56% por pacientes Covid y las UCI en un 4,02%, habiéndose registrado 203 decesos.
Ya lo avisó la viróloga del CSIC Margarita del Val: "En dos semanas, en dos meses o en dos años, todos nos infectaremos de Covid". Y, por el momento, parece que su hipótesis se está confirmando, e incluso algunos lo están haciendo varias veces.
Y es que, según la mayoría de expertos consultados por 65YMÁS, era previsible que ómicron y sus subvariantes siguiesen haciendo de las suyas tras la sexta ola, contagiando a quienes no habían tenido contacto él –por el aislamiento, por azar o por el efecto de la vacuna o de un contagio reciente– y reinfectando a algunos que perdieron gran parte de la protección que habían generado y a los que nunca la desarrollaron.
Sin embargo, aunque se podían prever aumentos de la transmisión tras la primera ola de ómicron, como ha ocurrido en Francia o Reino Unido, lo que no se sabe con certeza es cuánto subirá realmente la curva –por si hay riesgo de saturación hospitalaria– ni cuánto tardará en descender.
La razón: que suba o baje la ola depende de cuántas personas susceptibles de contagiarse haya, de la propia dinámica del virus –la ola se ralentiza cuando al patógeno le cuesta encontrar infectables–, de si se inyectan más vacunas de forma masiva y del comportamiento social.
Además, hay que tener en cuenta que este aumento de casos no es un fenómeno uniforme en toda España. Por ejemplo, en ciertas autonomías como Galicia, Asturias, Murcia, Castilla y León, Castilla-La Mancha o Andalucía, entre otras, la curva de mayores de 60 años asciende de forma exponencial, mientras que en Madrid o en Cataluña todavía no se observa esta tendencia.
¿Casos más graves?
Una vez descrita esta situación, cabe preguntarse: ¿se deben preocupar los mayores que no se han contagiado todavía por este aumento de la transmisión? ¿Están bien protegidos?
La respuesta varía según el experto al que se pregunte y sobre todo en función de si el paciente tiene más de 75 u 80 años y de sus patologías previas. Ahora bien, la mayoría coincide en que podría ser interesante poner un segundo refuerzo a los más vulnerables para prevenir una potencial bajada de la eficacia de la vacuna contra cuadros graves; otros puntualizan que se debería también trabajar en la prevención, con el uso temprano de antivirales o de anticuerpos monoclonales y casi todos convienen en que, por ahora, este aumento tan importante de la transmisión en mayores se está notando poco en los hospitales, aunque los hay que no descartan que los ingresos aumenten –como ocurrió en Reino Unido–.
Finalmente, en línea con lo que propone la Organización Mundial de la Salud, cabe destacar que ciertos expertos piden ir más allá y volver a los test masivos con el objetivo de intentar evitar infecciones de vulnerables y reclaman reinstaurar el uso intensivo de la mascarilla por parte de toda la sociedad, la reducción de contactos y la distancia social, a la vez que se inyectan nuevas dosis, con el objetivo de evitar muertes y de asegurarse de que las hospitalizaciones sigan en mínimos en todo momento.
División entre los expertos
"Los contagios suben porque estamos en medio de una pandemia y hemos dejado de adoptar medidas de contención. La presión hospitalaria y las muertes ya aumentarán, siempre van más tarde. No sabemos aún qué porcentaje se pueden reinfectar por ómicron y no tenemos ni idea de cómo evoluciona la curva, porque hemos dejado de contar casos. Los datos de contagios que tenemos no son representativos de la realidad desde hace semanas. Lo más fiable son los ingresos y la mortalidad, en estos momentos", explica el médico e investigador de la Universidad de Leicester (Reino Unido), Salvador Macip (@DrMacip).
Según el jefe del Servicio de Inmunología del Hospital Clinico Universitario Virgen de la Arrixaca (Murcia), Manuel Muro (@manuelmuro5), el incremento de casos en personas de más de 60 años se debe a "la propia extensión de la variante ómicron silenciosa BA.2, que es un poco mas transmisible que la BA.1, y al número de test realizados a mayores de 60 años, donde la dosis de refuerzo se administró hace 5-6 meses, un tiempo que hace que los títulos de anticuerpos bajen en sangre, con lo que hay mayor porcentaje de contagio aunque, como mantienen la respuesta inmune celular, no son graves".
"Se contagian, pero sus defensas y su memoria inmunitaria al final vence al virus, por eso no hospitalizan y no van a la UCI, a no ser que tengan patologías o comorbilidades –enfermedades cardiovasculares, respiratorias, tumorales…–", apostilla.
Por ello, el médico no cree que se vaya a registrar un aumento muy grande de casos graves en proporción al número de infecciones totales. "La inmunidad celular y la memoria permanecen años. El único peligro sería una nueva variante muy distinta y más virulenta, cosa que creo improbable, pero que no se puede descartar con rotundidad", señala.
"Lo esperábamos: lo dije en varios medios, tras las festividades de Semana Santa y, posteriormente, al retirar las mascarillas. Era lógico, pero no asusta, ya que no sube tanto la hospitalización. Creo que la gripalización ha funcionado. Y es verdad que en todos los países ha ocurrido un repunte (llamésmole 'mini-ola') tras retirar medidas. Hay que mantener la tranquilidad mientras los índices hospitalarios se mantengan controlados. Para volver atrás siempre hay tiempo", comenta.
Asimismo, matiza, los casos actuales son "casi todos primeras infecciones de ómicron y reinfecciones pero de otras variantes".
"La transmisión tiene un impacto discreto"
Coincide con Muro el epidemiólogo e investigador de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (@GVAfisabio), Salvador Peiró.
"La situación actual es de un gran incremento de la transmisión –¡enorme!, aunque sólo tengamos datos de mayores de 60 años y se hagan menos pruebas–, derivado de una combinación de la retirada de medidas –aislamientos de casos y contactos, mascarillas en interiores, aforos, etc.– y un extraordinario incremento de las interacciones entre personas –fiestas, puentes, encuentros, festivales, jornadas y congresos…–. Contribuye el trasfondo de mensajes de 'fin de pandemia', 'hemos vuelto', 'por fin libres (de la mascarilla)', etc., que probablemente reducen la adherencia al control de las familias en la protección de personas mayores", argumenta.
Aun así, relativiza Peiró, "el incremento de la transmisión tiene un impacto discreto sobre la hospitalización –otro indicador difícil de interpretar, porque probablemente sólo la mitad de las hospitalizaciones serán 'por' Covid primaria, y la otra será 'incidental'–. La explicación más plausible es que la población, por vacunación o infección, mantenga un importante nivel de anticuerpos y, sobre todo, de inmunidad celular –que es la que reduce el riesgo de desarrollar covid grave–. Así parecen indicarlo los datos que se han hecho públicos del estudio de seroprevalencia de la Comunidad Valenciana".
Con todo, el epidemiólogo no se atreve a pronosticar cuándo se llegará al pico de la curva ni de qué dependerá. "La forma de las curvas, en las olas previas, venía muy determinada por la imposición de medidas restrictivas. Actualmente, esto es más difícil de predecir. Por un lado, cabe esperar que cuando se reduzca el efecto de las fiestas recientes –Semana Santa y otras– se desacelere algo la transmisión. Por otro, conforme nos distanciamos de la tercera dosis y la sexta ola, tenemos el efecto contrario. Y falta por ver el impacto, si es que lo llegan a tener, de los nuevos linajes de ómicron –BA.4 y BA.5– y los nuevos sublinajes de BA.2", puntualiza.
"No veo la necesidad de aplazar las cuartas dosis"
"La razón por la que están subiendo los contagios se piensa que es por una nueva subvariante de ómicron que también se está extendiendo por otros países. Eso, junto con la importante reducción de medidas que hemos llevado a cabo en España contribuye al aumento. Según Our World in Data, España es el único país del entorno donde las hospitalizaciones por Covid están aumentando. Esto me preocupa porque también es el que tiene a los mayores con la tercera dosis desde hace más tiempo, sin la cuarta y encima con la falsa seguridad de haber retirado las mascarillas en interiores y de no aislar a los leves. Me parece un cóctel peligroso y no veo la necesidad de aplazar los refuerzos cuando ya muchos otros países los están administrando y sabemos que en mayores funcionan contra ómicron", alerta por su parte la inmunóloga del CSIC, Matilde Cañelles (@CanellesMatilde).
Casos de Covid en diferentes países europeos.
"El aumento de contagios debe hacer rectificar el rumbo a las autoridades sanitarias"
"El notable incremento de la incidencia en mayores de 60 años obedece a varios factores que se conjuntan y generan esta situación epidemiológica de repuntes e incremento de la hospitalización. La situación debe preocuparnos y el aumento de contagios debe hacer rectificar el rumbo a las autoridades sanitarias estatales y autonómicas. Del 1 de abril al 3 de mayo, se ha producido un incremento del 72% en la incidencia acumulada a 14 días en mayores de 60 años. Hemos pasado de 459 casos por 100.000 a 790. Son nueve ya las comunidades y ciudades autónomas que superan los 1.000 casos en personas mayores: Asturias, Cantabria, Castilla y León, Ceuta, Extremadura, Galicia, Murcia, Navarra y La Rioja. Y en varias otras CCAA hay una infravaloración, porque no se están haciendo suficientes pruebas", expone el exdirectivo de la OMS, Daniel López Acuña (@lopezacunad).
Por otra parte, el epidemiólogo asegura que en el caso de Asturias las personas que se están contagiando ya se habían infectado con anterioridad. "En los estudios realizados tanto de los nuevos casos como de las hospitalizaciones puede verse que la gran mayoría son reinfecciones (95%), lo cual es altamente sugerente de la caída que está experimentando la protección inmunitaria en personas mayores, muy especialmente de más de 80 años. Hay también primoinfecciones, pero son un porcentaje muy reducido", apunta.
Y los factores que han posibilitado que esto ocurra son, según López Acuña: "1) Las decisiones erradas de la nueva estrategia de vigilancia y control de Covid aprobada por el Consejo Interterritorial de no aislar a positivos asintomáticos que pueden contagiar y de no hacer suficientes pruebas diagnósticas. 2) La relajación de medidas de protección durante los festivos, procesiones y festejos de Semana Santa en la que se dieron muchas interacciones desprotegidas sin mascarilla y sin respetar distancias físicas. 3) El decaimiento de la protección inmunitaria en personas mayores, especialmente de más de 80 años, que fueron los primeros en ser vacunados. 4) El advenimiento de nuevas variantes más contagiosas y con mayor proclividad a escapar de la eficacia vacunal. 5) La eliminación del uso obligatorio de la mascarilla en interiores".
Por esta razón, según el experto, "la presión hospitalaria subirá más adelante –del 1 de abril al 3 de mayo se incrementó en un 66%, de4.150 a 6.883 personas ingresadas y en algunas CCAA el número de camas ocupadas supera el 10%–" y "el pico de la curva tardará aún más puesto que aún no vemos todo el efecto acumulado de los distintos factores a los que he hecho referencia".
En esa misma línea se pronuncia el epidemiólogo y portavoz de la Asociación Madrileña de Salud Pública (@amasap), Fernando García. "Varios factores intervienen en el aumento de los contagios. Por una parte, el linaje BA.2 de la variante ómicron, mal llamada sigilosa, es aún más contagioso que el previo, BA.1, y desde finales de marzo es la forma predominante en España, con lo que cabe esperar que pueda contribuir al aumento de los contagios. Y por otra parte, la relajación de las medidas ha tenido sus efectos. Ha transmitido a la población la sensación de que la pandemia se ha superado o, al menos, se ha banalizado, con lo que se han restablecido las relaciones sociales prácticamente al nivel prepandémico, con su efecto consiguiente en el aumento de la transmisión de los casos y las autoridades han dejado de aplicar las medidas de salud pública y asistenciales de hace unos meses, lo que puede favorecer también la propagación de la infección", valora.
"No es cierto que las hospitalizaciones no suban. En una semana, desde el informe del Ministerio de Sanidad con cierre el 25 de abril hasta el informe con cierre el 3 de mayo, el número de casos hospitalizados por Covid-19 subió de 6.455 a 6.883, un 7%. Lo que no subió fue el número de ingresos en las UCI. Recordemos que hay una secuencia temporal clara: primero sube la incidencia, entre una o dos semanas sube la ocupación hospitalaria y tras dos o tres semanas sube la ocupación en UCI. Podemos estar en la segunda fase de esta secuencia. Por el momento, según el último informe de la Covid-19 en centros residenciales, aumenta la incidencia, pero no los fallecidos. También es posible que la mayoría de los casos sean ya vacunados, lo que les confiere todavía suficientes defensas frente a una enfermedad grave, como se observó en la sexta ola, en la que la ocupación en UCI en vacunados fue pequeña. No podemos saber qué pasará dentro de unos días, pero es previsible que a medida que aumente la incidencia lo hagan consiguientemente los ingresos hospitalarios, UCI y también el número de fallecimientos", pronostica.
"En esta pandemia es imposible prever con exactitud lo que va a pasar. En lo que llevamos de año, más de 15.000 personas han fallecido en España por Covid-19. Ahora hay 203 muertos semanales, una cifra mucho menor proporcionalmente, pero que si se mantuviera sin subir ni bajar supondría casi 11.000 fallecidos anuales, una cifra nada banal. Si sube la incidencia, subirá el número de muertos también. En la medida en que apenas hay restricciones y controles de salud pública, es previsible que los casos continúen subiendo, quizá no de modo explosivo dada la inmunidad natural y adquirida que tiene una buena parte de la población. No sabemos cuánto durará la que aportan las vacunas, pero si decae relativamente pronto, podremos ver mayores aumentos. Y, por el momento, los indicadores están en niveles de riesgo medio, aproximadamente. Si aumentan, las autoridades volverán a medidas más restrictivas para intentar frenar la transmisión. Aunque serán mucho más difíciles de aplicar, dada la sensación generalizada –y falsa, aunque inducida por las propias autoridades sanitarias– de que la Covid-19 se ha convertido en un catarro común, más o menos", critica.
"Los contagios suben porque muchas personas no mantienen las medidas de prevención frente a ellos –no uso de mascarillas, elevada movilidad,…– y la mayoría no se autoanalizan aunque tengan síntomas compatibles con la infección y aunque lo hagan y sean positivos siguen haciendo vida normal sin adoptar medidas de prevención de contagios a otras personas", cuenta el director del Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes, Juan José Badiola.
Y avanza: "Es difícil predecirlo, pero quizás la mejoría del tiempo atmosférico y la no existencia de acontecimientos masivos en las próximas semanas ayuden a alcanzar el pico máximo dentro de una o dos semanas".
Hospitalizaciones por Covid en diferentes países europeos.
"En un par de semanas cesará la subida de la IA"
Una opinión que no termina de compartir el parasitólogo y catedrático de la Universidad de Valencia, Rafael Toledo (@alfwarrior), que entiende que "es normal que suban los contagios al haberse liberado restricciones, y más, considerando que han coincidido una serie de eventos que pueden facilitar la transmisión".
"De cualquier forma, la incidencia acumulada creo que ya hace tiempo que dejó de ser una métrica útil para la descripción del impacto de la pandemia y debemos guiarnos más por los ingresos hospitalarios –especialmente UCI– y por los fallecidos. Y la situación es, afortunadamente, muy diferente: tenemos una población –incluidos mayores– con un background inmunitario muy importante, bien sea por vacunación, infecciones previas o ambas. Esto determina que, aunque se produzcan contagios, estos evolucionen de manera mucho más leve", precisa.
Finalmente, el epidemiólogo y también catedrático de la Universidad de Oviedo, Pedro Arcos, cree que ni siquiera se puede afirmar que realmente esté habiendo una ola, puesto que los datos que aporta el Ministerio y las Comunidades están incompletos.
"Ahora mismo, la vigilancia se hace sólo en mayores de 60 años y para poder decir que hay un aumento deberíamos también tener la información del resto de edades. Y aún asumiendo que esto esté sucediendo, pues sería normal, porque son los que primero se han vacunado y los que han perdido la protección, por lo que se estarían reinfectando", entiende.
"Y eso, parece que tiene una implicación pequeña. El impacto en enfermedad es bajo. Y no es del todo verdad que hayan aumentado los ingresos. Quiero decir, las UCI han bajado aquí. Y habría que saber si cuando se dice que ha subido el número de ingresos son 'con' Covid o 'por'. Así que una determinada cantidad de infecciones no tiene la misma implicación que antes, porque la mayoría de la población ha tenido contacto con el virus y la situación es distinta a la de hace un año", puntualiza.
Por consiguiente, Arcos propone limitarse a seguir vigilando al virus, por si surge una nueva variante que eluda la inmunidad, y revacunar a los más mayores. "Tenemos un agente muy infeccioso que ha perdido su capacidad patológica. El problema de Salud Pública ya no se parece en nada a lo que era antes. ¿Qué hay que hacer? Pues vigilar, asegurar la vacunación y probablemente el año que viene decidir si compensa inyectar dosis, como pasa con la gripe, a los más mayores o a personas con patologías respiratorias o cardiovasculares. Es más, si realmente el virus sigue la senda de convertirse en un resfriado, quizá no sea necesario vacunar a grupos grandes, sólo en ciertos casos particulares. El resto de vacunas habría que dedicarlas a otros países donde hay coberturas del 10 o el 20%", añade.
Y concluye con la siguiente recomendación de cara a los próximos meses: "Yo diría que para una persona de 60 o 65 años que esté sana quizá no tenga sentido revacunarse si el virus sigue evolucionando así. Ahora bien, si tienes un problema de salud, mejor hacerlo, e igual si se tiene 80 años, por las patologías y la edad o si se vive institucionalizado. El resto, pues se reinfectarán, como lo hacen ya por adenovirus, rinovirus y lo hacían antes con otros coronavirus. Si no nos vacunamos para el resfriado común, ¿por qué lo hacemos para este virus que está evolucionando hacia esa forma?".
Sobre el autor:
Pablo Recio
Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica.
Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial.