Puede que medio mundo se sorprendiese de que el cofundador de Microsoft, Bill Gates, y su esposa, Melinda, anunciaran su divorcio tras 27 años de matrimonio, pero al otro medio no le extrañó tanto. En realidad esta ruptura es una más de las ya conocidas como "divorcio gris", un fenómeno en aumento en todas partes durante las últimas décadas.
El término 'divorcio gris', o 'divorcio de plata', se utiliza para referirse a aquellos matrimonios que, aún peinando ya bastantes canas, deciden deshacer su unión después de décadas de convivencia.
Los Gates no han sido los primeros, apenas hace dos años Jeff Bezos, fundador de Amazon y también uno de los hombres más ricos del mundo, se divorció de su esposa, la escritora McKenzie Scott, después de 26 años de matrimonio. Y el exvicepresidente de los Estados Unidos, Al Gore y Mary Elizabeth Aitcheson, se divorciaron en 2010 después de 40 años juntos.
Pero estos son solo las puntas del iceberg que llegan a los medios de comunicación por la repercusión que sus imágenes públicas tienen en todo el mundo. En cualquier caso, hay una clara tendencia al "divorcio gris" por todas partes, pero se trata de divorcios de gente normal y sus nombres nunca aparecen en los medios.
Y es que los cambios que está experimentando la sociedad hacen que crezcan los divorcios en la cincuentena. De hecho, en España se ha pasado del 17,9% del total en 2013, al 27,2% en 2019, según los datos del INE, casi un 10 % más en tan solo seis años.
Esta tendencia la confirma Isabel López Paños letrada especializada en derecho de familia en el despacho de Hernández Echevarría Abogados: "En el despacho hemos notado un incremento. Antes a los 40 años se atravesaba una crisis enorme que en muchas ocasiones abocaba al divorcio, pero ahora esa edad de ruptura ha subido hasta los 50, 51,52... Sí, ahora mismo hay muchos matrimonios en torno a la cincuentena que se están divorciando".
También según los datos que maneja el INE, la media de edad de los cónyuges que deciden la ruptura de su unión también va aumentando progresivamente. De los 40,2 años para las mujeres y 42,8 para los hombres que se registraron en 2006, se ha llegado a los 45,4 y 52,6 en 2019.
En concreto, en 2019 el mayor número de divorcios tuvo lugar en la franja de edad entre 40 y 49 años, tanto en hombres como en mujeres. En las separaciones, el mayor número se dio en hombres entre 50 y 59 años y en mujeres entre 40 y 49 años. La edad media de las mujeres fue de 45,7 años (45,5 años en los divorcios, 50,6 en las separaciones y 41,2 en las nulidades). En el caso de los hombres, la edad media fue de 48,1 años (47,9 años en los divorcios, 52,9 en las separaciones y 43,8 en las nulidades).
"La vida se ha hecho muy larga"
La razón de este incremento puede estar, apunta López Paños, en que "antes con 50 años, y espero que no se me malinterprete, las mujeres, por lo general, nos acomodábamos y hoy en cambio hay muchísimas profesionales y trabajadoras incorporadas al mundo laboral que ya no tienen el miedo a esa dependencia del marido que se producía antes. Desde la incorporación de la mujer al mundo laboral, ya casi por completo, toman más la decisión de divorciarse ellas que ellos, el hombre se acomoda más, le cuesta más tomar esa decisión".
Inés Alberdi, precursora de la Sociología de Género en España, partícipe de la ley del Divorcio de 1981 y primera mujer española Directora Ejecutiva del Fondo de las Naciones Unidas para las Mujeres (UNIFEM), nos explica que esto puede deberse a que "cada vez más vivimos al día y la vida se ha hecho muy larga, lo que hace que la gente tome decisiones más o menos parecidas ya tengan 40 años o 60 en pro del deseo de ser feliz, de darse oportunidades, si acaso las ha perdido, y el divorcio no es algo exclusivo de gente joven sino algo de parejas que, por alguna razón, creen que ya no se entienden".
Por su parte, Sara Montejano, psicóloga de familia en Psicología Global nos asegura que "es cierto que ha aumentado el número de 'divorcios grises' y puede obedecer, desde el punto de vista psicológico, a diferentes causas. En primer lugar, casi todas las parejas mayores de 50 años están casadas. No es el caso de los jóvenes que deciden no casarse o casarse después de un tiempo de convivencia previa. Por lo tanto, hay más caldo de cultivo, más probabilidades de divorcio, entre los mayores porque hay más matrimonios que entre los jóvenes".
"A los 50 no se acaba la vida, al contrario, empieza"
En segundo lugar, la psicóloga apunta otro factor que facilita el divorcio a partir de los 50 años y es que "a esa edad, muchas personas ya han tenido anteriormente la experiencia de un divorcio. Un primer divorcio es muy doloroso, difícil de gestionar... pero con el segundo es diferente y te planteas que si superaste el primero con el segundo lo conseguirás más fácilmente. Ya no da tanto miedo enfrentarse a la soledad".
Un ultimo factor, no por ello menos importante, lo encuentra Sara Montejano en la longevidad, en que en España la esperanza de vida ha aumentado mucho y "hay bastante gente que con 50 años se puede dar cuenta de que está con una persona con la que realmente no es feliz, pero él o ella se encuentra joven, tiene salud y ve que le queda mucho por delante. Es entonces cuando se plantea que es el momento de emprender su vida en solitario, ve que es posible iniciar una nueva vida. Antes con 50 años ya eras mayor y además había poco que hacer a esa edad, pero ahora hay tantas alternativas, tantos caminos, que la gente comprende que a los 50 no se acaba la vida, al contrario, empieza".
En el mismo sentido, la socióloga Inés Alberdi explica que "no podemos pasar por alto ni olvidar un factor muy importante, que cada vez vivimos más y en unas mejores condiciones de salud. Esto lleva a poner en la balanza los problemas, los enfrentamientos y las dificultades en el matrimonio contraponiéndolos con la alternativa que se tiene fuera que, pienso, es de una calidad cada vez más similar entre la gente joven y los adultos mayores".
Mismos divorcios, mayor edad de los divorciados
El divorcio se legalizó en España hace ahora 40 años, en 1981, y la sociedad ha experimentado grandes cambios en estas últimas cuatro décadas. El país ha cambiado mucho y las tendencias en las rupturas matrimoniales son reflejo de ello. El número rupturas, incluyendo divorcios, separaciones y nulidades no ha fluctuado tanto desde el año 1998 ,cuando el Consejo General del Poder Judicial empezó a dar a conocer públicamente sus cifras, en aquel año fueron 92.875 procesos, un número muy similar a los 95.320 del año 2019. Lo que varía es la edad de los protagonistas.
Inés Alberdi que, como ha quedado dicho, fue partícipe de aquella Ley del Divorcio de 1981 nos recuerda que "en todo esto fue muy importante la Constitución porque en ella se decidió que hubiese divorcio y por eso llegó la Ley".
"Y tampoco podemos olvidar -apunta la socióloga- que en los años 80 divorciarse traía problemas, enfrentamientos con la Iglesia que hacía pasar por un pecado el divorcio. A la hora de decidir divorciarse pesaba mucho el ambiente social y el 'qué dirán'. Hoy todo eso ya ha desaparecido. La derecha estaba también en contra el divorcio, pero hoy se divorcian igual los de derechas que los de izquierdas".
"La sociedad española ha cambiado, se ha liberado mucho, ha secularizado el divorcio, ha igualado las pautas de comportamiento que se exigen a los hombres y a las mujeres y ha incrementado los deseos de las mujeres de vivir su propia vida, algo que cada vez se acepta más, no como sucedía antes cuando solo se aceptaba que el hombre debía vivir su vida, y la mujer debía admitirlo", explica Alberdi.
Lo cierto es que son las adolescentes de los 80 las que ahora tienen más de 50 años y se criaron con ideas más abiertas, libres y, si se quiere feministas de las que tuvieron sus antecesoras. Tal vez por ello, en la misma línea de Alberdi, Sara Montejo recuerda que "el rol social de la mujer ha cambiado totalmente. Antes, muchas mujeres no se divorciaban, aunque querían, porque sufrían una dependencia económica de sus maridos y además existía algo así como el 'estigma de la divorciada'. Pero ahora, la mujer tiene más independencia económica y divorciarse es algo casi cotidiano, una realidad más dentro de nuestra sociedad".
El factor económico
Y es que efectivamente el factor económico también influye en el 'divorcio gris'. "Uno de los frenos más importantes a la hora de divorciarse, que no deja de ser una solución que se toma en función de las alternativas que se tienen, es el factor económico. La gente con pocos recursos económicos tiene mucho más difícil divorciarse, en cambio si hablamos de una pareja ya mayor y asentada económicamente, con buenos medios, es más fácil tomar la decisión de divorciarse. Esto no significa que todos los ricos se vayan a divorciar mañana, pero es cierto que para ellos supone un problema menor que para quien no tiene su poder adquisitivo", reconoce Inés Alberdi.
"Nadie se levanta un buen día con 50 años y de repente dice que se va a divorciar, esto es algo que se viene gestando desde hace tiempo porque hay un deterioro en la relación y muchas parejas deciden separarse cuando ya están liberados de cargas que, generalmente, es cuando los hijos ya son lo suficientemente mayores como para ser independientes o, al menos, no tienen tanta dependencia de sus padres que, además, ya habrán terminado de pagar sus hipotecas", abunda Sara Montejano.
Divorciarse nunca es fácil, pero, según la psicóloga, "es igual de traumático para un joven que para un mayor, aunque cada edad tiene sus ventajas y sus desventajas. Una ruptura siempre supone tener que hacer un duelo. No solo pierdes a la persona que tienes al lado, también un proyecto de vida en común. Todo eso cuesta, pero quizás no cuenta tanto la edad que tengas sino los recursos que tengas para poder reconstruir tu vida, recursos tanto emocionales como sociales, el apoyo social es importantísimo para cualquier duelo. Y por supuesto también está el factor económico. Las parejas que tienen menos medios se divorcian menos que los que tienen mayor poder adquisitivo y pueden permitirse, por ejemplo, ir a terapia.
Matrimonio durante 20 años
Otra estadística interesante. La duración media de los matrimonios hasta la fecha de su disolución fue, en 2019, de 16,7 años en los matrimonios disueltos por divorcio y en los matrimonios separados fue de 23,2 años. Si hacemos la media entre divorcios y separaciones los matrimonios que deciden hoy romper en España han durado 19,95 años, casi dos décadas.
Pero esta es solo la medía porque según se desprende de los datos del INE, casi uno de cada tres, el 32,8% de los divorcios se produjeron después de más de 20 años de matrimonio.
Para Sara Montejano puede llegar un momento en el que "de repente, después de 20 años criando hijos miras a tu lado y ves a un señor o señora sentado en el sofá y te dices a ti mismo es que ya no sabes quién es. En el transcurso de la vida las personas van cambiando, tienen diferentes inquietudes, preocupaciones, anhelos, necesidades... y todo eso va ocurriendo mientras tienes que sacar adelante esa vida. Entonces, cuando alguien ha sacado por fin adelante todas sus responsabilidades, la persona que está a tu lado ya no es con la que te casaste hace 25 años. Es otra persona que puede llegar a ser absolutamente desconocida para ti".
Y por supuesto también, se debe tener presente que los 'divorcios grises' afectan a los hijos. "Hemos notado que han aumentado este tipo de consultas entre las personas mayores, pero no solo entre ellos sino también de sus propios hijos que sabían que sus padres no se llevaban bien, pero que ahí estaban. Hasta que un día van a su casa a comer y le cuentan que se van a divorciar", nos explica la psicóloga antes de agregar que "para ellos es un shock, supone un cambio de escenario absoluto. Ni se les había pasado por la cabeza que los padres, a esa edad, pudieran divorciarse. Para los hijos, la imagen de los padres es de pareja, aunque sepan que la relación no funciona del todo bien, pero estaban juntos y había una relación deteriorada pero estable. Este es un duro golpe para ellos"
Aunque, por supuesto hay también que tener muy en cuenta lo que nos explica Isabel López Paños: "A más edad, la decisión de divorciarse está más meditada por ambas partes y también les cuesta mucho más tomar la decisión. Hay que tener en cuenta que ya llevan 20 o 30 años casados y son muchas las dependencias, los apegos... todo eso es mucho más difícil de romper. De hecho, últimamente están llegando al despacho muchas parejas que previamente han intentado solucionar su situación haciendo terapia, son cerca de un 30 % las que vienen a nosotros después de haber intentado arreglar sus diferencias en una terapia de pareja".