El envejecimiento de la población española está provocando que aumente progresivamente la demanda de servicios de enfermería y que, con las plantillas actuales, cada vez sea más complicado atender correctamente las necesidades de todos los pacientes.
Los autores del documento prevén que esta carencia de personal se agudice en los próximos años por varios factores tales como la inversión de la pirámide poblacional –los mayores de 65 años son los principales usuarios de la Sanidad–, la falta de trabajadores jóvenes, las insuficientes nuevas plazas para estudiar la profesión, el envejecimiento de las plantillas, la fuga de talentos a otros países durante los años de la crisis, etc. Y estas deficiencias, podrían afectar al sistema nacional de salud, a la sanidad privada y a la atención a la dependencia –sector sociosanitario–.
En concreto, adelantan, serán necesarios "127.000 trabajadores de enfermería en el país entre 2023 y 2030" para igualar la brecha de profesionales y adecuarse a niveles de la Unión Europea.
El problema del relevo generacional
Fuente: Informe 'Regulación y eficiencia en el sector sociosanitario. La escasez de personal de enfermería, ante una presión asistencial creciente'.
Basta con echar un vistazo a las cifras para ver que el problema de falta de personal es real y que, en parte, tiene que ver con el escaso relevo generacional, que no sólo está relacionado con el envejecimiento poblacional sino también con una deficiente organización de los recursos en los últimos años.
Según afirman desde Foro Regulación Inteligente en un comunicado de prensa, "entre 2021 y 2022, las plazas ofertadas de Enfermería suponían el 21% de la demanda de aquellos que querían entrar a estudiar esta rama en la universidad".
Un porcentaje, que no sería suficiente para responder al reto que supone que el 45% de los profesionales, es decir, uno de cada dos aproximadamente, esté en edad de jubilación o se vaya a retirar en los próximos años, según se detalla en el informe.
A todo ello, habría que sumarle otro factor: la fuga de talentos. "El mercado único ha hecho que otras economías europeas recluten a profesionales sociosanitarios formados en España, suponiendo que cada año se recauden 940 millones de euros menos en nuestro país", indican.
Fuente: Informe 'Regulación y eficiencia en el sector sociosanitario. La escasez de personal de enfermería, ante una presión asistencial creciente'.
Sector privado vs. sector público
Y esta carencia de personal se agudiza en el sector privado, argumentan, que tiene "dificultades específicas para captar personal, debido a las distorsiones que introduce la competencia con el sector público, sobre todo por la mayor estabilidad laboral vinculada al empleo funcionarial".
Además, apostillan, "el nuevo modelo de residencias aprobado por el Gobierno impone unas ratios que no concuerdan con la falta de personal cualificado, sobre todo con respecto al de enfermería, ya que exige la incorporación de trabajadores que no existen", por lo que recomienda bonificar las cuotas de la Seguridad Social y replantearse las ratios, como alternativa.
Fuente: Informe 'Regulación y eficiencia en el sector sociosanitario. La escasez de personal de enfermería, ante una presión asistencial creciente'.
Propuestas
Ante este panorama, desde el think tank proponen "la creación de nuevas titulaciones de Formación Profesional adaptadas a la coyuntura, por ejemplo, en el caso de la especialidad de geriatría en hospitales o en las residencias de mayores para dar respuesta a los cuidados básicos necesarios que demanda esta especialidad", "contratar talento cualificado que proceda de terceros países", "aumentar las plazas universitarias en enfermería y en todos los sectores donde exista una brecha creciente de oferta y demanda", "realizar programas de jubilación flexible que traigan consigo una mejora de las condiciones laborales a la vez que una mejor pensión de cara a la jubilación definitiva" y "desarrollar deducciones específicas a los trabajadores expatriados para que regresen, como por ejemplo reducciones en la cuota de la Seguridad Social", entre otras soluciones.
Las consecuencias de tener pocos enfermeros
Desde el sector de la enfermería aseguran a 65YMÁS que comparten buena parte de las conclusiones de este informe. "Coincidimos con el informe publicado sobre el crónico y estructural déficit de enfermeras que hay en nuestro país pese a las crecientes necesidades existentes de su labor asistencial y cuidados por parte de una población cada vez más envejecida y con mayor dependencia, pluripatologías y cronicidad", indican a este diario desde el sindicato de enfermería SATSE (@Sindicato_SATSE).
"Ante esta lamentable realidad, el sindicato viene reclamando distintas medidas y actuaciones a las diferentes administraciones públicas y partidos políticos, como incrementar las plazas del Grado de Enfermería, propiciar el retorno de los miles de profesionales que emigraron a otro país y el incremento de las plantillas en los servicios de salud", afirman.
Con todo, matizan, "en el ámbito sociosanitario, no compartimos la propuesta del informe de crear nuevas titulaciones de Formación Profesional si el objetivo es que las entidades privadas que gestionan las residencias de mayores puedan contratar a perfiles profesionales a menor coste. Los profesionales sanitarios competentes son las enfermeras y enfermeros, en base a su cualificación y la normativa actual, y lo que se debe hacer es propiciar su mayor presencia en este tipo de recursos asistenciales".
"De cara a futuro, hay que tener muy claro que si no hay suficientes enfermeras o las que hay trabajan en unas penosas condiciones, las consecuencias son claras y constatables para el paciente o cualquier persona: menos salud, menos seguridad asistencial y menos calidad de vida. Para evitar estas consecuencias, se necesita una clara voluntad pública y política de priorizar la sanidad y destinar los recursos humanos y medios necesarios. Más financiación pública, más profesionales y menos precariedad laboral", enumeran.
"La reducción del número de enfermeras va a hacer que la calidad asistencial disminuya muy rápidamente", explica Javier Morillo, enfermero y vicepresidente tercero de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (@SEMES_).
"Para cambiar la tendencia es importante, primero, el reconocimiento de la profesión a nivel social. Por otra parte, el reconocimiento laboral y el nivel. Ahora, estamos en el A2 cuando debería ser, como otros profesionales sanitarios, el A1", señala.
"Y también hay que adecuar la profesionalidad de las enfermeras que están dando esa asistencia, y eso se hace a través de la creación de las diferentes especialidades, que no están ahora mismo adecuadas a las necesidades. Y una de las más evidentes, es la de enfermería de urgencias y emergencias", apunta.
"El informe del Foro Regulación Inteligente obvia un aspecto clave, que subyace a la situación de los profesionales de la enfermería en España: sus malas condiciones de trabajo, tanto en lo que respecta a la estabilidad en el empleo como a su remuneración. Además, el número de enfermeras por pacientes y por habitantes en España es muy inferior al de otros países y al recomendado por las autoridades sanitarias internacionales, lo que puede convertir el trabajo de enfermería en una pesadilla. España es un país puntero en la calidad de la enseñanza de la enfermería. Sus profesionales son muy bien valorados en otros países, como el Reino Unido, Suecia, Alemania, Francia o Portugal, países que ofrecen condiciones laborales mucho mejores que aquí. Mientras no mejoren las condiciones de trabajo de la enfermería, España seguirá siendo un país que forma a profesionales que van a buscarse un trabajo mejor fuera. Sin hablar de mejorar las condiciones de trabajo, no tiene sentido hablar de aumentar el número de plazas universitarias o favorecer el acceso de personas de terceros países", valora el portavoz de la Asociación Madrileña de Salud Pública (@amasap), Fernando García, quien demanda asimismo que se mejoren las condiciones no sólo en el sector público sino también en el privado y en residencias. Un cambio, que requerirá de más inversión, asegura. "No hay que olvidar que garantizar los derechos de los ciudadanos muchas veces cuesta dinero", sostiene.
Por su parte, los principales usuarios de la Sanidad, los mayores, también ven necesario adecuar las plantillas a los servicios que se necesitan en el presente y a los que se demandarán en el futuro, y mejorar las condiciones en las que trabajan los profesionales.
"En la actualidad, nuestro sistema de salud ha dejado de hablar de la proximidad del cambio demográfico y social para intentar redefinir de manera continua qué nuevas necesidades tienen los ciudadanos y las ciudadanas. Se asume que, en adelante, los cambios serán constantes y se deberán encontrar soluciones factibles, tanto para mejorar la calidad asistencial como el coste-efectividad del sistema, con una visión global y transversal que mejore la continuidad de la atención a las personas sujetas a los cuidados enfermeros en todas las edades y en todas las etapas de la vida. Uno de los retos más importantes es desarrollar sistemas de salud más integrados, adecuando esfuerzos para cuantificar y analizar los resultados y el valor real de las
estrategias para la mejora y la innovación de servicios", opina el presidente de la Federació d'Associacions de Gent gran de Catalunya (@Fatec), Josep Carné.
"En Catalunya, por ejemplo, durante el mandato de la Consellera Gemma Geis se incrementó en 600 nuevas plazas a nivel de las Escuelas Universitarias de Enfermería, pero hay que tener en cuenta que no será efectivo disponer en el ámbito laboral de estos nuevos profesionales hasta dentro de cuatro años, que es el periodo de duración de los estudios", añade.
Fuente: Informe 'Regulación y eficiencia en el sector sociosanitario. La escasez de personal de enfermería, ante una presión asistencial creciente'.
Déficit de enfermeros en las residencias
Por último, cabe señalar que donde más se nota esta falta de enfermeras es en las residencias de mayores, puntualizan representantes de UGT Madrid (@UGTMadrid).
"El problema que estamos teniendo es que, al no tener enfermeras, las gerocultoras se están haciendo cargo de la medicación, algo que no les corresponde", denuncia Carmen Lucas, secretaría de Dependencia, de la parte privada y de gestión indirecta, de UGT Madrid.
"No existen suficientes enfermeros en el mercado de trabajo ni oferta de plazas en las universidades públicas. Se complementan con las universidades privadas, con un coste medio de 1.000 euros al mes, lo que no está al alcance de muchas unidades familiares. La carencia de enfermeros y la preferencia del colectivo a trabajar en el ámbito sanitario hace que sea muy difícil la cobertura de puestos de enfermería en las residencias públicas, no digamos en las privadas, ya que sus condiciones no pueden competir con las ofertadas en el ámbito sanitario", afirma por su lado Javier San, secretario de residencias públicas de UGT Madrid.
En esta misma línea se pronuncia Jesús Cabrera, responsable de Negociación Colectiva Privada de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO (@fssccoo). "La escasez de enfermeras, fruto de una muy deficiente planificación, sobre la que las políticas cicateras aplicadas durante las crisis económicas han contribuido de forma muy negativa; se manifiesta de manera excepcional en las residencias de personas mayores. A este déficit, que ya está repercutiendo en los centros sanitarios públicos, hay que añadir unas condiciones salariales y laborales precarias en las residencias privadas, lo que está provocando una escasez cada vez más patente en muchos centros de trabajo. Este déficit provoca en muchas ocasiones problemas asistenciales, realizándose funciones propias de enfermería por otras categorias que no tienen las competencias requeridas, por lo que las administraciones públicas deben intervenir de forma decidida y propiciar junto con las empresas que se garantice la pertinente contratacion tanto en el presente, como muy especialmente en el futuro, cuando el porcentaje de población mayor de 65 años sea sensiblemente superior. Todas estas actuaciones deben ir acompañadas de un incremento sustancial de la financiación de la dependencia, con el que se incremente las plantillas y se mejoren las condiciones salariales y de trabajo; ademas de medidas eficaces para aumentar sustancialmente las plazas universitarias de enfermería, e implementar actuaciones eficaces para atraer a profesionales que en los últimos años han emigrado a la Unión Europea", propone.
La miembro de la Confederación Estatal de Mayores Activos (@CONFEMAC65), Amelia Lerma, enfermera jubilada que ha sido profesora y directora de la Escuela de Enfermería Virgen del Rocío de Sevilla, entiende por su parte que "el problema" principal es "cuánto se les paga cuando acaban". "Los convenios en los centros geriátricos pagan peor. Tienen trabajo en cualquier país y por ello se van", indica.
"Seguramente el estudio es acertado sobre la cantidad de enfermeras, pero han metido otras cosas que poco tienen que ver. Por ejemplo, la atención sanitaria en residencias, como ciudadanos que son, con plenos derechos, es complementaria no sustitutiva de la que tiene que prestar el servicio nacional de salud", matiza el presidente de la asociación de familiares y usuarios de residencias de mayores Pladigmare (@pladigmare), Miguel Vázquez.
Además, Vázquez no comparte que en el informe se vincule la precariedad de las enfermeras en el sector privado con las buenas condiciones en el público, o que se pidan nuevas titulaciones de FP o que se plantee, como solución, la coperación público-privada, cuando, a su parecer, "en las residencias", se ha demostrado como "un desastre".
Sobre el autor:
Pablo Recio
Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica.
Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial.