Lidia Lozano
Actualidad
Razas de perros con más riesgo de tener cáncer: tipos de tumores y tratamientos
El cáncer en los perros ya es la principal causa de muerte. Una de las razones es que su esperanza de vida ha aumentado, pero la buena noticia es que los protocolos preventivos, la predisposición de los propietarios a cuidar a sus mascotas y los tratamientos también han avanzado.
El cáncer en perros funciona de la misma manera que en los humanos: crecen y se propagan células anormales por el cuerpo. Es una realidad que la raza influye a la hora de desarrollar la enfermedad y el tipo, aunque cualquiera puede tenerlo en la vejez.
Las razas con mayor predisposición
Algunos estudios han sugerido que hay ciertas razas con mayor predisposición genética a desarrollar ciertos tipos de cáncer. Es el caso del Golden Retriever y el Labrador Retriever, que presentan una mayor facilidad para desarrollar cáncer de hueso; mientras que el Boxer es más probable que desarrolle linfoma.
En general las razas grandes son las que están más predispuestas a desarrollar un tumor de tipo óseo, como los Rottweilers, que suelen tener osteosarcomas apendiculares. Por otro lado, el Pastor Alemán es más propenso a desarrollar cáncer de mama.
El Boyero de Berna es una raza que tiene mayor predisposición a desarrollar ciertos tipos de cáncer en comparación con otras, como linfoma, osteosarcoma, mastocitoma, tumores de piel y cáncer de mama en hembras. Los perros pequeños tampoco se libran, como el Bulldog Francés, que tiene una mayor probabilidad de desarrollar cáncer de piel.
Esta predisposición genética que muestran no significa que vayan a sufrir la enfermedad. Afectan otros factores como los ambientales, el estilo de vida, la dieta o la exposición a sustancias tóxicas.
Tumores y síntomas visibles
Los síntomas, al igual que los tumores, pueden variar en gran medida de unos perros a otros. Los tumores más visibles son los de piel, los oculares en los párpados, los de huesos que producen un cambio en la forma, los de la boca y los mamarios.
Los veterinarios advierten de que hay síntomas poco visibles, pero que deberían llamar la atención de aquel que conoce a su mascota, como la apatía, los cambios en la cantidad de comida o bebida ingeridas, la pérdida de peso, palidez de mucosas, mal aspecto del pelaje o tristeza y pérdida de interés.
Otros que se observan más a simple vista son cualquier cambio en la forma o hinchazón, protuberancias o bultos, heridas que no terminan de cicatrizar, vómitos y/o diarreas, dificulad respiratoria o dificultad para tragar, fatiga, tos persistente o dificultad para caminar.
Diagnóstico y tratamiento
Es importante que si tu perro muestra algunos de los síntomas lo lleves al veterinario para una evaluación y un diagnóstico precisos. El pronóstico y la efectividad de los tratamientos puede variar según el tipo, la etapa del cáncer y la salud del perro -como ocurre con los humanos-.
Para el diagnóstico se suelen realizar ecografías, radiografías, TAC, resonancia magnética, citologías o biopsias. Después, el tratamiento elegido suele ser la cirugía, aunque la quimioterapia y la radioterapia también son una opción.