Una semana después de las inundaciones que han causado la muerte de al menos 215 personas, y mientras continúan los trabajos de búsqueda de desaparecidos y limpieza, hemos hablado con un Carlos San Juan, especialmente conmocionado. Como valenciano, ha sentido la desgracia muy profundamente. Se siente horrorizado por las imágenes que estamos viendo estos días y por todos los testimonios que está recibiendo. Y sobre todo, está muy preocupado por la situación de las personas mayores afectadas.
“Hay testimonios desgarradores que afectan a mayores, porque a muchos les pilló la riada en la planta baja de sus casas bajas”, se lamenta. Aun así, quiere destacar que la valentía de muchas personas ha logrado que la catástrofe no sea aún mayor. “Ha habido actos de verdadero heroísmo. Me han invitado a un homenaje que se celebrará en diciembre para el personal sanitario de la residencia en la que subieron a hombros a 120 mayores a las plantas de arriba para salvarles la vida”.
En lo personal, Carlos San Juan, que vive en Valencia capital, no se ha visto afectado por la catástrofe, tampoco su entorno más cercano de familia y amigos. Sin embargo, nos cuenta, con el corazón encogido que “soy socio desde hace muchos años de un club Social en Náquera, donde tengo mi segunda residencia y paso mucho tiempo. Uno de los socios está desaparecido. Se fue de comida con cinco amigos y están todos desaparecidos”.
“El problema fue que no llovía en los lugares en los que ha ocurrido la tragedia. Se desbordaron los ríos y barrancos más arriba y las aguas entraron en tromba. Las plantas bajas se inundaron muy rápidamente. Imagínate las personas mayores, con una movilidad más reducida, muchos han muerto, se han ahogado o han sido arrastrados… es una muerte horrible”, lamenta el médico valenciano. “Todavía estamos en estado de shock y no valoramos lo que ha supuesto y lo que va a costar recuperar todo, porque va a costar muchísimo”, añade.
Carlos San Juan asegura sentirse emocionado con la ola de solidaridad que ha provocado la catástrofe, por ver cómo muchos jóvenes se han echado a las calles a ayudar a personas mayores. Como sanitario, se siente enormemente orgulloso de los centros salud improvisados que se han montado en el corazón de las zonas más afectadas, y con cuyos organizadores está en contacto. “Soy una persona de 81 años que evidentemente no puedo echarme la mochila a la espalda e ir a recoger barro, pero ayudo en lo que puedo, yo pongo mi granito de arena y doy todo lo que puedo dar de mí. Como vocal del Consejo Valenciano de personas mayores de toda la Comunidad, nos hemos reunido y hemos redactado una petición formal para que se declare la emergencia nacional”.
Los mayores, especialmente vulnerables
Carlos San Juan se ha ganado por derecho propio ser una de las voces de los mayores con más autoridad en este país. Siempre pendiente de las inquietudes y problemas del colectivo sénior, así como del edadismo en cualquier ámbito, su mirada también está puesta ahora en ellos. “Las personas mayores que lo han perdido todo necesitan mucho apoyo. Estamos hablando de que hay miles de mayores que están en una situación muy vulnerable, muy frágil. Si muchos mayores ya sufrían de soledad antes, imagínate ahora, hay que ayudarlas”, urge San Juan. “En el caso de las personas mayores, cuando les sacas de su zona de confort, que generalmente es su casa y las trasladas, ya sea a casa de un familiar, a una residencia u otro lugar de acogida, ese mayor se descentra mucho, se distorsiona y se disparan las demencias”, añade. “Desgraciadamente no hay ayuda suficiente, y en especial ayuda especializada”.
Carlos San Juan también quiere llamar la atención sobre el hecho de que los mayores sean víctima fundamental de aquellos desalmados que están aprovechando la catástrofe para delinquir. “Estas situaciones tan dramáticas sacan lo mejor y lo peor de las personas. Lo mejor, es sin duda, el voluntariado. Pero también estamos viendo lo peor, y los mayores están siendo objetivo fundamental de estos depredadores sin nombre que incluso se han hecho pasar por bomberos para desalojar viviendas, para entrar ellos a robar. Esto es lamentable. También hemos visto a personas mayores, montando guardia en la puerta de sus negocios de toda la vida, una joyería y otros pequeños comercios, para que no les vuelva a robar. Y los ves sentados en una silla día y noche”.
Emocionado con la ayuda de los jóvenes a los mayores
“Estamos viendo escenas de solidaridad emocionantes” nos cuenta este jubilado, nombrado hijo predilecto de Valencia. “Los jóvenes me han sorprendido muy gratamente porque han acudido los primeros. Vienen caminando, una hora y media o más, con mochilas cargadas. Han visto a personas, y a muchas personas mayores que están sufriendo esta desgracia y no han dudado en acudir. Esto emociona porque el calor humano hace muchísimo”, asegura. “Para todos, pero muy especialmente para una persona mayor, con la vulnerabilidad emocional que tienen, y más en este momento, ver que chicos y chicas muy jóvenes, de una generación tan diferente a la suya, lo dejan todo y vienen caminando desde lejos, para ayudarles y atenderles… es eso es emocionante”, asegura, muy emocionado.
Pese a ello, para Carlos San Juan es necesaria más ayuda especializada. “Lo fundamental es organizarse por gente muy experta. El voluntariado me parece fenomenal, resulta emocionante, son manos que ayudan y un apoyo moral extraordinario, pero necesitamos expertos, personas que manejen maquinaria pesada, porque es fundamental retirar todos los objetos y todas las basuras, para evitar la propagación de epidemias. Necesitamos camiones cisterna, para que la gente se lave y, cuanto antes, que haya agua corriente, no solo para beber, sino agua corriente para mantener bien la higiene. Esto nos ha sobrepasado, a cualquier comunidad una catástrofe tan grande le desbordaría. Esto es una emergencia nacional”.
Emergencia Nacional
“La situación es urgente, deberíamos estar ante una emergencia nacional, no ante una zona gravemente afectada, sino una emergencia nacional. Son términos muy diferentes en cuanto a ayudas materiales y económicas”, asegura Carlos San Juan.
Este médico jubilado, nombrado ciudadano del año por la Comisión Europea por su lucha por la inclusión financiera de las personas mayores, cree que el Consejo de Ministros, con la declaración de zona gravemente afectada para canalizar las ayudas del Estado destinadas a reconstruir las zonas afectadas por la DANA se ha quedado corto. “Hay diferencias importantes en cuanto a ayudas y medios con la declaración de emergencia nacional y la zona gravemente afectada, que es por lo que se ha optado”, asegura. “Esto va a costar años recuperarlo, porque los daños han sido brutales, tanto humanos como económicos”.
Llamada de atención a los políticos
Con la educación y con el respeto que siempre le caracterizan, a Carlos San Juan nunca le ha temblado el pulso a la hora de sacar los colores a nadie cuando lo ha considerado oportuno. Y esta vez no podía ser menos. “Estamos ante un desastre terrible y resulta bastante lamentable que empiecen ya las peleas políticas de a quién corresponde o a quien no le corresponde, cuando realmente lo que interesa ahora es desplegar toda la ayuda, sin tener en cuenta ni colores ni ideologías”.
Para Carlos San Juan, urge ayuda especializada, por lo que no se cansa de repetirlo una y otra vez. “Vuelvo a insistir, creo que no es momento ni de crispación, ni de peleas políticas, ni de ideologías ni de orgullos. No es momento de ver quién es más culpable y quien menos… lo hay que hacer es declarar el estado de emergencia nacional para Valencia y desplegar todos los medios posibles y aceptar toda la ayuda posible, porque lo que hace falta es gente especializada”.
Como médico, muy preocupado
Como médico, Carlos San Juan está muy preocupado por la salud pública y el riesgo a epidemias. “Ya ha pasado una semana y aún hay zonas a las que no se ha podido llegar, ya está interviniendo salud pública porque hay miedo a las epidemias”, nos cuenta. “El agua está absolutamente estancada, junto a mucha basura y cadáveres de animales que no han podido retirar; de modo que el riesgo es real… tétanos, hepatitis, entre otras”.
En este sentido, Carlos San Juan hace un llamamiento: “Para todas las personas que están allí es vitar usar mascarilla, también hay que lavarse las manos con agua y jabón y evitar que ninguna herida entre en contacto con el lodo o con esas aguas estancadas”, recuerda San Juan, quien, además, hace un llamamiento: “Además hay que olvidarse de las vacunas que ya tengamos, hay que vacunarse del tétanos”.
Sobre el autor:
Beatriz Torija
Beatriz Torija es periodista y documentalista, especializada en información económica. Lleva 20 años contando la actualidad de la economía y los mercados financieros a través de la radio, la televisión y la prensa escrita. Además, cocina y fotografía.