Los beneficios de la tercera dosis de las vacunas de ARNm contra el Covid, una vez pasado un determinado periodo de tiempo, parecen cada vez más evidentes. Al menos, así se está demostrando en los países que las han inyectado.
Es más, aparte de proteger de nuevo contra fallecimientos u hospitalización, este refuerzo podría servir también como método de control de la transmisión del virus, tal y como ha sucedido en Israel, donde esta inyección podría haber tenido que ver con la reducción del número de población susceptible de infectarse y con el descenso de la curva de contagios.
Los efectos de la tercera dosis
Sin embargo, en las residencias españolas parece que todavía no se nota el efecto de este refuerzo.
Y es que cabía esperar que, con esta nueva inyección, la incidencia bajase a niveles de marzo o abril de 2021 –cuando los casos casi tocaron suelo gracias a la vacuna y se mantuvieron en mínimos, incluso a pesar de la cuarta ola–, pero no está ocurriendo así.
En concreto, según los datos publicados por el Imserso, durante la semana del 4 al 10 de octubre, tras más de dos meses de caída, las infecciones habrían aumentado ligeramente y la incidencia acumulada estaría empezando a estabilizarse en más de 100 casos a 14 días. Y todo ello, a pesar de que prácticamente todos los usuarios tenían ya la tercera dosis y de que la incidencia general, en el resto de la comunidad, seguía descendiendo en aquel momento.
Ahora bien, todo esto no quiere decir que el refuerzo no vaya a funcionar o no tenga efecto. En opinión de los expertos con los que ha conversado 65Ymás, todavía es pronto para sacar conclusiones, puesto que lo lógico sería que esta dosis adicional sirva tanto para cortar la transmisión como para reducir la mortalidad –por ahora, los decesos siguen descendiendo–.
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¿Por qué no baja más la incidencia en residencias?
Por ello, con estos datos en la mano, cabe preguntarse, ¿por qué ha aumentado el número de casos en paralelo a la inyección de refuerzos?
En primer lugar, hay que tener en cuenta que el efecto de la vacuna no tiene por qué ser el mismo que el generado en marzo de 2021: actualmente, existe una nueva variante –delta– que elude algo más la inmunidad, las residencias están más abiertas al exterior, ya no hay casi restricciones en el país, la mayoría de la población está vacunada y ha vuelto a vivir con normalidad –salvo por la mascarilla– y aún hay residentes que no han recibido o que no les ha hecho efecto este refuerzo. Y, sobre todo, los trabajadores llevan 10 meses inmunizados sin ninguna dosis adicional que aumente de nuevo la eficacia de su vacuna.
Por otra parte, cabe matizar, que este aumento de casos vivido entre el 4 y el 10 de octubre se puede achacar también, entre otras razones, a dos macro-brotes que han cambiado la tendencia descendente de dos comunidades: Asturias y País Vasco.
El primero de los casos sucedió en una residencia de Siero, con 35 infectados que habían recibido el refuerzo una semana antes y hubo cuatro hospitalizados y, el segundo, fue en un centro de Portugalete, con 50 residentes contagiados, los cuales habían recibido el refuerzo de la vacuna hacía más de una semana –cuando se detectó el brote, todos eran asintomáticos, según reconocían medios locales, pero se desconocía cuándo se produjo el primer contagio–.
Hay que esperar para ver el efecto de la tercera dosis
Por esta razón, según la inmunóloga del CSIC Matilde Cañelles (@CanellesMatilde) es necesario esperar un tiempo para constatar el efecto de la tercera dosis, puesto que tarda varios días en ser eficaz, tras el pinchazo. "Yo diría, un par de semanas", señala.
Además, matiza, para medir la utilidad de la dosis suplementaria no habría que fijarse tanto en la incidencia de casos, sino que se va "a ver más en hospitalizaciones y muertes, porque ya sabemos que la vacuna no para siempre la transmisión".
"Otro problema añadido para analizar los datos es que, que yo sepa, antes de poner la tercera dosis en residencias, aún no se había visto bien el efecto del decaimiento de la inmunidad, con lo que va a ser todavía más difícil estimar el efecto del refuerzo", añade.
Algo similar opina el investigador de la Universidad de Leicester, Salvador Macip (@DrMacip). "No hay indicación de que la tercera dosis dé más protección, en este momento. Es normal que haya contagios, porque las vacunas no los evitan todos. Si se relajan las otras medidas, los casos pueden subir, esto es esperable. Pero seguramente no lo hagan mucho", anticipa.
"El efecto de repunte de la inmunidad humoral debería ser prácticamente inmediato y por tanto deberíamos empezar a verlo ya. Pero no tenemos mucha información sobre el impacto de las terceras dosis sobre la transmisión y tampoco frente a Covid grave –hospitalizaciones–. Y la pauta de dos dosis ya mantenía bastante bien la protección, así que es posible que el efecto sea muy pequeño –y sobre las bajas tasas actuales, es difícil de diferenciar del de la caída de incidencia–", apunta por su parte el investigador de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (@GVAfisabio) Salvador Peiró.
Eso sí, matiza, "las residencias son centros colectivos en los que se comparten espacios interiores –son “convivientes”– y la transmisión funciona por brotes, que pueden tener más o menos casos en función del tamaño y sus prácticas de ventilación, mascarillas y demás. Cuando hay una introducción –de cualquier origen: familiar/visitas, trabajador, los propios residentes...– el riesgo para el resto de residentes es muy alto".
Por consiguiente, prosigue, "probablemente la aparición de brotes en una u otra residencia seguirá –quizás algo menos, pero habrá que ir viéndolo– y hay que estar a la expectativa de si se produce o no un repunte de casos graves. Pero de momento, vamos a lo que vamos: 1) mantener algunas medidas en residencias, sobre todo ventilación y mascarillas cuando se junten en espacios cerrados; 2) preparar la campaña de vacunación de la gripe, que igual hay poca o igual no, pero hay que prepararla; 3) estar vigilantes por si se produjera algún cambio en las tendencias actuales, incluyendo un repunte en la población general que hasta ahora siempre se ha trasladado a estos centros –aunque con menor impacto, desde la vacunación–". De hecho, puntualiza, ser positivo en un centro sociosanitario hoy en día no es igual que infectarse en 2020. "Desde la introducción de las vacunas en este colectivo la tasa de hospitalizaciones –y fallecimientos– se ha reducido notablemente y muchos casos son asintomáticos o paucisintomáticos. Adicionalmente, cada vez se hospitalizan casos menos graves en estas poblaciones", apunta.
"Los residentes, aunque estén completamente vacunados, incluso con una tercera dosis, pueden ser resistentes a las vacunas, por tener inmunosenescencia, el deterioro de la inmunidad asociado al envejecimiento. Y en la quinta ola hemos observado cómo hubo muchos brotes en residencias. Y en muchos de los casos, las infecciones fueron leves pero, en otros, más graves o incluso mortales, con tasas de letalidad próximas al 10%. Así que lo ocurrido en las residencias de Asturias y del País Vasco es una llamada de atención: sigue habiendo población vulnerable a pesar de la vacunación, no se puede bajar la guardia. En este sentido, sería deseable que todos los trabajadores estén completamente vacunados, así como los familiares que acuden de visita", puntualiza por su lado el epidemiólogo y portavoz de la asociación de Salud Pública de Madrid (@amasap), Fernando García.
Ahora, toca esperar y observar cómo evolucionan los casos y muertes en las siguientes semanas y si se confirma que la dosis suplementaria protege más.
De momento, los representantes de las principales patronales de la dependencia sostienen que, actualmente, no manejan datos que hablen de un cambio radical de tendencia y que aún es pronto para decir nada. Asimismo, piden "un estudio serio" de inmunidad de los residentes.
Sobre el autor:
Pablo Recio
Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica.
Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial.