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Claves para acondicionar las viviendas ante la ola de calor primaveral
El calor parece haberse adelantado unos cuantos meses
Para encontrarnos con una ola de calor similar, con temperaturas muy por encima de lo habitual para el mes de abril, hay que remontarse al mismo mes del año 1945. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ya ha advertido de cómo se presentarán los últimos días del mes. Las viviendas españolas no están preparadas para un aislamiento efectivo frente a este tipo de episodios extremos: más del 80% de las viviendas (unas 20 millones de un total de 25 millones) tienen una calificación energética E, F o G. Aun así, cerca del 82,8% de los españoles cree que su vivienda es eficiente, según el I Observatorio sobre Vivienda y Sostenibilidad realizado por UCI (Unión de Créditos Inmobiliarios).
Para intentar lograr una eficiencia mayor, la Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios (EPDB) propone el año 2030 como límite para que los propietarios y compradores de viviendas con calificaciones energéticas G o F (las más bajas) puedan reformarlas y rehabilitarlas para conseguir, al menos, una E. En 2033, los criterios aumentarán hasta la D y obligarán a rehabilitar gran parte de las viviendas en todos los países miembros de la UE, entre ellos España.
Según los analistas de la UCI, las viviendas y edificios rehabilitados ofrecen una temperatura más estable y confortable ante el frío y calor extremos. Además, influye notablemente en el ahorro energético -de hasta un 60% de la demanda de calefacción y refrigeración-. Por ello, no es extraño que dos de cada tres propietarios en el territorio nacional consideren la rehabilitación como un objetivo a conseguir en un plazo de máximo cinco años.
Entre las principales reformas planteadas a los españoles están la instalación de paneles solares para generar autoconsumo eléctrico (56,8%), ventanas aislantes (55,1%) y aislamiento térmico de la vivienda (53,2%). Según el estudio, la mayoría de españoles (70,7%) invertiría hasta 10.000 euros en ellas. Los expertos de la UCI proponen unas claves para adaptar los hogares con cambios más pequeños para así evitar el calor excesivo durante esta primavera y de cara al próximo verano -que también batirá todos los récords de temperatura-.
Cuanto más aislamiento, mejor
Según los expertos, un correcto aislamiento permitiría ahorrar hasta un 30% del gasto doméstico, garantizar el confort y minimizar las pérdidas de calor en invierno y de frío en verano. Sin embargo, en la mayoría de viviendas anteriores a 1980 no es posible, debido al poco aislamiento en suelos y paredes.
Para cubrir esta carencia es imprescindible actuar en la envolvente del edificio y en sus ventanas. Un informe reciente de ANERR (Asociación Nacional de Empresas de Rehabilitación y Reforma) apunta que la rehabilitación en la envolvente permite reducciones de casi un 65% en la demanda de energía y del 80% en zonas del norte del país. Una acción que no requiere de inversión económica para pasar estos días es ventilar durante cinco minutos por la mañana y bajar las persianas en las horas de máximo calor, para que no entre el sol más sofocante y evitar abusar del aire acondicionado.
Javier Torremocha, director de Rehabilitación en UCI, asegura que "cuando los ciudadanos piensan en aislar una vivienda, inmediatamente piensan en la idea de protegerla de bajas temperaturas, aunque los materiales y técnicas de aislamiento actuales permiten mantener la vivienda a una temperatura constante durante periodos de calor como el que llega".
Puertas cerradas
Las puertas cerradas o con burletes bajo ellas tienen un efecto parecido al de las persianas bajadas, ya que permite mantener la temperatura. Recomiendan evitar las corrientes de calor, que pueden entrar por los sitios más insospechados, como sumideros o cierres defectuosos de ventanas. Por la noche es mejor mantener las puertas abiertas, aunque siempre con topes para que no haya portazos, y que así fluya el frescor de la madrugada.
Potencia contratada en electricidad
Cuando es necesario utilizar aparatos de ventilación o aire acondicionado, como ocurre en el sur de la península, se recomienda revisar la potencia de electricidad contratada. Muchas veces es bastante superior a la necesidad real, por lo que conviene informarse para no pagar un coste más elevado del que se necesita. Para calcularla se puede sumar el gasto de todos los aparatos eléctricos y, según el resultado, contratar la potencia necesaria.
Aire acondicionado con moderación
El gasto depende del aparato, pero hay algunos trucos con los que podemos reducir el consumo y su huella de carbono. El modelo de menor coste es el fijo o portátil. Además, tampoco precisan de instalación, aunque consumen más y rinden menos, puede gastar tanta energía en una hora como un congelador en un día.
La eficiencia energética muestra el rendimiento energético del aparato. Para la misma capacidad y modo -calefacción o refrigeración-, cuando mejor sea la clase o etiqueta energética (A, B o C) del equipo de aire condicionado, menor será el consumo de energía. Los modelos inverter ajustan su salida según sea necesario, por lo que, en una casa bien aislada, pueden mantener una temperatura interior confortable mientras funcionan a muy baja potencia.
Generalmente se mide por su índice de eficiencia energética (EER). Se trata de la relación entre la capacidad de refrigeración y la potencia de entrada en vatios. Es decir, es la relación entre la energía que produce y la que consume. Cuanto más alto sea el EER, más eficiente será el aire acondicionado.
Energía eficiente
Las fuentes de energía renovable son las más indicadas para el uso de los aparatos de refrigeración. Los paneles fotovoltaicos térmicos, que absorben el calor del exterior de inmueble, están especialmente indicados para casas que reciben impacto directo del sol y zonas con temperaturas altas con muy buenos resultados.
Además, existen algunas fórmulas de financiación y ayudas para la instalación de estos paneles, tanto en viviendas unifamiliares como en comunidades de vecinos. Son cada vez más comunes los suelos radiantes, especialmente en las viviendas de nueva construcción, que hacen circular agua fría por sus circuitos para enfriar la superficie. De esta manera, el suelo se refrigera a una temperatura inferior a la temperatura ambiente del espacio a climatizar y emana frío.
“La apuesta por sistemas de calefacción y refrigeración basados en energías limpias y renovables y la sustitución de calderas tradicionales por una de condensación o bomba de calor fomenta la eficiencia energética y supone una reducción de hasta un 26% de gases contaminantes. Además, no hay que olvidar que los sistemas de Aerotermia o Geotermia permiten refrescar la vivienda de la forma más eficiente y sostenible en la actualidad”, apunta Javier Torremocha.
No abusar de los grados
Cuantos menos grados, más gasto de electricidad habrá. La temperatura ideal en verano y en olas de calor como esta está en torno a 24-26 grados, por lo que poner el aire a mucha menos temperatura supone un derroche de gasto y energía. Se calcula que, de media, por cada grado superior se ahorra entre un 7 y 11% de la energía.
Sistemas programables
El mecanismo óptimo es contar con un termostato programable que permita regular la temperatura y que automáticamente encienda el aire acondicionado un tiempo antes de llegar a casa para que empiece a refrigerarse. Esto contribuye a evitar una mayor sensación de calor al entrar y la mala práctica extendida de poner el aparato a máxima potencia y una temperatura mucho más baja para que se enfríe más rápido, lo que conlleva un mayor gasto y no es tan eficiente en el tiempo.
Refrigeración por estancias
Una buena práctica para no derrochar es cerrar las habitaciones de la casa que no se utilizan si se tiene un circuito general de aire acondicionado.
Cuidado con los electrodomésticos
Los electrodomésticos, además de ser una fuente generadora de calor, suponen cerca del 55% de la energía eléctrica que se gasta en un hogar. Por ello conviene limitar su uso lo máximo posible en los próximos días. Con las altas temperaturas conviene evitar secadoras, hornos y preparar comidas de largas cocciones.
Aligerar la ropa y también la de la casa
Lo ideal, según los expertos, es vestir ropa cómoda y transpirable, así como guardar alfombras, cortinas y cojines que dan sensación de calor y absorben el frescor de la vivienda.
Desde la UCI afirman que, siguiendo estos hábitos diariamente, la factura disminuirá, así como el calor en la vivienda. También será una aportación al medio ambiente, al no derrochar tanta energía. Pese a que suponga una inversión económica, las reformas para mejorar el aislamiento "siempre es una buena decisión" y, a medio-largo plazo, supondrá un "gran" ahorro.
Según Catia Alves, directora de Sostenibilidad y Rehabilitación de UCI, “al igual que sucede con la eficiencia energética de los inmuebles, es necesario hacer un ejercicio de sensibilización para que los ciudadanos sean cada vez más conscientes de los factores de nuestra vivienda que inciden a diario sobre el ahorro energético y, por tanto, en la reducción de la huella de carbono. Contar con un buen acondicionamiento habitacional en épocas tan atípicas como la ola de calor que actualmente nos afecta, redunda en el mejor confort térmico en nuestro hogar”.