¿Cuánto gasta el aire acondicionado?

El verano nos trae unas temperaturas que a veces son difíciles de soportar. En verano, a veces es imposible no tirar del aire acondicionado, el salvavidas de muchas familias.

Sin embargo, si a esto le sumamos que el precio de la electricidad está por las nubes, hace que seamos cada vez más reticentes a ponerlo. Por eso eso es importante conocer cuanto gasta realmente nuestro aire acondicionado, para no llevarnos ninguna sorpresa después en la factura.

Según explica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), el consumo de energía de un aparato de aire acondicionado puede variar mucho según el modelo. Por eso, vale la pena que compares y te informes bien antes de adquirir un aparato de aire acondicionado para hacer una compra inteligente.

Si estás pensando en cómo refrescar tu casa, te estarás preguntando cuánta electricidad gastará un aparato de aire acondicionado y cuánto afectaría a tus facturas. O tal vez ya tienes uno y estás temiendo lo que te costará ponerlo este verano y si se puede reducir ese gasto de energía. La OCU te da los pasos a seguir para tener un consumo razonable con un precio moderado.

Cómo se calcula el consumo del aire acondicionado

El consumo de un aparato eléctrico se calcula en función de su potencia. En el caso del aire acondicionado, hay que aclarar que se trata de la potencia eléctrica de entrada, es decir, la electricidad necesaria para hacerlo funcionar. En estos aparatos, también se habla de su potencia térmica, esto es, de su capacidad para enfriar o calentar. Ambas potencias están relacionadas y hay que tenerlas en cuenta para estimar el consumo.

Potencia eléctrica ¿qué es y cómo se mide?

La potencia eléctrica de entrada  es la cantidad de electricidad necesaria para tener el aparato funcionando una hora de manera continuada. Estará indicada en la ficha técnica del aparato por su cifra en vatios (W): los aparatos domésticos se suelen mover entre una potencia de 500 W cuando funcionan al mínimo  y los 1.500 W si están al máximo.

Como las facturas de electricidad expresan el consumo en kilovatios por hora (kWh), tendrás que dividir la potencia eléctrica entre 1.000: así, el consumo del aire acondicionado durante una hora oscilará entre un mínimo de 0,5 kWh y un máximo de 1,5 kWh.

El consumo de energía para enfriar o calentar una habitación depende de varios factores. Como has visto, la potencia eléctrica te dice cuánto gasta tu aparato si lo tienes funcionando una hora entera. Pero el aire acondicionado no trabaja así, ya que lleva un termostato que enciende, apaga o reduce potencia para mantener la temperatura que hayas programado, según sea necesario.

¿Cuánto consume enfriar una habitación?

Como cálculo aproximado, puedes hacer un promedio dividiendo entre 2 la suma de las potencias mínima y máxima. Así averiguarás cuánto consume en promedio tu aire acondicionado por cada hora que está encendido. En el caso de un aparato con una potencia entre 500 y 1.500 W, ese promedio sería:

0,5 kWh + 1,5 kWh = 2 kWh / 2 = 1 kWh

El consumo en euros

El coste de la electricidad es variable, pero teniendo en cuenta los altos precios obtenidos en los últimos tiempos, podemos asumir que cada kWh cuesta 0,30 €. Por tanto, una hora de funcionamiento puede costarnos 0,30 euros mientras que en un mes puede costar unos 36 euros si lo enciendes durante 4 horas al día (1 kWh * 4 h = 4 kWh de consumo * 30 días = 120 kWh * 0,30 €/kWh = 36 €).

Factores que influyen en el consumo

Lógicamente, el consumo del aire acondicionado varía en función de dónde se ubique tu vivienda, su aislamiento térmico y su orientación, la temperatura que haya en el exterior y la temperatura interior que tú fijes, un factor que depende de ti y que puede afectar mucho a la cantidad de trabajo que le pides al equipo de aire acondicionado.

Cómo ahorrar en el aire acondicionado

Para encontrar un consumo óptimo, es importante tener en cuenta la eficiencia energética del aparato, además de su consumo eléctrico. Esta simple elección nos puede llegar a ahorrar hasta un 25% en la factura. Es decir que, a la larga, lo que resulta en principio más caro llega a ser más barato y viceversa.

Otro punto importante a tener en cuenta es el aislamiento de la vivienda, ya que nos puede proporcionar ahorros muy importantes. Se calcula que hasta un 70% de nuestras viviendas están mal aisladas térmicamente.