La mascarilla ayuda a reducir la exposición al virus, cuando se está con un infectado, y por tanto, reduce las probabilidades de contagio con cualquier tipo de virus aéreo.
Eso sí, para que el riesgo disminuya, es necesario que todos la llevemos, además de socializar en espacios al aire libre y evitar como norma general aglomeraciones de personas.
Con todo, existen diferentes tipos de cubrebocas, más o menos eficientes. Aquí estarían ordenados por mayor o menor calidad: FPP2, quirúrgica, higiénica y de tela.
Y en concreto, se ha estudiado que, según la eficacia de cada uno, se tarda más o menos en contagiarse puesto que, cabe recordar, el uso de mascarilla no significa que no nos podamos infectar igualmente.
Por ejemplo, con una mascarilla de tela se tardan 20 minutos en contagiarse de media, con una quirúrgica 10 minutos más y con una FPP2, dos horas y media.
Además, cabe recordar que las mascarillas tienen una vida útil de 4 a 8 horas como máximo, por lo que si no se quiere correr riesgos frente a ómicron, es necesario cambiarlas cada cierto tiempo.
Sobre el autor:
Raúl Arias
Raúl Arias es periodista especializado en Política, Economía y Sociedad. Licenciado en la Universidad Complutense de Madrid, ha trabajado en diferentes medios de tirada nacional, siempre pegado a la actualidad.