"España nunca ha tenido un criterio propio y siempre ha hecho seguidismo de otros países en temas técnicos sanitarios"
Un virólogo sobre administrar o no AstraZeneca a mayores: "Es una decisión casi política"
Buena parte de los casi dos millones de personas de entre 66 y 69 años que residen en España contemplan probablemente atónitos cómo las personas de 60 a 65 años están siendo vacunadas mientras ellos aún no saben cuándo ni cómo se inmunizarán, siendo también personas de alto riesgo frente al coronavirus.
Es más, muchos asisten con mayor desconcierto a otro fenómeno incomprensible: si tienes más de 65 años y trabajas en una profesión "esencial" te vacunan, pero si estás jubilado o eres un frutero de 68 años, todavía no.
Y este caos no sólo afecta a las personas de entre 66 y 69 años, cerca de seis millones de mayores siguen desprotegidos desde el punto de vista inmunitario de cara a una cuarta ola por los retrasos en las entregas y, previsiblemente, seguirán sin estar vacunados en su conjunto con una dosis hasta el final del mes de abril. Unas semanas, en las que algunos podrían ingresar en el hospital o fallecer por Covid.
Con todo, según comentan varios expertos a 65Ymás, esta situación se podría haber evitado en parte inoculando las dosis de AstraZeneca –han llegado más de dos millones a España– a los mayores en su conjunto.
Una estrategia, que han adoptado muchos países vecinos y que recomiendan desde la Organización Mundial de la Salud. Por ahora, este antivirus se está inoculando únicamente a personas de entre 60 y 65 años y a "trabajadores esenciales" –también los que tengan más de 65, según la última actualización de Sanidad–.
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Vacunados con una dosis |
Población |
Porcentaje |
+ de 80 años |
2.241.616 |
2.834.024 |
79,1% |
70-79 años |
198.246 |
3.960.045 |
5% |
60-69 años |
686.301 |
5.336.986 |
11,7% |
Datos de vacunación del Ministerio de Sanidad a día 5 de abril.
A partir del 15 de abril
De esta manera, en España se da la paradoja de que el 5% de los que tienen entre 70 a 79 años han recibido una dosis, mientras que, en el grupo de edad de entre 60 y 69, más del 11% están ya inmunizados con una inyección –hay que tener en cuenta que de este porcentaje la mayoría son personas de entre 60 y 65 años–.
Y no sólo están desprotegidos, sino que los que tienen entre 66 y 69 años siguen sin saber cuándo les vacunarán exactamente ni dónde, aunque desde el Ministerio de Sanidad, la ministra Carolina Darias ha anunciado este lunes la probable llegada de 300.000 vacunas de Janssen el día 15 de abril. Unas dosis, que se podrían utilizarán para ese colectivo, junto a las dosis de Pfizer y Moderna que ahora se destinan para mayores de 70 años y sanitarios.
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Un ritmo diferente según cada comunidad autónoma
Además, al margen de la llegada de dosis, que se irá incrementando a lo largo de la primavera –sobre todo en el caso de Pfizer– e independientemente de la estrategia más o menos acertada de Sanidad, el ritmo de vacunación tampoco es el mismo en todas las autonomías y eso influye también en que los mayores estén más o menos protegidos contra una posible cuarta ola.
Por ejemplo, Andalucía destaca positivamente en cuando a la inyección de primeras dosis a personas de más de 80 años –con más del 95% de su población protegida–, mientras que País Vasco se sitúa a la cola de todas las autonomías con el menor porcentaje de vacunados en esas edades –poco más del 62%–.
Por otra parte, Melilla se sitúa a la cabeza en la vacunación de personas de entre 70 y 79 años, con más del 42%, mientras que Galicia no llega al 2%, con datos del 5 de abril de 2021.
Sin embargo, cabe apuntar asimismo que la ciudad autónoma sólo han vacunado a poco más del 65% de los mayores de 80 años mientras que la región gallega, al 80%. Por último, en el tramo de entre 60 y 69 años, Cataluña roza el 25% de inmunizados con una dosis y Galicia, de nuevo, se sitúa en último lugar, con un 5,8%.
Sin vacuna ante la cuarta ola
"Estoy bastante preocupada con este tema. La raíz del problema creo que está en la vacuna de AstraZeneca, que es de la que más hemos pedido y no se estaba administrando a mayores de 65 años por falta de datos en este sector de población", reconoce la inmunóloga del CSIC Matilde Cañelles.
"Esperemos que sigan llegando vacunas de Pfizer y Moderna a buen ritmo y se pueda vacunar a las personas en ese 'limbo' o que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos dé el visto bueno al último estudio sobre AstraZeneca, donde el 20% de los participantes eran de más de 65 años. El problema, es que los americanos no se están dando prisa, porque ellos no van a necesitar esa vacuna, ya que cuentan con suficientes para toda la población con las tres que ya tienen aprobadas (Pfizer, Moderna y Janssen)", admite.
La decisión de Sanidad
Cabe recordar que el Ministerio de Sanidad no recomendó AstraZeneca para mayores de 65 años por "prudencia", puesto que, en los primeros ensayos, no se incluyó una muestra 'significativa' desde el punto de vista estadístico de este colectivo –Alemania fue el primer país que optó por esta vía, si bien posteriormente rectificó–.
Aun así, y aunque varios estudios posteriores apuntan a su eficacia en mayores, el Gobierno sostiene todavía que prefiere esperar a tener más datos, como los resultados del ensayo de la FDA estadounidense, antes de inocular de forma masiva este suero a los mayores.
Y es una decisión que responde, según el epidemiólogo de la Universidad de Oviedo Pedro Arcos, a un criterio conservador sin mucha justificación científica. "España tiene dos problemas. Nunca ha tenido un criterio propio y siempre ha hecho seguidismo de otros países en temas técnicos. Y, luego, nuestro país nunca ha querido crear comités de expertos. Por tanto, se limita a ver qué ocurre alrededor y a seguir la pauta más conservadora", reconocía el experto el pasado jueves 18 de marzo cuando el Ejecutivo decidía paralizar por unos días la vacunación con AstraZeneca, tras conocerse varios episodios trombóticos en personas vacunadas.
No obstante, España no es el único país europeo que ha mantenido una política cambiante respecto a esta vacuna, priorizando el uso de Pfizer y Moderna. También Alemania, ante la noticia de varios casos de trombos poco frecuentes en vacunados de mediana edad, ha recomendado sólo dar estas dosis a un colectivo determinado: los mayores de 60 años –al contrario que España–. Y Países Bajos ha llegado más lejos aún y ha decidido no vacunar con este antivirus, de momento, mientras la Agencia Europea del Medicamento sigue recomendando esta vacuna para todas las edades.
"No tiene lógica el criterio que se está usando"
"No tiene lógica el criterio que se está usando. Se tendría que vacunar por franjas de edad descendentes y teniendo en cuenta otros factores de riesgo –patologías previas– con cualquiera de las vacunas que hay disponibles –porque ya sabemos que todas funcionan bien en mayores– y priorizando las primeras dosis para dar protección rápida, aunque sea parcial, al máximo número de personas", comenta por su parte el investigador de la Universidad de Leicester (Reino Unido), Salvador Macip, que avisa: "Parece que está empezando una cuarta ola y este grupo de edad está sin una buena cobertura, lo que implica un riesgo elevado de que acaben en el hospital".
"Si aproximadamente el 95% de los fallecidos son personas de más de 75 años y con pluripatologías, no se entiende que no se actúe 'todos a una' para priorizar a este grupo y no sólo para las personas que viven en residencias. Hay una máxima clara que es no perder ni una sola dosis, pues valen el oro de la vida, y creo que los grupos presentados para la vacunación están correctos, pero ahora parece que no sirve de nada la planificación o propuestas, porque cada CCAA parece que quiere competir en números como pasó con las pruebas de anticuerpos o las PCR", critica la médico experta en Salud Pública, María Sáiz.
Si no llegan más dosis, la inmunidad de grupo no será para verano
Finalmente, el epidemiólogo Pedro Arcos, entiende que, al margen de la estrategia diseñada por el Ejecutivo, el principal cuello de botella sigue siendo la escasa llegada de dosis a la Unión Europea. "El problema de fondo es que no hay dosis. Y como eso hay que hacerlo presentable para la opinión pública, pues lo que hace el Gobierno es fragmentar todo por franjas de edad. Y ahora, en vez de vacunar de 10 en 10 años, se hace de 5 en 5, hasta que llegue alguna vacuna más. Esto responde más a un razonamiento de visibilidad que a criterios epidemiológicos. Es una estrategia de despiste", sostiene.
"Por un lado está la realidad y, por otro, lo que nos cuentan. Lo que dicen es que van a llegar 5 millones, pero luego, el mundo real es más terco y es verdad que llegan dosis, pero no al nivel que necesitamos. Llevan dos meses diciendo que ya vienen. Ahora, veremos. Pero con la velocidad en la que nos movemos actualmente no terminaremos hasta invierno de este año", prosigue.
A pesar de todo, matiza, los mayores estarán menos expuestos de cara a la cuarta ola que el resto de segmentos de edad, al protegerse más, por lo que lo preocupante, en su opinión, son los contagios en el grupo de 45 a 65 años. "Los mayores, de manera natural, toman medidas muy restrictivas. Suelen, con o sin vacunación, adherirse a las normas mejor. Pero el grueso del problema no está allí, sino en la gente que forma parte del segmento laboral productivo, que es el que se mueve y tiene más contactos", concluye.