
¿Desde cuándo se celebra el Cónclave para elegir a un nuevo Papa en la Capilla Sixtina?
No siempre se llevó a cabo en este lugar

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No siempre el Cónclave, en el que participarán próximamente 135 cardenales para elegir un nuevo Papa, se celebró en la Capilla Sixtina.
Según explican a Europa Press los profesores de la Universidad de Navarra, Fermín Labarga, Joaquín Sedano y Antonio Viana, esta reunión, en la que saldrá nombrado el siguiente al líder espiritual de la Iglesia Católica, lleva teniendo lugar en dicha capilla del Vaticano desde 1878, con motivo de la elección de León XIII.
Con anterioridad, el proceso de votación tuvo lugar en otros lugares, como el Palacio del Quirinal –situado en Roma–, y previamente en otros espacios del Palacio Apostólico, que se encuentra junto a la Basílica de San Pedro y dentro del cual está la propia Capilla Sixtina.
Incluso, apuntan, a veces la elección se llevó a cabo fuera de la capital italiana, como en el año 1800, cuando los cardenales eligieron a Pío VII reunidos en Venecia.

Dinámica del Cónclave
Actualmente, la dinámica del Cónclave es la siguiente. Los cardenales electores se reúnen en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico y realizan una procesión en hábito coral, donde invocan al Espíritu Santo a través del canto del 'Veni Creator Spiritus' en la Capilla Sixtina.
Durante la ceremonia, tocan los Santos Evangelios para jurar y guardar fiel y escrupulosamente las normas establecidas por la Constitución Apostólica 'Universi Dominici Gregis', guardar el secreto de todo lo relacionado con la elección del pontífice y desempeñar fielmente el ministerio petrino si resulta elegido Papa.
A continuación, el maestro de ceremonias pontificias pronuncia las palabras: "Extra omnes" (fuera todos). Tras estas palabras, todos, excepto los cardenales electores y las personas autorizadas, deben abandonar el recinto. Esa misma tarde se procede a la primera elección.
A partir del segundo día habrá dos votaciones por la mañana y otras dos por la tarde. Si después de tres días de escrutinios no hay resultado positivo, las votaciones se suspenden durante un día para una pausa de oración y de libre coloquio entre los votantes.
Si tras otras siete votaciones no hay un candidato con la mayoría de dos tercios, se realizará otra pausa y el primer cardenal del orden de los presbíteros realizará una exhortación espiritual. De igual modo, hará el primer cardenal del orden de los obispos si tras otras siete votaciones ningún candidato obtiene la mayoría.

Si tras otras siete votaciones tampoco se consigue la mayoría, el cardenal camarlengo invitará a los cardenales electores a expresar su parecer sobre el modo de actuar y se procederá en función de lo que establezca la mayoría absoluta. Tras este proceso, solo podrá votarse entre los dos candidatos que más votos hayan alcanzado en la última votación. Las votaciones continuarán hasta que un candidato obtenga la mayoría de dos tercios.
Según prescribe la mencionada Constitución Apostólica, cuando todos los cardenales han depositado su voto, se comprueba que el número de papeletas coincide con el de electores y, tras revolverlas, se van leyendo los nombres en voz alta y se anotan.
El candidato que es elegido y da su consentimiento, si ya es obispo, queda proclamado de manera inmediata obispo de Roma y Papa de la Iglesia. Si lo no fuera, sería ordenado inmediatamente por el cardenal decano.
Tras la decisión, el primero de los cardenales del orden de los diáconos lo anunciará al pueblo desde el balcón de la Basílica de San Pedro del Vaticano: "Habemus papam". A continuación, el pontífice electo sale e imparte la bendición apostólica.