Tras casi tres años de pandemia en España, este miércoles 8 de febrero, el Gobierno ha puesto fin a la obligatoriedad del uso de la mascarilla en el transporte público, aunque la mantiene en centros sanitarios, farmacias y residencias –para familiares y trabajadores–.
El país se homologa así a la mayoría de sus vecinos europeos, que eliminaron esta normativa hace meses –en 2022–, tras las primeras grandes oleadas de casos causados por la variante ómicron.
"El fin de las mascarillas en el transporte público significa seguir esa hoja de ruta planificada para volver a la normalidad", ha señalado este martes la ministra de Sanidad, Carolina Darias, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros en el cual se aprobó este cambio normativo.
Ahora bien, esto no significa que las autoridades sanitarias españolas hayan dejado de recomendar el uso de las mascarillas en ciertas circunstanciaso para determinados colectivos.
Darias ha asegurado que las personas potencialmente vulnerables ante la Covid-19, entre las que se encuentran los mayores, deberían seguir usándola en espacios interiores.
"Las personas expertas aconsejan el uso de la mascarilla en personas que presentan sintomatología compatible con una infección respiratoria aguda y en personas vulnerables. También en espacios cerrados, en eventos multitudinarios, así como en el entorno familiar y en reuniones o celebraciones privadas en función de la vulnerabilidad de los participantes", sostienen desde el Ministerio de Sanidad.
Una recomendación, que también se hizo cuando se aprobó, a mediados de 2022, la Estrategia deVigilancia y Control frente a Covid-19 tras la Fase Aguda de la Pandemia –también conocida como 'gripalización'–.
Eso sí, el contexto actual es diferente. Desde verano, la incidencia en mayores de 60 años se ha estabilizado según los datos oficiales –ninguna nueva variante ha conseguido crear grandes olas–, la letalidad está en mínimos y el porcentaje de camas ocupadas por pacientes ingresados 'por' Covid ha llegado a ser inferior al 1%, en plena temporada invernal.
Todo ello, gracias, según afirman varios expertos, a la vacunación masiva y a que gran parte de la población se ha infectado ya –algunos varias veces, incluidos los mayores–.
Casos de Covid registrados por el Sistema Nacional de Salud. Fuente: Ministerio de Sanidad.
¿Mascarilla para todos los mayores?
Por ello, cabe preguntarse, ¿deberían las autoridades seguir recomendando la mascarilla en interiores para esta población? ¿Tiene sentido que la ministra haya hecho hincapié en esta medida? ¿Ha llegado el momento de que los mayores, que no lo han hecho ya, dejen atrás las mascarillas?
Este diario ha consultado a varios expertos. Algunos entienden que todos deberían utilizar la mascarilla de forma continuada en interiores –así como su entorno– para tratar de evitar infecciones, tanto de Covid como de gripe.
Por contra, otros creen que, visto que la pandemia se ha, en cierto modo, estabilizado –al menos temporalmente–, se debería trabajar ya de forma individualizada, ateniéndose a cada casuística y normalizando, poco a poco, la situación.
Y es que cabe recordar que el aislamiento provocado por el miedo al contagio ha pasado factura a los mayores, afectando incluso a su salud mental y física, según un estudio realizado sobre el impacto emocional de la pandemia.
Detecciones de Covid, gripe y VRS en los hospitales. Fuente: Instituto de Salud Carlos III.
"Deberían hacer el mismo uso que hasta ahora"
"Después de tres años, hemos aprendido a qué atenernos y sabemos en qué entornos hay que utilizar mascarillas: sobre todo, aquellas personas que tengan comorbilidades añadidas –no sólo por edad– y que no estén vacunados o no tengan dosis de refuerzo. También su uso puede estar justificado cuando se esté en un entorno con gente sintomática de cualquier enfermedad respiratoria", explica el inmunólogo y catedrático de la Universidad de Valencia, Rafael Toledo (@alfwarrior).
"Sin embargo, creo que estamos en un punto en el que las recomendaciones tienen que ser más personalizadas. El médico de cada residencia conoce la casuística de cada usuario. Luego, los mayores que no viven en residencias deberían hacer el mismo uso que hasta ahora, porque los datos no indican que haya habido explosiones de casos, a pesar de que llevamos más de un año sin la obligatoriedad y asistiendo a muchos eventos", asegura.
1-Un % importante🌍se ha infectado o vacunado
2-El🦠ha evolucionado y adaptado a humanos
3-en Biología, Medicina o Veterinaria 2+2=~4 (+/-0,5 IC95%)
4-Ahora hay que aprender a convivir con un nuevo virus.
Es más, Toledo resalta que el impacto a nivel comunitario del uso de la mascarilla por parte de los mayores "es mínimo".
"No creo que el que la usen o no vaya a tener un impacto importante. Es un tema más de protección individual que de comunitaria. Las pautas deben seguir siendo las que eran desde abril de 2022, atendiendo a las recomendaciones del médico. Y en las situaciones de mucha concurrencia de gente, los mayores deben seguir las mismas precauciones que hasta ahora", reconoce.
Update on the 2020 Cochrane review on the effect of physical interventions of influenza / SARS‐CoV‐2 transmission. The results do not suggest medical/surgical masks reduce viral spread. N95/P2 respirators might have some marginal impact.
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"Hay que empezar a normalizar el Covid y a hablar de enfermedades de transmisión respiratoria en su conjunto. Las personas mayores pueden ser igual de susceptibles a unas y a otras. Las recomendaciones son las mismas que hasta 2020: vacunación, evitar el contacto con personas sintomáticas y el uso de mascarilla en determinadas circunstancias, si lo considera la persona o su médico. Es decir, como se actuaba hasta ahora. No creo que haya que cambiar la política por el hecho de que haya aparecido el Covid, sino que hay que reforzar las medidas que puedan tener su utilidad, como la vacunación y determinadas acciones profilácticas", asegura.
"Quizá transmita tranquilidad a quienes tienen aún miedo de infectarse"
El jefe del Servicio de Inmunología del Hospital CU Virgen de Arrixaca (@manuelmuro5), Manuel Muro, entiende que se puede recomendar el uso de la mascarilla, "como medida de prevención en aquellos lugares donde puedan exponerse a virus respiratorios en situaciones de aglomeraciones y/o con densidad de personas, más, si se tienen comorbilidades o patologías acompañantes", pero no es seguro que tenga un "impacto a nivel poblacional muy elevado".
"Eso sí, como medida preventiva quizá transmita tranquilidad a los mayores que aún tienen miedo de infectarse", afirma.
"A corto plazo, en plena época de contagios por vía respiratoria, podría cortar algo la transmisión, pero tendría la contraprestación de que podría parecer como si toda la sociedad fuese por un lado, y ellos, por otro. La mejor medida completaría es sin dudar extender la vacunación con las dosis adicionales a quien no se la haya puesto", afirma.
Sobremortalidad en el último año. Fuente: Instituto de Salud Carlos III.
Mascarillas sí, pero "sin agobios"
Por su parte, el epidemiólogo e investigador de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (@GVAfisabio), Salvador Peiró, opina que la recomendación puede tener sentido para todos los mayores, pero "sin agobios".
"Es recomendable mantener la mascarilla en espacios cerrados –sean o no el transporte público–, especialmente si están muy concurridos y la ventilación es deficiente. Y es claramente recomendable en las personas con síntomas respiratorios. De cualquier edad, cuando están con otras personas y especialmente en espacios cerrados o en los que hay personas mayores o vulnerables. ¿Por qué? Los mayores han estado menos infectados que los más jóvenes, su respuesta inmunitaria es menos potente y menos duradera y, en caso de infectarse, su riesgo de desarrollar Covid grave es algo mayor. Las dosis de recuerdo y la mascarilla reducen estos riesgos. Adicionalmente, la mascarilla reduce el riesgo de otras infecciones respiratorias potencialmente graves", explica.
Aun así, reconoce, la eficacia de la recomendación puede que no sea muy alta. "El impacto en la transmisión poblacional de utilizar la mascarilla sólo por algunas personas mayores y en algunos espacios no está cuantificado, pero debe ser menor. Las personas que las usan reducen en alguna medida –tampoco se ha cuantificado– su riesgo individual de infectarse y de desarrollar un cuadro grave. En este sentido, es probable que el uso de mascarillas por las personas mayores reduzca algo las hospitalizaciones", prevé.
"Las medidas básicas en este momento son: 1) dosis de refuerzo, 2) mascarilla y reducción de contactos en las personas con síntomas respiratorias, 3) incrementar la ventilación –natural o mediante aparatos de ventilación– en espacios cerrados con muchas personas. Y a nivel general, las de siempre –no fumar, evitar el sedentarismo, intentar ser felices...–, vacunarse –de Covid, de gripe, etc.– cuando lo recomienden las autoridades sanitarias y reducir en lo posible el contacto con personas –incluidos nietos– con cuadros respiratorios de vías altas", enumera.
Por su parte, el epidemiólogo e investigador de la Universidad de Leicester (Reino Unido), Salvador Macip (@DrMacip), opina también que "los mayores tendrían que usar siempre mascarilla en situaciones de aglomeración o en sitios llenos y mal ventilados".
"La razón es reducir al máximo el contagio –de Covid, gripe y otras enfermedades respiratorias– en la población con más riesgo de tener complicaciones. Esto, un poco de prudencia y llevar todas las vacunas posibles es la mejor recomendación", señala.
La inmunóloga del CSIC, Matilde Cañelles (@CanellesMatilde), entiende que "las personas mayores, y los de más edad, con más motivo, deberían seguir teniendo cuidado, sobre todo, con lo rápido que está mutando el virus".
"Además, este colectivo, sobre todo los de más edad, tiene dificultad creando memoria inmunológica, y, cuando bajan sus anticuerpos, quedan parcialmente desprotegidos. Por eso, recomiendo que lleven mascarillas en los momentos en los que estén en sitios cerrados con mucha gente y tengan cuidado en restaurantes y bares muy llenos. De todas formas, por lo que estoy viendo, es lo que están haciendo sin que nadie se lo diga", sostiene.
Con todo, la inmunóloga entiende que esta medida sólo tiene un impacto individual. "Pero a nivel poblacional, no se va a notar mucho si el resto de la gente no la usa. El virus va a seguir dando vueltas. No soy epidemióloga, pero los que saben estiman que se convertirá en algo parecido a la gripe y será estacional, pero de aquí a 10 años", concluye.
Sobre el autor:
Pablo Recio
Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica.
Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial.