Losmayores de 60 a 69 años serán los próximos candidatos a recibir un refuerzo de la vacuna contra el Covid con una dosis de ARNm (Pfizer o Moderna) a partir de los seis meses.
La decisión, que se ha estado estudiandoestos días en la Ponencia de Vacunas, ha sido anunciada por el presidente Pedro Sánchez y, si no hay sorpresas, la medida se aprobará por parte de la Comisión de Salud Pública. Además, también se inyectará a sanitarios y personal sociosanitario, con motivo del aumento de la incidencia de las últimas semanas.
España se suma así a una amplia lista de países que ya han incluido, entre los grupos receptores de estos boosters, a los mayores de 60 o de 50 años e, incluso, en algunos casos concretos, a toda la población vacunable.
Por qué puede ser útil
Así,para entenderpor qué los diferentes países han tomado estas decisiones, hay que comprender primero que las dosis contra el Covid –tanto la pauta completa como los refuerzos– están sirviendo para dos objetivos muy concretos.
En primer lugar, la vacuna está resultando muy útil para reducir el número de hospitalizaciones –el principal problema de este coronavirus es la saturación que provoca en el sistema de salud, la letalidad y las secuelas que deja, sobre todo a los casos graves–.
Pero también, y no menos importante, las dosis están sirviendo para disminuir las probabilidades de contagiarse, sobre todo, durante los primeros meses tras recibir la inyección.
Así, teniendo en cuenta estos dos efectos, la vacunación busca uno u otro objetivo dependiendo de la edad,o los dos juntos.
Por ejemplo, cuando los estados plantean la posibilidad de inmunizar en el futuro a los niños sin patologías, no se hace para evitar muertes, sino más bien por su utilidad para frenar contagios. O cuando se invita a los cuatro millones de personas sin doble pauta a ponerse una dosis, también se pide, fundamentalmente, para reducir la transmisión –aunque, en el caso de mayores de 30, también para no saturar las UCI–.
Boosters inyectados por cada 100 habitantes. Fuente: Our World in Data.
Los mayores de 60 años
Sabiendo todo esto, en el caso delas personas de 60 a 70 años, explican varios expertos a 65Ymás, la decisión de inyectar una dosis de refuerzo se justificaría sobre todo para volver a protegerles contra la infección –con el paso de los meses se reduce– y, en un segundo lugar, para prevenir posibles casos graves.
Y es que, según diversos estudios, la protección contra hospitalizaciones y muertes no baja significativamente a los seis meses para este grupo de edad –aunque es cierto que nunca fue del 100%–, pero sí que se reduciría en cuanto a contagios se refiere.
Eso sí, puntualizan los expertos, también hay que tener en cuenta que, en personas unos años más mayores, de más de 70-75 años, se ha constatado que la protecciónfrente a hospitalización baja unos pocos puntos.
Por esta razón, entienden que sería prudente el refuerzo para mayores de 60, ya que la diferencia entre una persona de 69 y una de 72 es pequeña y, normalmente, a partir de los 60 se comienza a hablar de envejecimiento del sistema inmunitario. Una circunstancia, que motiva, por ejemplo, que se recomiende la vacuna de la gripe a todos los mayores en su conjunto y no sólo a unos pocos.
Contagios por edades a día 16 de noviembre. Fuente: Ministerio de Sanidad.
La opinión de los expertos sobre la tercera dosis a mayores de 60
"Son muy buenas noticias si ponen la tercera dosis a las personas de 60 a 70 años. A medida que pasa el tiempo, cada vez parece más que van a tener que ponernos a todos la tercera dosis", explica la inmunóloga del CSIC, Matilde Cañelles (@CanellesMatilde).
"En Estados Unidos, ya han abierto la vacunación a todo el que quiera. Creo que va a ser la tendencia.Se ha visto que los anticuerpos en sangre van descendiendo y no es que uno no esté protegido contra la enfermedad grave u hospitalización, que sí, pero si van descendiendo, cuando te ataca el virus, puedes contagiar y es lo que queremos evitar. Queremos parar la transmisión, como sea", apunta.
Por otro lado, el epidemiólogo e investigador de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (@GVAfisabio), Salvador Peiró, comparte con la inmunóloga del CSIC que dar este refuerzo es una decisión acertada.
"Los beneficios de las terceras dosis se reducen conforme baja la edad –no porque las vacunas vayan peor, sino porque los riesgos de Covid grave son menores y la relación riesgo/beneficio baja–. Pero 60-70 años es un grupo aún con riesgos elevados –aunque mucho menos que los mayores de 70–", sostiene.
"Algunos estudios con terceras dosis han usado el tramo de edad de más de 60 (todos los mayores) y han mostrado una relación positiva. Adicionalmente, en el caso de España, hay un grupo importante de población en este tramo que fueron vacunados con AstraZeneca y la protección –con bastante incertidumbre, porque hay poco estudio– parece ser algo menor que con las vacunas de ARNm", añade.
Además, anticipa, es de prever que los criterios de a quién se inyecta una tercera dosis vayan variando con el tiempo y con la evolución de la curva de contagios.
"Como el riesgo de ser hospitalizado disminuye mucho con la edad, la efectividad de las vacunas para evitar este resultado se va reduciendo. En mayores de 65, evitas una hospitalización por cada 481 personas a las que pones una tercera dosis, mientras que en el grupo de menores de 30 tienes que vacunar a 8.738 para evitar una", comenta el experto, basándose en este estudio realizado en Estados Unidos por el CDC.
Con todo, puntualiza, estos estudios sobre terceras dosis "están calculados para la incidencia actual de Estados Unidos, que están con más de 110 hospitalizaciones por millón de habitantes a la semana, mientras que nosotros estamos alrededor de 11 por millón –10 veces menos–. Esto quiere decir que evitaríamos menos hospitalizaciones porque tenemos muchas menos".
"En resumen: vayamos por pasos. Primero, los mayores de 70 y personas de riesgo. Sigamos con los de monodosis (Janssen). Posteriormente, 60-70. Y luego, valoremos otros grupos de menor riesgo según la información que vaya apareciendo. Tomemos cada decisión en su momento para ganar más información, mientras vamos priorizando a los que más se benefician", recomienda.
Finalmente, propone, hay que reflexionar sobre "el tema de si sería mejor emplear estas dosis en países poco vacunados en lugar de boosters en jóvenes".
Los dos últimos periodos son con vacunación amplia de la sociedad. Fuente: Instituto de Salud Carlos III.
"La información sobre esta estrategia –reducción de casos y muertes en esos países o del riesgo de aparición de variantes– es bastante especulativa, aunque parece razonable vacunar allí antes de gastar terceras dosis en poblaciones de bajo riesgo en los países desarrollados. Pero veo muy difícil que los países 'ricos' jueguen esa carta", se lamenta.
Pero también hay que tener en cuenta que quizá la tercera dosis no sea la última, avanza. "Es una posibilidad, pero no un 'destino inevitable'. La efectividad de las vacunas frente a Covid grave se mantenía muy bien con dos dosis y también es igualmente posible que no haya que revacunar cada seis meses. En todo caso, hay que continuar con el desarrollo de nuevas dosis que no sólo protejan de Covid grave sino que también corten las cadenas de transmisión", concluye.
Coincide con Peiró, el epidemiólogo y portavoz de la asociación de Salud Pública de Madrid (@amasap), Fernando García. "Según los estudios efectuados en Israel, la eficacia de la tercera dosis es incontestable. Reduce sin duda el riesgo de hospitalización, de tener un cuadro grave y de muerte. Sin embargo, esto tiene que ponerse en el contexto del riesgo de contraer la infección. Si es alto, tiene sentido la administración. Si es menor, ya es más discutible", cuenta.
"En resumen, si la sexta ola sigue subiendo y aumentan los casos, sería conveniente ampliar la vacunación al grupo de mayores de 60 años. En todo caso, insisto en lo dicho en otras ocasiones: esto no nos debe ocultar el hecho de que a la vez que se administran dosis de refuerzo a los mayores se debería vacunar a los habitantes de los paísescon recursos escasos o medianos, muchos de los cuales apenas tienen todavía acceso a las vacunas. Por ejemplo, en África solo está vacunado el 5% de la población", denuncia.
Por su parte, el vicepresidente de la Asociación Española de Vacunología (@AEV_Vacunas), Fernando Moraga-Llop, también cree que esta decisión es correcta.
"Se ha visto que en la Covid el factor de riesgo más importante es la edad. Y, a partir de esos años, empieza de forma más manifiesta el envejecimiento inmunitario. En base a eso, como ocurre con la vacuna de la gripe, se puede recomendar la dosis de refuerzo", justifica.
No obstante, el exdirectivo de la OMS, Daniel López Acuña (@lopezacunad), no comparte del todo esta medida. "No existen razones de peso para tomar ahora esta decisión y este no será el factor que logre poner un freno al repunte de contagios. En primer lugar, este grupo de edad no es en el que se está dando la mayor incidencia, está ocurriendo en los menores de 12 años que no pueden ser vacunados todavía, porque no está aprobada en esa franja de edad. En segundo lugar, no hay una evidencia contundente de que la inmunidad decaiga considerablemente en términos de protección efectiva en las personas de entre 60 y 70, ni de que la tercera dosis vaya a generar un incremento sustancial en la efectividad que se logra con dos dosis, para prevenir severidad, hospitalización o riesgo de fallecimiento. En tercer lugar, hay que recordar que la vacuna no es esterilizante y no impide la infección ni limita la capacidad de contagio. Por ende, esta dosis no frena el repunte", opina.
"Donde está el verdadero problema es en los cuatro millones y medio de personas que aún no tienen la pauta completa. Y para frenar la ola ascendente de contagios, no basta con vacunar: hay que mantener las medidas de protección, si fuese necesario, volver a las restricciones que impiden las interacciones sociales desprotegidas y mantener la guardia alta en cuanto a medidas de salud pública que permitan la detección precoz, el rastreo exhaustivo, la realización de pruebas diagnósticas, el aislamiento de positivos y el control de los brotes aislados. Se debe impedir una transmisión comunitaria, porque eso disparara todavía más la incidencia", prosigue.
"Se está planteando también la posibilidad de poner un refuerzo a los trabajadores sanitarios y sociosanitarios, pero se está haciendo sin contar con la suficiente evidencia de si es necesario, o no. La tercera dosis no hara ningún daño pero, en muchos casos, resultará innecesaria y no producirá beneficios sustantivos. No hay base alguna para poner un refuerzo cada seis meses. Esto implicaría, desde mi punto de vista, un uso inadecuado y, muchas veces, un desperdicio de recursos. Hacerlo no frenará la transmisión", finaliza.
De momento, España ha inyectado 2,7 millones de dosis adicionales, la mayoría, a personas de más de 70 años. Y es de prever que los mayores de 60 reciban el refuerzo a comienzos del invierno.
Sobre el autor:
Pablo Recio
Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica.
Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial.