Úlceras por presión, infecciones, caídas, atragantamientos, ansiedad o agitación. Estas son algunas de las consecuencias de las sujeciones físicas o farmacológicas de personas mayores con algún tipo de deterioro cognitivo.
Para evitar esta su uso, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología ha presentado este martes el Documento Cuidados sin Sujeciones 2023 en el que se reclama la eliminación de las sujeciones físicas y químicas en el cuidado de los mayores, tanto en residencias y domicilios como en instituciones sanitarias.
Y es que, argumentan, esta práctica debe ser desterrada de la atención sociosanitaria, puesto que atenta contra la libertad y la dignidad de las personas y puede causar grandes perjuicios físicos y psicológicos.
Por ello, reclaman una regulación que garantice el fin de las sujeciones, mejorar la formación de los profesionales para que sepan cómo cuidar sin recurrir a esta práctica y que se trabaje caso por caso.
Con todo, desde la SEGG comprenden que esta eliminación tardará tiempo en llegar, puesto que, para que se lleve a cabo, es necesario un verdadero cambio cultural.
Cabe recordar que las comunidades autónomas se comprometieron a acabar con las sujeciones en centros sociosanitarios en 2025 en el nuevo modelo de residencias, conocido técnicamente como Acuerdo sobre Criterios comunes de acreditación y calidad de los centros y servicios del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia.
Además, una instrucción de la Fiscalía General de Estado también va en este sentido y pide controlar el uso de estos métodos de contención. No obstante, no existe una regulación que prohíba la práctica médica.
Derechos de los mayores
El presidente de la SEGG, José Augusto García, ha advertido en la presentación del Documento Cuidados sin Sujeciones 2023 de las consecuencias para la salud mental y física de los mayores de mantener este tipo de prácticas y ha asegurado que, pese a que un mayor pueda tener algún tipo de deterioro cognitivo, "sigue siendo la misma persona" con los mismos "derechos”.
Por su parte, José Pascual, coordinador de la Comisión Cuidados sin Sujeciones de la SEGG y presidente de la asociación Dignitas Vitae (@Dignitas_Vitae_), ha asegurado que “no estar sujeto es un derecho” y ha recordado que en el cuidado, "con buena voluntad, podemos hacer maltrato".
Pascual ha lamentado que no haya "una norma nacional que regule las sujeciones". Con todo, ha reconocido que “gracias a la instrucción de la Fiscalía y al Acuerdo de Acreditación del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 hemos dado un paso de gigante”.
Ahora bien, el coordinador de la Comisión Cuidados sin Sujeciones de la SEGG ha reconocido también que no está clara cuál es la "prevalencia de sujeciones" en la actualidad y que queda mucho por hacer para lograr el fin de las mismas.
En opinión de Ana Urrutia, miembro de la Comisión Cuidados sin sujeciones de la SEGG y presidenta de la Fundación Cuidados Dignos (@CuidadosDignos), actualmente no hay excusa para desterrar esta práctica, puesto que ya se sabe como cuidar sin recurrir a ellas y en muchos países de nuestro entorno no se aplican como ocurre en España.
“No puede ser que las utilicemos de una manera crónica”, ha afirmado. No obstante, Urrutia ha reconocido que será un cambio que llevará años. “Una Ley nos ayudaría”, ha añadido.
Sujeciones, únicamente en situaciones urgentes
Así, con el documento publicado por la SEGG se reclama a los centros residenciales "adquirir un compromiso formal respecto a la atención libre de sujeciones físicas y químicas, compromiso que se acreditará mediante un plan de actuación –plan de supresión de sujeciones y plan de cuidado sin sujeciones– y que habrá de ser aprobado por la entidad competente de la comunidad autónoma, y su ejecución se controlará por el servicio que tenga encomendada la labor de inspección de centros".
"Este plan debe contemplar la supresión total y segura de las sujeciones, las cuales podrán ser utilizadas únicamente en situaciones urgentes, de manera temporal y excepcional y en las que, con el objetivo de ser abordadas sin sujeción, se hayan aplicado medidas preventivas que eviten su uso pero que finalmente hayan fracasado", apuntan en un comunicado.
"Bajo dichas premisas, la SEGG considera que las indicaciones se limitarán a: cuadros agudos de urgencia vital, en los que se den situaciones o conductas que representen una amenaza real para la integridad física de la persona o de terceras personas; protección de dispositivos sanitarios de urgencia vital; asegurar el reposo cuando esté indicado por razones terapéuticas; enfermedad mental diagnosticada en situación de crisis aguda, y siempre que el paciente lo haya solicitado voluntariamente y el médico considere que existen criterios clínicos de indicación. Quiere también advertirse que la aplicación de sujeciones siempre estará sometida a un procedimiento documentado, que deberá contar con prescripción médica, supervisión técnica, consentimiento informado, determinación de tiempos de la sujeción –no superior a 24 horas– y formato de la sujeción, así como un análisis de los riesgos que entrañaría su uso. Además, será obligatoria la comunicación al Ministerio Fiscal", indican.