Actualidad

Un inmunólogo recomienda a los mayores mantener la "mascarilla" aunque se 'gripalice' la Covid

Pablo Recio

Miércoles 2 de febrero de 2022

ACTUALIZADO : Miércoles 2 de febrero de 2022 a las 8:54 H

10 minutos

El experto pide proteger durante unos meses más a los colectivos vulnerables no sólo con la vacuna

Un inmunólogo recomienda a los mayores mantener la "mascarilla" aunque se 'gripalice' la Covid
Pablo Recio

Miércoles 2 de febrero de 2022

10 minutos

El fin de las medidas sanitarias de excepción podría dejar a muchas personas vulnerables, a las que no les ha hecho efecto la vacuna, algo más expuestas al virus. Y es que, si todo el mundo vuelve a socializar como antes, no se hacen cuarentenas y se deja de recurrir al uso intensivo de las mascarillas, es de prever que este colectivo retome también una cierta vida normal, para no quedarse aislado, lo que les pondría, en cierta medida, más en riesgo –si no lo están ya con la ola de ómicron–. Más aún, teniendo en cuenta que todavía no se ha logrado protegerles eficazmente –se intenta con anticuerpos monoclonales, antivirales y otros medicamentos, pero queda mucho por desarrollar–.

Con todo, esta situación no es novedosa, afecta a una minoría de la población, y ha ocurrido y ocurre con otras enfermedades: no siempre se cuenta a tiempo con una cura para todos. Y probablemente, según apuntan algunos expertos, durante un tiempo, si el virus no muta de forma imprevista, las principales víctimas del Covid seguirán siendo mayores y personas con problemas inmunitarios.

Eso sí, mientras la medicina logra que este número de decesos se reduzca cada vez más –a nivel general ya se han alcanzado porcentajes de letalidad muy bajos–, el inmunólogo del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, José Gómez Rial (@gomez_rial5), entiende que quizá no estaría de más que estos pacientes se sigan protegiendo usando la mascarilla en espacios concurridos, por ejemplo, aunque es cierto que esto tampoco garantiza que no se infecten. 

covid

 

PREGUNTA - ¿Cómo se vive la sexta ola en su hospital?

RESPUESTA - Está claro que estamos en el pico de la sexta ola. Hay que tener en cuenta que es la primera vez que los test diagnósticos están en manos de la población. Por ello, que esta sea la ola con mayor incidencia no significa que sea la peor. Lo que se debería contabilizar es la presión asistencial, que ha ido aumentando, pero sin llegar a situaciones críticas como las anteriores.

No hemos dado un paso atrás en la pandemia, por mucho que los medios insistan en el récord de contagios. Muchos decían que era el fin del mundo, pero la presión y las admisiones se han mantenido controladas. Y ahora, parece que bajamos. Además, los ingresos son de menor duración. Antes, se empantanaban en las unidades de críticos, pero eso ha ido mejorando, el tiempo de estancia es menor, a los tres o cuatro días se liberan las camas, y también ocurre en críticos. Hemos aprendido a manejar la enfermedad, porque tenemos más información y porque la vacuna ha evitado que se repliquen las olas anteriores. 

P.- De entre los contagiados, ¿quién ingresa hoy en día en el hospital?

R.- En las primeras olas ingresaban todos, con patologías, sin ellas, de 40 años, 50, 60... Era impresionante. Pero ahora, viene la población vulnerable, es decir, las personas mayores de 65 años, por la senescencia, y gente con patologías, con algún tipo de problema inmune, los que llamamos inmunocomprometidos. Este perfil, a pesar de contar con la vacuna –que no previene del contagio–, por el simple hecho de coger la infección pueden acabar en el hospital. Y para ellos la duración de la protección es muy corta: una persona mayor tiene un repertorio de células 'vírgenes', preparadas para reconocer la vacuna y generar memoria, muy reducido, respecto a un joven sano. Su sistema inmune está agotado. Por esta razón, la protección debe centrarse en ellos. Es el gran error de la pandemia, vacunar por edades indiscriminadamente y olvidarse de que, tras las tres dosis, no hay nada más que hacer. No es correcto. Hay que buscar quienes de esas personas todavía están en riesgo. Estamos viendo casos de mayores con patologías o trasplantados que, a pesar de tener varias dosis, no han generado una respuesta o la han perdido. Y por otra parte, estamos poniendo terceras dosis a personas de 20 años que no la necesitan.   

P.- ¿Están viendo personas que ingresan con tres dosis?

R.- La semana pasada vino un joven de 40 años trasplantado y que cogió el Covid junto a todo su núcleo familiar. Él ingresó con una enfermedad severa y le mandamos a la UCI. Luego, cuando hablamos con la familia, les preguntamos que cómo pudo suceder y nos dijeron: "No sé. Todos tenemos tres dosis". Pero esa persona, a pesar del refuerzo, no tenía ningún tipo de inmunidad, ni anticuerpos ni protección celular –lo vimos en el ingreso–. Y claro, la familia se decía: "No hemos sabido proteger, porque pensábamos que, por tener la tercera dosis, ya estábamos bien". Y fue un error. Por ello, hay que identificar a esas personas, hacerles ver que siguen en riesgo y pedirles que se vacunen, pero que añadan también capas de protección. 

P.- Previsiblemente, dentro de poco se levantarán las restricciones y cuarentenas. En ese momento, las personas vulnerables quedarán expuestas al 100%. ¿Qué les recomienda? 

R.- A estas personas les afectan todos los virus. La temporada de gripe a quienes más atacaba era a los mayores. Por eso se insistía en la vacunación. Pero en ese caso, había una inyección anual, que se ponía justo cuando se necesitaba, unos meses antes de la ola. Ahora, estamos en pandemia, con una circulación del virus descontrolada. Hay transmisión comunitaria. ¿Y qué va a pasar? Pues que se van a levantar las restricciones, porque no podemos vivir en un estado de alarma permanente, pero mi miedo es que si seguimos sin identificar a los pacientes de riesgo, cuando la gente se relaje, a las personas vulnerables –no a los de 40 o 50– les echaremos todo el virus.

Si no ponemos medidas además de la vacuna como, por ejemplo, recomendar a estas personas que lleven mascarilla en interiores, mal iremos. Hay que estratificar el riesgo individual. Ha llegado el momento de pasar a una medicina individualizada. Se deben abandonar los vacunódromos y empezar a prescribirla por indicación médica, por parte de hematólogos, oncólogos, etc., que recomienden a estas personas que tengan cuidado, porque siguen expuestos. 

vacuna covid

 

P.- Entiendo que los mayores y personas con problemas inmunes deben tener cuidado, pero no podrán aislarse de la sociedad toda la vida. No lo hacían antes de la pandemia, pese al peligro. ¿A qué se pueden agarrar al margen de la distancia y la mascarilla?

R.- Socializar y mantener la mascarilla es muy difícil, lo reconozco. Pero bueno, también deben saber que ahora tenemos herramientas, las vacunas y los antivirales. España los acaba de comprar y yo me pregunto: "¿Qué criterios van a seguir para administrarlos? ¿Se hará de forma arbitraria?" Si no medimos el riesgo que tiene esta gente, vamos a dárselos a personas que no los necesitan. Además, hay que recordar que son caros. 

Por otra parte, en cuanto a las vacunas, ahora tendremos una de Novavax que utiliza una estrategia que no es el ARN mensajero. Así que pienso que estar repitiendo cuartas dosis de Pfizer y Moderna a esas personas es un error. Si alguien no responde con 3 dosis, creo que es tontería darle una cuarta con la misma tecnología. A lo mejor hay que cambiar y diferenciar entre los que han perdido la protección y quienes, con tres inyecciones, no han tenido respuesta. Son casos que hemos visto en el hospital, pero se detectan tarde. Hay que identificarlos y hacer algo distinto con ellos. 

P.- Usted propone entonces destinar todos los recursos sanitarios a los más vulnerables.

R.- Se han destinado todos los recursos a la vacunación. Y salen noticias como: "Se han caducado no se cuántas dosis sin ponerse".  Y yo me digo: "¿Y qué?". Parece que criticamos todo. Prefiero que se pasen de fecha a que me digan que no tenemos. Y respecto al tercer mundo, tampoco podemos caer en el populismo de decir que se envíe a África. España ha donado muchas a quienes han querido, pero hay estados que parece que, para ellos, el Covid es un problema relativo. 

Luego, se están financiando PCRs y test que no tienen sentido. En la situación actual, con ómicron, que es mucho más leve en individuos vacunados –el 90% tiene dos dosis–, ¿tienen lógica hacerlos? Hay que centrarse en los vulnerables, en los que ingresan. No existe un carga hospitalaria de personas jóvenes, salvo los no vacunados, y a ellos ya no les va a convencer.

Además, tenemos que asumir que es un virus respiratorio y que, tarde o temprano, en un mes o un año, todos nos vamos a contagiar. El Covid Zero es imposible. Por eso, tenemos que atenuar su impacto, y se está consiguiendo, pero nos estamos olvidando de los vulnerables. Debemos dejar de lado a los jóvenes y centrarnos en ese colectivo, porque son los que ingresan. 

P.- ¿Cómo cree que se quedará el virus entre nosotros? ¿Habrá grandes olas o una circulación estable baja?

R.- Todos hemos fallado en las predicciones. Nadie se esperaba a ómicron, una variante que tuviese esa capacidad para evadir la respuesta de los anticuerpos, aunque no la inmunidad celular.

¿Qué pasará en el futuro? Es difícil saber. Por el momento, la nueva mutación ha eludido una parte de la inmunidad, pero se ha encontrado a una población vacunada. Quizá sea la única lectura positiva: hemos conseguido una inmunidad híbrida –infección natural sobre vacunados–. Eso genera una superprotección contra todas las variantes conocidas y limita mucho las posibilidades de avance del coronavirus.

Así que estamos en fase de cambio de una enfermedad mortal a una endémica, que hay que tratar de otra forma. Eso sí, no se sabe si la siguiente variante será diferente a ómicron o si saldrá de ella, pero hay que ir acomodando las restricciones y protocolos a cada momento.

A pesar de todo, tampoco hay que mandar el mensaje de que con ómicron se acabó el problema. Se termina para el conjunto de la población, pero no para los vulnerables. No podemos levantar las manos del volante y decir: "Ya hemos llegado y que se agarre quien pueda". Todavía hay mucha población en riesgo de morir y pasarlo mal. Hay que tener cabeza y adaptar las estrategias, porque uno de los peores comportamientos es el inmovilismo del que quiere seguir igual, cerrando parques, colegios y con mascarillas en el exterior, cosas inútiles. Hay que tomar medidas con sentido común. 

P.- ¿Qué habría que hacer para proteger a los mayores frente a esta variante? ¿Qué medidas son imprescindibles?

R.- Ahora mismo, urge actualizar la vacuna, que se ha quedado obsoleta. Y las compañías están en ello. Esto es necesario, porque si hay otra ola, se va a cebar con los vulnerables. 

P.- ¿El Covid será estacional?

R.- La enfermedad ha ido cursando en olas, no sé si muy de acuerdo a las estaciones, aunque parece que sí, por la temperatura y los interiores. Lo que está claro es que eliminar un virus, que tiene reservorio animal, no es posible. Sólo se ha logrado con los de tipo humano, como la viruela, y tras muchísimos años.

Por ello, al final, lo que habrá que hacer es focalizar la protección en los mayores, porque el resto de individuos van a tener menos riesgo. A base de vacunas y exposición tendrán una protección para enfrentarse a esta variante y las que vengan. 

P.- ¿Hay riesgo de que vuelva el virus en una forma más grave?

R.- En el peor de los casos mutará en un reservorio animal en un SARS-CoV-3. En ese momento, la inmunidad celular se vería afectada. Pero eso sería otra pandemia. Y puede pasar con otro tipo de virus. Por ejemplo, si nos hiciesen una encuesta a todos los infectólogos, hubiésemos dicho que la pandemia que iba a venir sería con el virus de la gripe, porque es tremendo, ya que no tenemos una vacuna efectiva y muta muchísimo. Pero vino un coronavirus.

Eso sí, cuidado, el peligro de una pandemia de gripe está siempre aquí, esperemos haber aprendido algo para manejarlo desde el minuto 1 y no hacer lo que hicimos, es decir, mirar hacia otro lado. 

P.- Pero eso no debe inquietar a la ciudadanía, ¿no? Para eso pagan impuestos, para tener un servicio de salud pública eficaz. 

R.- Claro. Uno paga impuestos pensando en que las autoridades los van a gestionar bien, aunque no ha sido así estos últimos años. 

Sobre el autor:

Pablo Recio

Pablo Recio

Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica. 

En 65Ymás, ha contado el drama vivido en las residencias durante la pandemia y ha sacado diferentes exclusivas de impacto como 81 menús de residencias de mayores, a examen: "Baja calidad nutricional y abuso de procesados"que fue citado en una comisión de investigación en la Asamblea de Madrid. 

Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial. 

… saber más sobre el autor