El ser humano nunca se había planteado que la vejez fuese en sí misma una enfermedad. Pero parece que siempre hay una primera vez para todo. La mismísimaOrganización Mundial de la Salud (OMS) tiene la intención de catalogar la vejez como una enfermedad. Una propuesta que ha sido recibida con críticas por parte de asocaciones de mayores, geriatras, gerontólogos y expertos de todo el mundo.
Dentro de las clasificaciones internacionales de la OMS, los estados de salud (enfermedades, trastornos, lesiones, etc.) se clasifican principalmente en la CIE-10 (abreviatura de la Clasificación Internacional de Enfermedades, Décima Revisión), que brinda un marco conceptual basado en la etiología. En consecuencia, la CIE-10 proporciona un "diagnóstico" de enfermedades, trastornos u otras condiciones de salud. Pero la Organización ya anunciado que en su undécima revisión de la CIE (CIE-11), que verá la luz el próximo mes de enero, incluirá la vejez como enfermedad en su catálogo.
Lourdes Bermejo, vicepresidenta de gerontología de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), explica a 65Ymás que, en su opinión, considerar la vejez como una enfermedad "se trata de un cambio sustancial que no tiene nada que ver con la política y la conceptualización que venimos haciendo desde la primera Asamblea Mundial del Envejecimiento que tuvo lugar en Viena. Desde entonces toda la evolución ha ido en una misma línea y de repente esta situación nos aboca a una ruptura total a nivel de paradigma"
"Como casi todas las organizaciones, yo estoy un poco sorprendida. La verdad es que nos gustaría tener más información y conocer el argumentario que planean dar para justificar una decisión que me parece francamente extraña", se lamenta la doctora Bermejo.
"Esta conceptualización, personalmente, me sorprende. Todos los esfuerzos van encaminados a hacer entender que la vejez es simplemente una etapa más de la vida en la que tratamos de buscar la etiología de las enfermedades para poder tratar a los mayores con los cuidados que merecen, sin etiquetajes previos", explica Lourdes Bermejo para quien "el envejecimiento es un concepto mundial y en los países de nuestro entorno tenemos un desarrollo unitario de la geriatría. Pero pensemos en la cantidad de países en que este concepto se va a entender y aplicar de otra manera, diciendo que como una persona ya es mayor puede ser que tenga un montón de patologías y por tanto no es necesario responsabilizarse de la salud de esa persona. Esto es lo que a mí, personalmente, me da mucho miedo".
Edadismo y políticas gerontológicas
La doctora Bermejo nos confiesa que, como gerontóloga, le preocupa enormemente que "si ya somos edadistas, viejistas y ponemos la etiqueta de mayor para con eso no ver las capacidades, los derechos o las enfermedades del otro, que sucede ahora con el cambio de rumbo de un organismo del que siempre hemos bebido la mejor inspiración".
La especialista también nos advierte que "no olvidemos que la visión de la evolución de una sociedad, tanto a nivel individual como a nivel de políticas públicas en relación al envejecimiento, la ha aportado a nivel mundial la OMS. Hasta que no hubo un organismo internacional que guiase la política gerontológica a nivel mundial, la OMS, no se implantaron medidas gerontológicas".
Y recurre a un símil bastante claro para explicarlo. "Para mí la implantación de políticas de envejecimiento a nivel mundial es como pilotar un barco muy grande y querer cambiar el rumbo. Evidentemente sería necesaria una maniobra larga que durara muchísimo porque hasta que no cambies del todo la proa del barco no ha cambiado el barco. Y en realidad, que un organismo como la OMS pegue un bandazo tan violento, cambie de repente su paradigma mental y la conceptualización que hace, es gravísimo porque va a poner en riesgo muchísimas políticas públicas".
"En los países donde no existen esas políticas, donde aún no han empezado a hacerlas, no van a saber hacia dónde tienen que poner la proa del barco. Esto va en contra de lo que la propia OMS ha dicho desde siempre. Y además, estamos en pandemia. Pensemos que no en todas partes la situación epidemiológica evoluciona como en Europa o Estados Unidos, hay países en los que además existe una galopante situación de pobreza y hambre", recuerda Lourdes Bermejo.
La gerontóloga también apunta a que "este viraje de criterio va a afectar a una sociedad mundial empobrecida y coloca esta nueva etiqueta que hace que las políticas gerontológicas que, con mucho esfuerzo, pudieran estar bien orientadas en estos países pobres, de pronto se encuentran con que les quitan el norte. Esto me parece gravísimo para los países desarrollados a los que nos trastoca que se nos vaya el referente de la OMS y la ONU. Nos deja, descabezados, sin paradigma y sin el criterio que aporta fortaleza y visión mundial. Pero en los países en desarrollo donde ni siquiera hay servicios para unos mayores que están muchísimo peor que los nuestros, no quiero ni pensar lo que este cambio de rumbo va a suponer para los ciudadanos".
Sobre el autor:
Antonio Castillejo
Antonio Castillejo es abogado y periodista. Comenzó su carrera profesional en la Agencia Fax Press dirigida entonces por su fundador, Manu Leguineche, en la que se mantuvo hasta su desaparición en 2009. Especializado en información cultural y de viajes, desde entonces ha trabajado en numerosos medios de prensa, radio y televisión. Actualmente volcado con los mayores en 65Ymás desde su nacimiento.