El negocio de las vacunas de Covid-19 ya no parece ya tan lucrativo como hace un año, cuando la normalización del mundo entero dependía de estas inyecciones.
Y es que el surgimiento de la variante ómicron y los millones de contagios registrados han ralentizado la fiebre por la vacunación masiva.
Además, también ha influido probablemente el que no se hayan desarrollado nuevas formulaciones de estos antivirus y el que no haya aparecido una nueva mutación más patógena.
Y esta normalización de la vida y el fin de medidas como el pasaporte Covid, han tenido su traducción también en cifras económicas.
Así, según cuenta el diario Cinco Días, los laboratorios esperan vender un 20% menos este año que en 2021, en base a datos de la consultora Airfinity.
De esta manera, los principales responsables de este descenso serían los países desarrollados que cada vez demandarían menos refuerzos vacunales, por la reticencia de la población a recibirlos dado el cansacio pandémico y la levedad en personas sanas con doble pauta de ómicron.
Y es algo que se podría traducir en un stock de vacunas que podrían terminar caducando, avisan en el artículo. “El mundo cuenta con existencias de 2.300 millones de dosis de vacunas en espera de ser utilizadas”, indican al diario económico.
A pesar de todo, cabe recordar que una gran parte de la población mundial –sobre todo en África– todavía no ha recibido ni una sola dosis de la vacuna, principalmente, por motivos económicos.
Sobre el autor:
Raúl Arias
Raúl Arias es periodista especializado en Política, Economía y Sociedad. Licenciado en la Universidad Complutense de Madrid, ha trabajado en diferentes medios de tirada nacional, siempre pegado a la actualidad.