Las predicciones de la viróloga del CSIC Margarita del Val sobre la sexta ola podrían estar cumpliéndose. "En cuanto empiece el frío, va a comenzar la oleada. Será casi matemático. A primeros de octubre, nos preguntaremos, ¿qué está pasando?", aseguraba el 2 septiembre en una entrevista con 65Ymás.
Y aunque su pronóstico quizá se haya podido retrasar en el tiempo y no pueda aplicarse a España por ahora, sí que parece cumplirse en el norte de Europa,en paralelo a la llegada del frío. Un incremento de casos, que ha provocado incluso que un país, Letonia, haya vuelto al confinamiento total y a implantar el toque de queda.
Eso sí, este aumento de infecciones no sólo se debería a la bajada de las temperaturas. Un combo de factores, como la eliminación de las restricciones, el estancamiento de la campaña de vacunación, la reducción de la eficacia de las vacunas con el paso del tiempo o la mayor socialización en espacios cerrados con la llegada del frío podrían ser algunos de los causantes de estos repuntes, a falta de saber qué papel puede tener una variante como la Delta Plus + (AY4.2), detectada en Reino Unido que, de momento, supone el 10% de los casos en ese país y podría ser algo más transmisible –también se ha secuenciado en Rusia, Estados Unidos y Dinamarca, y está bajo la lupa de la OMS–.
Además, otro elemento que reforzaría la validez de estas hipótesis es que este aumento se está dando prácticamente al mismo tiempo en países con diferentes niveles de vacunación como Alemania (65% de la población con la pauta completa), Holanda (68%), Reino Unido (66%), Dinamarca (75%), Bélgica (73%), Rumanía (29%), Estonia (55%), Hungría (59%), Polonia (52%), Eslovaquia (41%), Austria (61%), Irlanda (74%), Ucrania (15%), Rusia (31%), etc.
Con todo, por ahora son conjeturas y en cada país se dan una serie de condiciones específicas. Es más, para que se confirmen algunas de estas hipótesis –cambios del comportamiento social por el invierno, desescaladas, variante nueva, pérdida de eficacia de las vacunas, etc.– se debería comprobar también si comienzan a aumentar en países de la región cuyos casos parecen estabilizarse como Francia (67%) o Italia (70%).
Y no todo serían malas noticias: en países con una alta cobertura vacunal, como España (81%) o Portugal (88%), el hecho de que las dosis se hayan puesto hace pocos meses a los grupos que más suelen socializar sin protección o que se sigan inyectando pautas completas, aunque a menor ritmo, y terceras dosis podrían suavizar esta transmisión invernal y ayudar a doblegar o prevenir una posible sexta ola de hospitalizaciones y muertes.
¿Volverán las restricciones?
Por esta razón, teniendo en cuenta todos estos datos, cabe preguntarse, ¿provocará este nuevo escenario una vuelta a las restricciones en Europa de forma generalizada?
La respuesta no está clara. En primer lugar, una parte de la científicos no quieren renunciar a unas herramientas para situaciones excepcionales como son los confinamientos o la reducción de movilidad, que sirven para disminuir el número de susceptibles de contagiarse y ayudan a doblegar curvas.
No obstante, otros confían en que no sean necesarias y creen que la vacuna y las terceras dosis podrán ayudar a controlar la transmisión y reducirán el impacto en los hospitales de un virus que, poco a poco, se está haciendo endémico.
Pero no sólo es un debate que se plantee en el mundo de la ciencia, los estados también tienen posiciones encontradas sobre este asunto. Por ejemplo, en Reino Unido se ha optado por convivir con el virus, aunque haya incidencias altas, se esté experimentando un incremento de casos y haya un flujo contínuo de pacientes con Covid en los hospitales –aunque podrían replantearse su política de cara al invierno–.
Fuente: Our World in Data.
Y, en el extremo opuesto, países como Letonia, con un 50% de población vacunada, acaban de volver al confinamiento total durante un mes y han aplicado un toque de queda estricto para frenar su curva –cabe destacar que su vecino, Estonia, tiene casi la misma incidencia, aunque la subida fue más gradual, y su población sigue desconfinada–.
Aun así, no hay que irse tan lejos para ver cómo hay diferentes vías para combatir al Covid. Cabe recordar cómo en España abordaron la quinta ola comunidades autónomas como Madrid o Valencia. Una, no implantó más medidas que las que ya estaban vigentes entonces –mascarillas en interiores, aforos y horarios de cierre de discotecas– y, la otra, volvió a implantar el toque de queda, entre otras restricciones.
Finalmente, también hay que tener en cuenta que el tipo de medidas que se adopten no sólo conciernen a políticos y técnicos, puesto que la pelota también está en manos de la ciudadanía –la vacunación no es obligatoria– y ha quedado patente que ciertas sociedades han sido más proclives que otras a inyectarse dosis, sabiendo la relación que hay entre un mayor porcentaje de inmunizados y una convivencia más o menos pacifica con el virus. Y es que en no todas las sociedades se ha tenido la misma percepción sobre el coronavirus ni la misma adhesión respecto a las medidas preventivas, lo que condicionaría también la política sanitaria de cada Estado.
Fuente: Our World in Data.
¿Deberían aplicarse nuevas restricciones en España?
Pero, ¿y en España? ¿Se volverán a aplicar medidas restrictivas si la incidencia aumenta? Pues la respuesta tampo es clara, puesto que el país está altamente vacunado y, además, no se ha llegado a desconfinar del todo: la mascarilla se sigue usando en interior y las autoridades continúan recomendando la distancia social. A pesar de todo, esta decisión estaría en manos de las regiones y del Ministerio de Sanidad que no suelen adelantar cómo actuarán en este tipo de situaciones.
Por ello, teniendo en cuenta estos factores, 65Ymás ha querido consultar con varios expertos sobre si ven probable y deseable que vuelvan a aplicarse medidas restrictivas en España si hay una nueva ola. Y hay opiniones para todos los gustos.
El médico e investigador de la Universidad de Leicester (Reino Unido), Salvador Macip (@DrMacip), lo tiene claro: "La vacuna no es suficiente para frenar la pandemia, por lo tanto no es cuestión de porcentajes. Las restricciones se tendrán que aplicar si los casos suben, hay que ser capaz de reaccionar si hace falta. Y los casos es normal que aumenten, lo que hay que evitar es que se descontrolen", reconoce.
Para el inmunólogo de la Universidad de Valladolid Alfredo Corell (@alfredocorell), más allá de si las actividades se producen en exterior o interior, parece que España ha entrado en una fase distinta al resto, que posibilita pensar las políticas sanitarias de manera diferente.
"Está resultando suficiente para contener la transmisión. Parece que estamos en una nueva situación", apunta, si bien también reconoce que la mayor socialización quizá ha hecho que la incidencia esté bajando más lentamente en las últimas semanas.
Por otra parte, matiza respecto a "las restricciones de Letonia", "no hay que olvidar que es el que tiene una de las peores incidencias en Europa, de más de 1.200". "En España estamos muy lejos de ese dato", apunta.
"Eso sí, en el caso de que se volvieran a disparar las alarmas, sí que se deberían volver a plantear restricciones. Hay que actuar de modo preventivo y en España no se ha retirado todavía el uso de mascarillas en interiores como ha sucedido en Reino Unido, donde se están planteando retomar alguna de estas protecciones en espacios cerrados", señala.
"Este virus no está enseñando que normalmente vamos por detrás, pocos países demuestran que pueden estar por delante. Si tiene que llegar una nueva oleada, llegará. Pero es cierto que nos pilla con mucha población vacunada y con las medidas en interiores en vigor. Así que conviviremos con la ola en mejores circunstancias", finaliza.
Por otro lado, el epidemiólogo e investigador de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (@GVAfisabio), Salvador Peiró, coincide con Corell en que la situación de España es totalmente diferente a la de países como Letonia.
"Yo diría que, gracias a las vacunas, hemos entrado en una fase en que podemos intentar el control funcional de la pandemia. No dejar que la incidencia suba y que nos cause un exceso de hospitalizaciones y fallecimientos, pero permitiendo la actividad escolar, laboral y demás. Esto implica no 'apostar' por hipótesis (¡con las vacunas podemos hacer vida normal! ¡con el certificado Covid no habrá casos en interiores!) e ir tomando medidas en función de los datos. Si la incidencia sube y, sobre todo, suben las hospitalizaciones, habrá que volver a algunas restricciones (sobre todo en interiores: ventilación, mascarillas, aforos). Si se mantiene baja, lo contrario. Estamos en una situación nueva (por las vacunas, delta, sin restricciones) y hay que actuar sin ideas preconcebidas. Según nos informen los datos de hospitalización y transmisión", argumenta.
Pese a todo, prosigue, habría que desterrar la idea de la inmunidad de grupo."En la medida que las actuales vacunas no cortan las cadenas de transmisión y los vacunados (aunque menos) pueden seguir infectándose y contagiándose, no existe una cifra 'mágica' que nos vaya a permitir tener un invierno normal en cuanto a la transmisión. Brotes vamos a tener y su extensión depende de cómo mantengamos algunas medidas (fundamentalmente en espacios cerrados). Aun así, la protección frente a la hospitalización se mantiene muy bien. En ese sentido esos brotes no deberían producir -salvo sorpresas- la saturación del sistema sanitario", indica.
Por su parte, la inmunóloga del CSIC Matilde Cañelles (@CanellesMatilde) entiende que la vuelta a las restricciones dependerá, entre otros factores, de la vacunación y las terceras dosis.
"Depende de cuándo se termine de administrar la tercera dosis a los mayores de 70 años. Si se hace rápido, yo esperaría un buen invierno, con casos, pero con muy pocas hospitalizaciones y muertes. Yo creo que es pronto para establecer nuevas restricciones y ojalá no hagan falta, pero habrá que ser proactivos e ir actuando según evolucione la situación", opina.
"La esperanza de que al lograr porcentajes del 70% o del 80% se frenaría la transmisión no es más que una ilusión. Dicho esto, está claro que cuanta más gente esté vacunada, mejor. Que el 90% de los adultos españoles estén vacunados es una noticia muy buena, pero no impide que nuevos brotes y oleadas puedan surgir: tanto en los grupos que siguen sin vacunarse como en los vacunados en donde la inmunidad puede haberse reducido o porque tengan alguna inmunodeficiencia por enfermedades asociadas o meramente por la inmunosenescencia, el deterioro inmunológico asociado con la edad", explica por su parte el epidemiólogo y portavoz de la asociación de Salud Pública de Madrid (@amasap), Fernando García.
Y añade: "Si a pesar de la cobertura tan alta de vacunación se siguen produciendo tantos casos, es obvio que la vacunación en sí no sirve como única medida. Debe complementarse con otro tipo de restricciones: ventilación en interiores, mascarillas en interiores, higiene de manos, etiqueta respiratoria… Y el refuerzo del sistema sanitario para afrontar los brotes: la atención primaria, la salud pública y el sistema sociosanitario. Una atención primaria suficientemente potente y dotada, una salud pública que permita la notificación rápida de los casos para su aislamiento y la detección de los contactos estrechos para su cuarentena, y un sistema sociosanitario que garantice esos aislamientos, así como las compensaciones económicas necesarias. Sin ese refuerzo, no se podrá contener la propagación de nuevos brotes".
Finalmente, el exdirectivo de la OMS, Daniel López Acuña (@lopezacunad), opina que "la incidencia depende primariamente de las medidas no farmacológicas y, secundariamente, de la vacunación".
"El tema no está relacionado con porcentaje de vacunación, sino con mantener medidas de protección y evitar interacciones sociales desprotegidas. Y los países del este que tienen altas incidencias no sólo tienen baja vacunación, sino que han relajado restricciones y medidas de protección anticipadamente", afirma.
De esta manera, concluye, "evidentemente, el camino es volver a niveles de restricciones de pantallas anteriores como ha hecho Letonia. La ola otoño/invernal puede minimizarse si se hace lo correcto". "Es necesario controlar los brotes, rastrear contactos, aislar positivos sintomáticos y asintomáticos y mantener el uso de la mascarilla en interiores especialmente mal ventilados y mantener distancias físicas. Y reintroducir restricciones si se producen repuntes", finaliza.
Sobre el autor:
Pablo Recio
Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica.
Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial.