Las personas mayores han sido las principales perjudicadas por la última ola de calor que ha afectado a toda España durante los últimos días y que se prevé que asole esta semana al resto de Europa.
Según las últimas estimaciones realizadas por el Instituto de Salud Carlos III (no se trata de muertes confirmadas sino de una aproximación), en sólo 10 días, entre el 8 y el 17 de julio, habrían fallecido 692 personas por 'causas atribuibles a las altas temperaturas', de las cuales, 659 serían mayores de 65 años –el 95% del total–.
En concreto, las personas de más de 85 años son quienes más habrían sufrido esta ola. Es el grupo de edad que acumula un número superior de muertes, 439, seguido de la franja de 75 a 84 años (162) y, en tercer lugar, de los que tienen entre 65 y 74 años (58). Por otra parte, la mayoría de fallecimientos por estas causas serían de mujeres, el 61,9% del total, un porcentaje, que aumenta hasta el 68,8% para la franja de más de 85 años.
En cuanto a las comunidades autónomas con más afectación, según el Instituto de Salud Carlos III estas habrían sido Madrid (161), Castilla y León (119), Andalucía (96), Galicia (73 ) y Extremadura (64).
¿Por qué el calor afecta más a los mayores?
Ahora bien, ¿por qué estos golpes de calor afectan más a los mayores? La respuesta tiene que ver con que tienen una menor percepción sensorial de los cambios de temperatura, lo que provoca que, a partir de una cierta edad, puedan llegar a exponerse a situaciones de riesgo sin ser conscientes de ello.
Además, a medida que se cumplen años, la sensación de sed disminuye, lo que puede provocar procesos de deshidratación.
Y en tercer lugar, hay que tener en cuenta que "los sensores fisiológicos pueden estar afectados por la medicación y también por las enfermedades crónicas más frecuentes como la obesidad, la hipertensión arterial y otras afecciones metabólicas que alteran las necesidades de hidratación de forma regular y continua", explica a 65YMÁS la experta en medicina preventiva, Marina Sáinz.
"Las personas mayores retienen más calor que las más jóvenes por una serie de factores, como que sus glándulas sudoríparas emiten menos sudor, cuya evaporación es la forma que tiene el cuerpo humano de eliminar el calor, y el corazón de los mayores no hace circular la sangre por los tejidos tan bien como en las personas de menor edad, de modo que llega menos calor a la piel para su eliminación", indica por su parte el portavoz de la Asociación Madrileña de Salud Pública (@amasap), Fernando García.
"Por otra parte, muchos tienen enfermedades crónicas –cardiacas, pulmonares, mentales o renales–, padecen obesidad o sobrepeso o toman medicamentos –como diuréticos, sedantes, tranquilizantes, algunos antihipertensivos...– que les hacen intolerantes a las altas temperaturas", asegura.
Es más, puntualiza, "la mayoría del exceso de muertes producido por el calor no se debe a golpes de calor o a agotamientos por calor, sino al agravamiento de enfermedades crónicas".
¿Cómo saber si estoy sufriendo un golpe de calor?
Hay ciertos indicadores que avisan, independientemente de la edad, de que uno está sufriendo un golpe de calor. Los síntomas más comunes son:
la confusión y la desorientación
el recalentamiento de la piel
la aceleración del pulso
la sensación de mareo y las náuseas
los escalofríos
el dolor de cabeza
la fiebre
la pérdida de conocimiento
la falta de saliva
"En los casos más extremos, la temperatura excesiva produce un golpe de calor, que tiene una mortalidad muy alta. Es un estado clínico en el que el cuerpo acumula mucho calor que no puede eliminar. La temperatura corporal puede subir a 41°C, se acompaña de confusión, mareos y pulso rápido y es una urgencia vital que requiere un tratamiento rápido y enérgico. Un estadio anterior es el agotamiento, tras varios días expuesto a altas temperaturas y sin ingesta de líquidos suficientes. Los síntomas son la sudoración profusa, la respiración rápida y el pulso rápido y débil y puede evolucionar al golpe si no se le pone remedio", indica el epidemiólogo Fernando García.
Y añade: "Hay varios factores que acentúan los efectos nocivos del calor sobre la salud: la pobreza –sin acceso al aire acondicionado o a ventiladores–, las ciudades –con sus islas de altas temperaturas que lo acentúan–, los barrios alejados de las zonas verdes y sin árboles, la falta de movilidad o el aislamiento social. Los ambientes muy húmedos también son muy nocivos, pues dificultan la evaporación del sudor".
¿Qué hay que hacer?
En caso de sentir alguno de estos cuadros clínicos o varios de ellos a la vez es importante contactar con el sistema de salud cuanto antes, sobre todo, en personas de edades más avanzadas.
Y mientras llegan los servicios de emergencias, el paciente deberá intentar bajar la fiebre con algún tipo de paño empapado en agua, aplicándolo en la frente, la nuca, las axilas y las muñecas, y tiene que tumbarse con los pies hacia arriba –para evitar mareos–. Igualmente, es imprescindible beber agua y situarse en un lugar lo más fresco posible que no tenga una exposición directa al sol.
¿Se pueden prevenir los golpes?
Eso sí, para no llegar a vivir este tipo de situaciones, es importante trabajar en la prevención y seguir siempre las pautas que recomiendan las autoridades sanitarias, independientemente de si se tiene más o menos sensación de calor:
Beber dos o tres litros de agua al día –se puede alternar con zumos, infusiones o leche–.
Evitar el alcohol, las bebidas azucaradas o las que contengan cafeína: provocan deshidratación.
Realizar comidas ligeras y ricas en líquidos.
Usar ropa ligera y protección para el sol –gorras y gafas–.
Ventilar y climatizar el lugar en el que se esté.
No exponerse directamente a los rayos del sol durante mucho tiempo y no llevar a cabo actividades físicas en los momentos más calurosos del día.
No dejar a nadie en un vehículo con las ventanas cerradas.
"Todos los mayores con enfermedades crónicas o del sistema inmunitario, cardiovascular y neurológico tienen que mantener esas medidas de hidratación, ventilación y frescor", señala la médico Marina Sainz.
"Hay que mantener un ambiente de la casa fresco y con humedad frecuente, aunque sea con agua en pulverizador. Y también beber agua, aunque sea sin sed y a sorbos pequeños. Además, se debe vestir ropa ligera no apretada de algodón o hilo con colores claros y evitar las horas de calor para pasear o hacer la compra", añade.
Las autoridades piden precaución
Cabe recordar que el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, y otros responsables de otras regioneshan llamado también a incrementar las medidas de prevención ante la ola de calor especialmente en población vulnerable y de forma primordial en mayores de 80 años.
"Ya es la segunda ola, además mantenida en el tiempo", ha recordado Ruiz Escudero, quien ha indicado que "evidentemente" hay población "que sufre esos rigores" y algunos de ellos incluso pierden la vida. "Insistir muchísimo en las medidas sanitarias", especialmente en cuanto al cuidado de los más vulnerables, ha explicado, y "esperar que cambie el tiempo cuanto antes".
Por su parte, la portavoz del Gobierno y ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, ha pedido este martes "a las administraciones, a los empresarios y a los sindicatos" que revisen "las condiciones de trabajo y la prevención de riesgos laborales" ante las temperaturas extremas, para evitar la muerte de los trabajadores por olas de calor.
Rodríguez ha manifestado el "pesar" del Ejecutivo por "aquellos que han fallecido como consecuencia de la ola de calor" en sus puestos de trabajo, en concreto, un barrendero y un empleado de un taller de neumáticos, ambos en Madrid.
"El Gobierno actuará con contundencia a través de la Inspección de Trabajo, como ya está haciendo, y seguiremos atentos y vigilantes a estas situaciones", ha asegurado la ministra portavoz en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
Un trabajador de la limpieza de 60 años
El trabajador de la limpieza, de 60 años, sufrió un golpe de calor el viernes mientras trabajaba en labores de limpieza en la avenida de San Diego de Puente de Vallecas. Los hechos ocurrieron pasadas las 17.30 horas, cuando Emergencias Madrid recibía una llamada de un testigo de la caída avisando de un hombre que se había desplomado y que se encontraba inconsciente en la calle.
Rápidamente, una dotación de Samur Protección-Civil acudió a las inmediaciones y encontró a un hombre inconsciente con una temperatura corporal de 41,6 grados. Ante esta situación, el equipo sanitario le aplicó hielo frío en las axilas, ingles y en la nuca, además de darle suero salino. Al ver que estas medidas eran insuficientes para que la víctima recobrase el sentido, Samur intubó al hombre, quien fue trasladado al Hospital Gregorio Marañón en estado grave, donde falleció horas más tarde.
Sobre el autor:
Pablo Recio
Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica.
Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial.