Desde que España dio por terminada la "fase aguda de la pandemia", muchas comunidades autónomas han vivido una ola silenciosa de Covid en primavera, la séptima, que ha pasado desapercibida para gran parte de la sociedad.
En ese periodo de tiempo, casi todo el mundo ha experimentado cómo algún familiar o conocido daba positivo en un test de antígenos. Ahora bien, probablemente, prácticamente nadie tuvo la sensación de estar viviendo una ola como las de antes y no sólo porque la mayoría de casos sean leves, sino porque desde que empezó la gripalización las olas han sido "fantasma".
Prueba de ello es lo que está ocurriendo con la actual octava onda epidémica: se están alcanzado máximos de transmisión según los registros de Covid en aguas residuales, pero estos han sido minusvalorados hasta que no han aumentado las hospitalizaciones con ingresos, sobre todo, de mayores.
El Gobierno no registra todos los casos
Eso sí, hay una razón, entre otras, que explica este fenómeno de las "olas fantasma": el Gobierno lleva meses sin dar datos diarios de casos de Covid en todas las edades, puesto que, por los protocolos de la nueva Estrategia, ya no se registran los test caseros y los médicos no hacen pruebas a sospechosos, a no ser que sean vulnerables, graves o convivientes con pacientes de riesgo.
Por contra, actualmente, Sanidad ofrece dos veces por semana un informe de la incidencia aproximada en mayores de 60 años y estimaciones de cuántos casos de gripe, covid u otros virus puede estar habiendo, según datos de su red de vigilancia –hospitales, centros de salud, etc.–.
Además, varias autonomías aportan informes semanales de presencia de Covid en aguas residuales, una forma de medición que sirve para dimensionar las olas, pero que no representa el impacto del virus en todo el país, sólo a nivel local.
Hospitalizaciones y muertes
El dato más 'fiable' que aporta Sanidad es el de hospitalizaciones y el de defunciones. Un indicador, que sirve para calcular el impacto clínico de la ola, pero que no es perfecto, puesto que no diferencia –salvo el caso de alguna CCAA– entre pacientes ingresados 'por' Covid y quienes ocupan una cama por otra enfermedad y, además, han dado positivo en una PCR o test de antígenos.
Cabe recordar que este indicador es el que utilizan muchas autonomías para tomar sus decisiones. Por ejemplo, en primavera, durante la séptima ola "fantasma", Asturias fue una de las únicas regiones que registró un aumento de hospitalizaciones significativo, llegando a superar el 10%, y esto, sumado a una subida de la incidencia en mayores, motivó que las autoridades recomendasen de nuevo la mascarilla en interiores y la distancia social.
Algo similar estaría ocurriendo en la actualidad en varias comunidades, como Madrid o Cataluña, entre otras, donde, tras aumentar las hospitalizaciones, se habría recomendado de nuevo el uso de mascarilla –en poblaciones vulnerables, en el caso madrileño y para todos y en todos los interiores, en el caso catalán–.
Los datos de otros países del entorno
Eso sí, cabe matizar que el resto de vecinos de España tampoco estarían aportando estadísticas muy fiables desde el auge de ómicron y el "fin de la fase aguda de la pandemia".
Y es que, si bien siguen dando 'oficialmente' datos de incidencia a nivel de toda la población, estas cifras no son realistas, puesto que buena parte de los infectados reales no se hacen test y ha decaído el interés de las autoridades por el control de la transmisión –ya no hay rastreo, pruebas masivas ni restricciones–.
Por ello, actualmente, sólo queda, para hacerse una idea de la magnitud real de una ola, analizar las hospitalizaciones e indicadores como la presencia de Covid en aguas residuales o en muestreos aleatorios que se hagan por parte de las autoridades sanitarias.
Sobre el autor:
Pablo Recio
Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica.
Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial.