En España unas 120.000-150.000 personas padecen párkinson. Se trata de la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente, después de la enfermedad de Alzheimer.
El párkinson también es, tras el alzhéimer, el segundo diagnóstico neurológico más frecuente entre los mayores de 65 años. Y es que el 2% de los mayores de 65 años yel 4% de los mayores de 85 padecen párkinson en nuestro país, recuerda la Sociedad Española de Neurología (SEN)
El daño a las células nerviosas asociado con la enfermedad de Parkinson puede causar temblores, movimientos lentos, problemas de equilibrio y muchos otros síntomas que empeoran gradualmente con el tiempo. Aunque no tiene cura, hay medicamentos disponibles que pueden tratar los síntomas
Terapia de reemplazo
La terapia de reemplazo de dopamina con agonistas del receptor de dopamina D2/D3 se utiliza comúnmente para aliviar estos síntomas, pero los efectos secundarios incluyen el desarrollo de trastornos del control de impulsos (ICD, de sus siglas en inglés) en un número significativo de pacientes, como documentan algunos estudios.
Los ICD se definen como la incapacidad persistente para resistir el impulso de participar en conductas que conllevan resultados personales, sociales o financieros perjudiciales, y comprenden el juego patológico, la hipersexualidad, los atracones y las compras compulsivas
De hecho, la prevalencia del juego patológico entre los pacientes con la enfermedad es considerablemente mayor que la de la población general, como explica un ensayo de 'Movement Disorder'
Se cree que el juego patológico tiene su raíz en un deterioro de la toma de decisiones, un proceso cognitivo multifacético que implica la selección de una opción entre varias alternativas, a menudo con una compensación de riesgo/recompensa.
En los seres humanos, la toma de decisiones se puede evaluar mediante la Iowa Gambling Task (IGT), un ensayo conductual que imita situaciones de la vida real al reproducir condiciones inciertas basadas en recompensas o penalizaciones probabilísticas. En la IGT, la estrategia óptima es favorecer las opciones con ganancias y penalizaciones menores, evitando las opciones de "alto riesgo, alta recompensa". Sin embargo, los pacientes bajo farmacoterapia muestran una preferencia por las opciones arriesgadas, lo que sugiere un deterioro en la toma de decisiones.
Ahora llega un estudio, publicado en 'International Journal of Molecular Science' de investigadores de la Fujita Health University en Japón, dirigidos por el profesor adjunto Hisayoshi Kubota de la División de Neurofarmacología del Comportamiento, Centro Internacional de Ciencias del Cerebro (ICBS) de la mencionada universidad. Han investigado el mecanismo por el cual un fármaco llamado pramipexol o PPX altera el proceso de toma de decisiones en ratones con enfermedad de Parkinson.
La investigación fue coescrita por el profesor Taku Nagai de la División de Neurofarmacología del Comportamiento, Centro Internacional de Ciencias del Cerebro (ICBS), y el profesor Hirohisa Watanabe del Departamento de Neurología, Facultad de Medicina, ambos en Fujita Health University.
Para analizar más de cerca los resultados de este estudio, primero debemos entender cómo funciona el PPX para aliviar los síntomas. El párkinson es el resultado principalmente de una pérdida de células nerviosas o neuronas que producen un compuesto llamado dopamina. Algunas neuronas dependen de ella para su funcionamiento normal: tienen estructuras llamadas 'receptores de dopamina' que pueden considerarse como cerraduras que luego se pueden activar utilizando la dopamina como 'llav'e. Los medicamentos como el PPX pueden imitar la función de la dopamina y unirse a estos receptores, especialmente en pacientes con la patología que carecen de neuronas productoras de dopamina.
El experimento
Para estudiar los efectos del PPX en la enfermedad, los investigadores inyectaron en el cerebro de ratones una toxina llamada 6-hidroxidopamina (o 6-OHDA). La 6-OHDA daña las neuronas de una manera muy similar a la observada en el cerebro de los pacientes con párkinson. Los ratones fueron tratados con PPX y luego sometidos a una "tarea de juego" basada en una pantalla táctil para poner a prueba sus habilidades de toma de decisiones. Curiosamente, estos ratones eligieron la opción de alto riesgo/alta recompensa con mucha más frecuencia: optaron por un resultado desventajoso en el que recibían una gran recompensa (un batido de fresa), que también conlleva un mayor riesgo de un gran castigo por exposición a luces intermitentes.
Pero, ¿qué parte del cerebro es responsable de este comportamiento? El estudio de los cerebros de ratones tratados con PPX reveló que una región profunda del cerebro llamada globo pálido externo (GPe) estaba hiperactivada, o mostraba un nivel mucho más alto de actividad neuronal. A continuación, los investigadores inhibieron químicamente las neuronas del GPe, lo que en realidad redujo la actividad de toma de riesgos desventajosa en los ratones. Esto demostró que la hiperactivación del GPe era de hecho responsable de la mala toma de decisiones en los ratones tratados con PPX.
Este estudio tiene enormes implicaciones para el tratamiento de pacientes con enfermedad de Parkinson. "Nuestros hallazgos podrían conducir al desarrollo de nuevos medicamentos o intervenciones que se dirijan específicamente al globo pálido externo. Esto ayudaría a prevenir o reducir los problemas de toma de decisiones en pacientes con la enfermedad de Parkinson", ha explicado en un comunicado el Dr. Kubota.
Además de ayudar a los profesionales médicos a desarrollar mejores tratamientos para la enfermedad de Parkinson, estos hallazgos también pueden ayudar a mejorar la concienciación entre los pacientes afectados, sus familias y el público en general. El Dr. Kubota ha subrayado:" La investigación de cómo los medicamentos para la enfermedad de Parkinson afectan la toma de decisiones ayudará al público a comprender mejor la complejidad de la enfermedad y su tratamiento. También ha comunicado que "esto beneficiará a los pacientes, sus familias y cuidadores, y los motivará a considerar la atención temprana y las estrategias preventivas".
Estos hallazgos arrojan nueva luz sobre los complejos procesos cerebrales que ayudan a tomar decisiones cotidianas y prometen mejorar la calidad de vida de los pacientes afectados por la enfermedad de Parkinson. Quizás también podamos aprender algunas lecciones importantes de este estudio y pensarlo dos veces antes de tomar malas decisiones en nuestra vida diaria.
Sobre el autor:
Patricia Matey
Licenciada en Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid. 1986-1991), es periodista especializada en información de salud, medicina y biociencia desde hace 33 años. Durante todo este tiempo ha desarrollado su profesión primero en el suplemento SALUD de EL MUNDO (22 años), luego como coordinadora de los portales digitales Psiquiatría Infantil y Sexualidad en el mismo diario. Ha colaborado en distintos medios como El País, La Joya. la revista LVR, Muy Interesante, Cambio 16, Indagando TV o El Confidencial. En este último ejerció de jefa de sección de Alimente durante cuatro años. Su trayectoria ha sido reconocida con los premios de periodismo de la Sociedad Española de Oncología Médica, premio Boehringer-Ingelheim, premio de la Asociación Española de Derecho Farmacéutico, premio Salud de la Mujer, premio de Comunicación del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid o Premio de Periodismo de Pfizer. Actualmente es la responsable de la sección Cuídate+ sobre longevidad saludable de 65YMÁS.