Los casos de covid en residencias de mayores –uno de los principales focos de contagios durante la pandemia– han caído en picado gracias a la vacunación de la práctica totalidad de sus usuarios y trabajadores con las dosis de Pfizer.
"Casi la totalidad de las 405.179 personas institucionalizadas en residencias de mayores o con discapacidad, el 98%, han recibido al menos la primera dosis de la vacuna y el 90%, las dos dosis", anunciaba este martes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
"Estamos ante el principio del fin de la pandemia, y tenemos que recordar cuánta razón tenía Pío Baroja cuando decía que la ciencia es la única construcción fuerte de la humanidad. El obstáculo es descomunal pero la solución lo será más aún. España ya tiene horizonte de salida", subrayaba asimismo.
Evolución del porcentaje de residencias de mayores con al menos un positivo por coronavirus en España. Fuente: Imserso.
El efecto de la vacuna
En concreto, desde mediados de febrero, los brotes y las muertes por el virus se han reducido casi a cero. Y no sólo eso: los pocos que, desgraciadamente, se infectan –y que están vacunados– son, en su inmensa mayoría, asintomáticos.
Prueba de ello es el brote ocurrido hace pocos días en la residencia San Juan de Segura, en el País Vasco, donde se infectaron más de 20 mayores y ninguno tuvo un cuadro moderado o grave.
Con todo, según aseguran expertos a 65Ymás, lo normal es que no se produzcan estas infecciones masivas entre vacunados, sobre todo, visto la drástica bajada de casos registrada en sociedades ampliamente inmunizadas como la israelí o la británica. Eso sí, es recomendable, matizan, mantener todavía ciertas precauciones, ya que todavía no se sabe cómo de expuestos a infectarse quedarán los más vulnerables sin utilizar barreras de ningún tipo, a parte de la propia inmunidad –los ensayos se hicieron durante la pandemia, con hábitos diferentes a los que se tienen en la vida normal–.
"Por casos como este es mejor no relajar las medidas demasiado, porque las vacunas dan protección, pero no al 100%. No obstante, algo más que antes sí que se podría hacer en las residencias, especialmente si todas las personas implicadas están vacunadas", señala el investigador de la Universidad de Leicester, Salvador Macip.
"Hay que tener en cuenta que los mayores de 65 años montan la respuesta inmune con más dificultad y es posible que transmitan más el virus, incluso vacunados, por eso es importante seguir con las medidas hasta que tengamos más datos sobre la transmisión en vacunados desglosados por edades", valora por su parte la inmunóloga del CSIC, Matilde Cañelles.
Evolución del total de usuarios de residencias fallecidos por coronavirus desde el inicio de la pandemia en España. Fuente: Imserso.
Muertes
Así y todo, y aunque actualmente los centros sociosanitarios se han convertido en los "lugares más seguros" del país, la reducción de los casos se vive en las residencias como un alivio pero también como una victoria amarga, puesto que el balance de decesos sigue siendo el más dramático de todos: más de 30.000 muertos por Covid en poco más de un año.
Y es difícil olvidarse de las imágenes de la primera ola –en la cual fallecieron unos 20.000 residentes–, con la UME recogiendo cadáveres en muchos centros, los hospitales de las zonas más castigadas colapsados y mayores encerrados durante meses en sus habitaciones.
Un trauma colectivo, que ha dejado huella también desde el punto de vista de la salud mental –deterioro cognitivo, depresión...– y física –por la falta de movilidad–. Unas secuelas, cuyo correcto tratamiento son el próximo reto para la Salud Pública española, según han comentado a este diario, en varias ocasiones, diferentes expertos en geriatría y gerontología.
Además, el impacto del Covid en las residencias no ha sido uniforme en todo el país y es de prever que las secuelas tampoco lo sean –algunas autonomías han sido más restrictivas que otras–. Así, un año después del comienzo de la pandemia, autonomías como Madrid (más de 6.000 decesos), Cataluña (más de 5.000) o Castilla y León (más de 4.000) se sitúan a la cabeza respecto a la mortalidad, frente a otras, como Canarias, donde "únicamente" han fallecido 81 mayores en residencias o Baleares, con poco más de 250.
Usuarios de residencias fallecidos por coronavirus desde el inicio de la pandemia por comunidades autónomas. Fuente: Imserso.
¿Relajación de medidas cuando finalice el Estado de Alarma?
Ahora, reconocen en el sector, el siguiente paso a dar es la desescalada total en las residencias, para que, al menos, puedan disfrutar de una autonomía similar a la que tienen los mayores que viven en sus casas. Aun así, no se prevé que esta relajación vaya a ser rápida y menos, es de prever, con la cuarta ola acechando, aunque los casos hayan caído en picado y ya se esté hablando de propuestas como el pasaporte Covid para verano.
Por otro lado, que decaiga o continúe el Estado de Alarma a partir del próximo 9 de mayo no afectará a las residencias, puesto que, desde el final de la primera ola, estos centros se rigen por normas y protocolos propios. Cabe recordar que, por ejemplo, cuando durante el verano de 2020 los españoles disfrutaban de su verano y podían viajar, las residencias se cerraban y blindaban ante el comienzo de la segunda ola, sin que se hubiese aprobado ningún Estado de Alarma.
"Las residencias están un poco más abiertas, pero tampoco creo que, si termina el Estado de Alarma, se vayan a desconfinar. A pesar de las vacunaciones, no sería prudente. Ha habido algún caso de brotes con la vacuna. Lo que hace falta aquí es tener a toda la población inmunizada", asegura la responsable de Sanidad de UGT (@UGT_Comunica), Gracia Álvarez.
Por contra, desde la patronal Ceaps (@cea_ps) son más optimistas y creen que se pueden dar ya ciertos pasos hacia el desconfinamiento.
"Las medidas se van relajando por parte de los distintos gobiernos autonómicos para que se puedan mejorar las salidas y las visitas pero quizás sería bueno permitir, en ciertas situaciones, el contacto físico con personas ya vacunadas. Si una persona quiere sacar a su padre a dar un paseo por el parque, y tiene problemas de movilidad, ¿no puede cogerlo del brazo? ¿Cómo ayudarle sin tocarle? Y si usa una silla de ruedas, ¿entonces no se puede empujar porque no se mantiene la distancia de seguridad? Estos temas deberían estar más desarrollados", indica el secretario de la organización, José María Toro.
"Sería bueno, quizá, hacer también controles serológicos específicos periódicos que nos permitieran saber la evolución de la inmunidad en los distintos centros para tomar las medidas necesarias en función de su nivel de inmunidad. Con esa información podríamos tomar decisiones mucho más acertadas y que afecten lo mínimo a la vida de las personas", propone.
"El problema está en las personas que están encamadas o tienen problemas de movilidad. Se sigue con las tres visitas a la semana de una hora. Y bueno, el problema es que la situación de la Comunidad de Madrid, a nivel de contagios, es la que es. Nosotros presionamos para que se pueda volver a la normalidad lo antes posible, pero si se priman otras cosas en Madrid, todo eso terminará repercutiendo en las posibles visitas y la vuelta a la normalidad que requieren los residentes", comenta por su parte el presidente de la Plataforma de familiares Pladigmare (@pladigmare), Miguel Vázquez.
Aunque, adelanta, la Comunidad de Madrid –donde actúa la Plataforma– parece que tiene pensado relajar ya las medidas. "El otro día tuvimos una reunión con la viceconsejera de Políticas Sociales de la Comunidad de Madrid y nos adelantó que iban a flexibilizar la entrada en las residencias para las personas inmovilizadas y que iban a permitir a los familiares subir a las habitaciones durante la hora de visita. Sin embargo, no han sacado nada todavía".
Y es urgente que tomen medidas de este tipo, pide Vázquez, puesto que los mayores de residencias deberían tener las mismas restricciones que las demás personas, más aún ahora que están vacunados. "Lo que no se puede es restringir más los derechos de las personas por el hecho de estar en una residencias", concluye.