En Argentina, la Universidad Nacional de Rosario ha otorgado a la vicepresidenta de las Abuelas de la Plaza de Mayo, Rosa Tarlovsky de Roisinblit, de 102 años de edad, el título Doctora Honoris Causa "por su trayectoria y valentía en la defensa de los derechos humanos y búsqueda incansable por la Memoria, Verdad y Justicia".
Rosa Tarlovsky nació en la localidad de Moises Ville el 15 de agosto de 1919 y es nieta e hija de unos de los primeros emigrantes judíos que se establecieron en el país sudamericano.
Desde 1935 a1937 estudió en la Facultad de Medicina de Rosario donde se licenció en obstetricia, la especialidad médica que se ocupa del embarazo, el nacimiento y el puerperio o posparto, y fue jefa de la Maternidad Escuela de Obstetricia de Rosario.
Durante la dictadura que asoló Argentina y que fue encabezada por el general Jorge Videla, el 6 de octubre de 1978, la hija de Rosa, Patricia y su nieta de 15 meses, Mariana, fueron secuestradas cuando la joven estaba embarazada de ocho meses.
Mariana fue devuelta a la familia de Tarlovsky pero no el niño nacido en el cautiverio del campo de concentración de de la Fuerza Aérea Argentina donde Patricia se encontraba recluida.
Aquel pequeño, nieto de Rosa, fue entregado a Francisco Gómez, un agente de inteligencia de la Fuerza Aérea que inscribió al niño como propio en el registro con el nombre de Guillermo Francisco Gómez que fue encontrado e identificado en el año 2000 y al que en 2004 se le devolvió su identidad. Desde entonces su nombre completo es Guillermo Rodolfo Fernando Pérez Roisinblit.
Desde el secuestro de su hija, Rosa Tarlovsky se unió al grupo de mujeres que conformaría la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo del que se convirtió en vicepresidenta en el año 1989
Como tal presentó ante la justicia argentina una querella a raíz de la cual se demostró probada la existencia de un plan sistemático de apropiación de niños durante la dictadura.
De hecho la la Universidad Nacional de Rosario que ahora le ha concedido el doctorado Honoris Causa ha recordado que "durante los años más oscuros de la historia argentina sufrió el secuestro y desaparición de su única hija, Patricia, que estaba embarazada de ocho meses de su segundo hijo".
Así mismo, la Universidad ha destacado que "Rosa, al igual que miles de madres y abuelas, comenzaron una lucha implacable por localizar y restituir a sus legítimas familias los hijos y nietos desaparecidos por la última dictadura".
"La perseverancia y el gran amor incondicional por recuperar a su nieto, le dieron la oportunidad de reencontrarse en el año 2000 y ahora, a sus 102 años, Rosa continúa el camino que emprendieron las Abuelas de Plaza de Mayo hace 44 años", ha declarado la Universidad.