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Sarampión, Polio, Viruela... ¿están volviendo las enfermedades que 'se controlaron' en el siglo XX?

Pablo Recio

Domingo 26 de junio de 2022

9 minutos

Los científicos responden

Sarampión, Polio, Viruela... ¿están volviendo las enfermedades que 'se controlaron' en el siglo XX?
Pablo Recio

Domingo 26 de junio de 2022

9 minutos

Un caso de infección por una bacteria que causa el cólera en Castilla-La Mancha, polio en las aguas residuales de Londres, centenares de casos de viruela del mono por todo el mundo... en las últimas semanas, da la sensación de estar viviendo un constante déjà-vu a raíz de la reaparición de ciertos virus o bacterias que parecían extintos, al menos, en Europa.

Así, todas estas noticias han hecho que muchas personas se hayan hecho la siguiente pregunta: ¿existe el riesgo de que enfermedades que se daban por controladas en el siglo XX puedan volver a aparecer y causen problemas?

La respuesta, en principio, es que no, pero todo depende del control epidemiológico y, sobre todo, de las nuevas mutaciones –es decir, del azar–.

Además, según los expertos consultados por 65YMÁS, nunca hay una seguridad del 100% de que un virus o una bacteria 'controlada' no vaya a causar problemas en el futuro –ni siquiera en el caso de los que están 'erradicados': se podrían reintroducir de forma artificial–.

Eso sí, que un microorganismo de este tipo pueda reaparecer no significa que las vacunas ya no sirvan o que los medicamentos específicos para esa enfermedad, si existen, no sean útiles. 

Las enfermedades no erradicadas antaño pueden volver

"Es muy difícil erradicar completamente un virus. Tienen la capacidad de ir mutando, adaptándose a su huésped para garantizar una mayor expansión. También pueden saltar de animales a personas. La polio, por ejemplo, todavía no se ha conseguido eliminar, a pesar de los grandes esfuerzos de vacunación. Con la viruela sí que se logró, pero quedó la del mono, que hace tiempo saltó a humanos y, en algunas zonas de África, es endémica. Y en el caso del sarampión, éste vuelve a aparecer en cuanto en una zona se deja de vacunar a los niños", explica la inmunóloga del CSIC, Matilde Cañelles (@CanellesMatilde).

"Yo creo que lo que está pasando es un reflejo de la mayor movilidad de los humanos y de la gran capacidad de los virus de adaptarse a nosotros. La pandemia de Covid va a marcar el comienzo de una nueva época en la que el seguimiento de brotes, el desarrollo rápido de vacunas y el diseño de medidas públicas de contención van a estar a la orden del día", opina. 

Coincide con Cañelles el investigador de la Universidad de Leicester (Reino Unido), Salvador Macip (@DrMacip). "Hay muchas enfermedades en teoría controladas que van reapareciendo. El sarampión y las paperas son las más obvias. Esta semana han encontrado el virus de la polio en aguas residuales de Londres y han saltado todas las alarmas. Es normal, porque ninguna de estas enfermedades está erradicada. Mientras sigan circulando en animales o personas, aunque sea a niveles muy bajos, es posible que haya brotes. Que sean mayores o menores o que, incluso, acaben en pandemia, depende de muchos factores, desde las propias características del microorganismo a qué inmunidad haya en la población", advierte.

Aun así, el parasitólogo de la Universidad de Valencia, Rafael Toledo (@alfwarrior), pide calma, puesto que aún no estaríamos en un escenario de resurgimiento y las vacunas siguen sirviendo y limitando la expansión de estos microorganismos.

"No creo que haya que alarmarse. En el caso de cólera es una falsa alarma. En el de la polio, no hay casos, solo hallazgos en aguas residuales, y parece debido a personas que se han vacunado vía oral y con virus atenuados. El caso de la viruela es diferente, porque sí que hay casos humanos. De momento, aparte de eso, no hay motivo de preocupación. No es que sean normales o no estos hallazgos. Hay que pensar que, por un lado, hoy en día se hace un seguimiento epidemiológico mayor y con técnicas mucho mas sensibles y, por otro, hay mucho mayor interés de los medios y redes en este tipo de noticias que, en otras épocas, hubieran pasado mucho más desapercibidas", opina.

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El equilibrio con estas enfermedades es precario

Por su parte, el epidemiólogo y ex directivo de la Organización Mundial de la Salud, Daniel López Acuña (@lopezacunad), entiende que la reaparición de estas enfermedades es síntoma de que el ser humano no ha logrado un equilibrio con "los agentes infecciosos". 

"En las últimas décadas hemos presenciado el advenimiento de las llamadas enfermedades emergentes –el VIH o el SARS-Cov2– y reemergentes, es decir, olvidadas y endémicas, que han reaparecido al cambiar los equilibrios ecológicos –cólera, viruela del Mono, polio, sarampión, tuberculosis multirresistente y otras más–. Los equilibrios de coexistencia con agentes infecciosos son muy precarios. Por ello, es muy importante una buena vigilancia epidemiológica y mantener la guardia alta en materia de prevención y control de la transmisión", propone. 

Asimismo, prosigue, es imprescindible conocer cuáles son las causas exactas de reapariciones como estas para saber cómo actuar. "Aquellas enfermedades que son prevenibles por vacunación, como la polio y el sarampión, resurgen cuando se deja de vacunar. Otras, que son endémicas en algunas zonas geográficas, pero que están habitualmente ausentes en otras, como la viruela del mono, presentan brotes por la importación de animales –mascotas– infectados o por el contacto estrecho de personas", asegura.

Y pone varios ejemplos. "En América Latina, no hubo cólera durante un siglo, pero en 1991 se produjo una epidemia que comenzó en Perú y que se extendió por todo el continente porque, con la crisis económica tras los ajustes estructurales, se redujeron las inversiones en dotación de agua potable, en saneamiento básico y redes de alcantarillado, y eso dio lugar a una gran contaminación del agua para consumo humano", recuerda. 

"En Haiti, la gran epidemia de cólera posterior al terremoto se produjo porque las fuerzas de Paz de la ONU, que venían de Bangladesh, eran portadores endémicos de la bacteria, y contaminaron los lechos de los ríos", ejemplifica también.

Además, a la transmisión de humano a humano, hay que sumarle las consecuencias que el cambio climático puede tener en la aparición de enfermedades, apostilla López Acuña. "Se están produciendo cambios ecológicos tan drásticos que afectan en el resurgimiento de patologías transmitidas por vectores –mosquitos– como la malaria, el dengue, la chikungunya... y la invasión de reservas animales, antes protegidas y sin mayor contacto con humanos, ha producido saltos como el SIDA, ébola, SARS, MERS, Covid, etc. También el uso irracional de antibióticos genera resistencia y determina por ejemplo el repunte de tuberculosis multirresistente", enumera.

Comparte las tesis de López Acuña el epidemiólogo y portavoz de la Asociación de Salud Pública de Madrid (@amasap), Fernando García. "Desde la aparición del SIDA, en los años 80 del siglo XX, con sus efectos devastadores en todo el mundo y, sobre todo, en los países con ingresos bajos, hemos vuelto a percibir el azote de las enfermedades infecciosas, que en los estados ricos habían dejado de ser hacía mucho tiempo una causa muy frecuente de muerte", analiza.

De esta manera, indica, además de la aparición de enfermedades nuevas como los distintos coronavirus y varios tipos de gripe, han resurgido "el ébola, el zika, la enfermedad de Lyme, la viruela del mono, la fiebre amarilla, la fiebre del Valle del Nilo Occidental, la fiebre hemorrágica de Marburgo", entre otras.  

"Se deben tomar medidas estructurales que vayan a la raíz de los problemas: frenar el incremento de la temperatura del planeta abordando sin dilación ninguna el cambio climático, aunque algunos de sus efectos no serán reversibles por mucho tiempo; transformar radicalmente la ganadería, para que deje de ser un foco potencial de nuevas infecciones; reducir la inequidad social; preservar la fauna y la flora de la vida salvaje, y reforzar las medidas de salud pública, como la ayuda internacional en los brotes infecciosos, el saneamiento, la potabilización de las aguas, la vacunación frente a enfermedades prevenibles", propone.

Este último punto es muy importante, señala el virólogo de la universidad CEU San Pablo, Estanislao Nistal. "Otro posible problema podría provenir de virus que se consideran controlados mediante las campañas de vacunación, pero que debido al rechazo de algunas personas a cualquier vacuna pueden crear situaciones de desprotección que permita que ciertos virus reemerjan en zonas donde se consideraban controlados. Es el ejemplo del virus del sarampión, cuya incidencia se ha triplicado en los últimos años. Enfermedades como las paperas o la rubeola, causadas también por virus podrían seguir un patrón similar", sostiene.

Enfermedad 'bajo control', un término relativo

Eso sí, que un virus nuevo reaparezca y cause temor, no debe opacar otro hecho: algunos patógenos que ya están 'bajo control' no tienen por qué ser mejores para el ser humano que estas otras enfermedades, aunque se les preste menos atención, reflexiona el epidemiólogo e investigador de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (@GVAfisabio), Salvador Peiró.   

"La mera detección del virus de la polio en aguas residuales en Londres, sin ningún caso detectado, es una emergencia nacional –y eso que muy probablemente no sea un caso sin detectar sino que les haya llegado alguien recién vacunado–. Sin embargo, 5.000 muertos de gripe en temporada invernal, no", se lamenta.

Y es que, según Peiró, estos últimos virus, de tipo aéreo, pueden ser más peligrosos para la sociedad –por incontrolables– que otras enfermedades que se contagian vía oral-fecal –salmonelosis, paratíficas, E.Coli, virus de Marburg, brucelosis, listeriosis, hidatidosis...– o sexual –viruela del mono, las hepatitis B, C, D, el VIH, ébola, etc.–, aunque estos últimos escapen al radar de salud pública, por darse, en parte, en ciertos sectores "marginales", donde es más difícil realizar "un trazado".

"Lo realmente difícil de controlar son las respiratorias, especialmente si tienen capacidad de contagiar por presintomáticos, asintomáticos o paucisintomáticos, y con capacidad de transmisión por aerosoles. En un mundo con una extraordinaria –y rapidísima– movilidad, tanto local como nacional e internacional, y con una potente 'industria de las multitudes', es muy complicado controlar la transmisión de este tipo sin 'parar el mundo', que es lo que acabamos haciendo con el Covid, hasta la vacunación", concluye.

Sobre el autor:

Pablo Recio

Pablo Recio

Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica. 

En 65Ymás, ha contado el drama vivido en las residencias durante la pandemia y ha sacado diferentes exclusivas de impacto como 81 menús de residencias de mayores, a examen: "Baja calidad nutricional y abuso de procesados"que fue citado en una comisión de investigación en la Asamblea de Madrid. 

Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial. 

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