Sin embargo, no se trata de un fenómeno nuevo, lleva ocurriendo toda la pandemia, pero ahora se da más ya que el virus ha mutado considerablemente respecto a la variante de Wuhan y ha transcurrido tiempo desde la mayoría de contagios.
Así, en las últimas semanas se han dado a conocer casos de personas que se han infectado tres veces o más, en muchos casos, con variantes distintas, y también se ha visto que un número muy importante de personas vacunadas han dado positivo en una prueba diagnóstica y, algunos, han desarrollado síntomas.
Con todo, en paralelo, también se ha demostrado que, durante un periodo de tiempo después de una infección o de la inoculación de la vacuna, hay un menor riesgo de contagio.
Y prueba de ello son los datos desagregados por edad de incidencia en los que se constata que las personas que han recibido una tercera inyección de la vacuna recientemente están siendo menos propensas a dar positivo en una prueba que los que tienen la pauta completa desde hace meses.
La clave, por lo que se sabe hasta ahora, podría estar en los niveles de anticuerpos neutralizantes –aunque aún queda mucho por investigar–.
Y es que, con las vacunas actuales –diseñadas para que el cuerpo genere defensas específicas frente a la variante de Wuhan–, el sistema inmune crea una alta cantidad de anticuerpos, que van disminuyendo con el paso de los meses. Y lo mismo pasaría con la infección.
Por ello, con el transcurso de los meses, según se ha ido estudiando, aumenta la probabilidad de infección si uno se expone al virus, es decir, que el número de anticuerpos no sería ya suficiente para impedir que el patógeno infecte nuestras células del sistema respiratorio y habría mayor posibilidad de dar positivo en una prueba.
Un fenómeno, que se acentuaría con las nuevas variantes, puesto que estas eludirían más fácilmente los anticuerpos generados por la vacuna o por mutaciones previas.
De esta manera, si con la variante delta se calculaba que, transcurridos cuatro meses de la pauta completa de ARNm (Pfizer y Moderna), la protección bajaba del 90% al 50-60% –dependiendo de la edad–, actualmente, con ómicron, se ha visto que este plazo es muy inferior, siendo de menos de dos meses, tanto para recién vacunados con la segunda o con la tercera dosis –algo más para estos segundos, es de prever–. Además, los niveles de eficacia máxima rondarían el 70-80% de media.
Y en cuanto a los recién infectados con delta –no vacunados–, es de prever que tengan también de media defensas suficientes durante varias semanas frente a ómicron, más aún, cuando sus niveles de anticuerpos en las mucosas –que es por donde entra el virus– pueden ser más altos de media, y su sistema inmune, puede recordar más proteínas del virus y no solo la S, que es la que usa el patógeno para entrar en las células.
Eso sí, según han explicado en diferentes ocasiones expertos a 65YMÁS, la defensa más duradera frente a ómicron sería la que tienen las personas vacunadas con doble pauta y que han pasado la infección con delta. Este colectivo tendría una inmunidad híbrida potente, aunque se desconoce cuál es su duración. Y todo depende también de cuántos anticuerpos hayan generado durante el contagio (quizá puedan ser menos que con una inyección).
Finalmente, el grupo más protegido frente a ómicron, en teoría, sería el que ha recibido la doble pauta y se ha contagiado con ómicron y han generado defensas específicas contra esa variante.
En este caso, es raro que se vuelvan a infectar a en los próximos meses, puesto que contarían con una protección más eficaz frente a la nueva mutación.
Aun así, por ahora se desconoce cuál será la duración media de estas defensas, aunque, por lo que se ha visto con otras variantes, es de prever que supere los seis meses.
Ahora bien, todo depende del cuerpo de cada uno y de la fortaleza de su sistema inmune.
Además, todo lo anteriormente citado se refiere a la posibilidad de que el virus sea detectado por una prueba, lo que no tiene por qué significar que la persona en cuestión enferme o contagie.
Sobre el autor:
Pablo Recio
Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica.
Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial.