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Las vacunas son eficaces y seguras para enfermos de artritis reumatoide y osteoporosis
Había preocupación por que la vacuna pudiera causar brotes en las enfermedades reumáticas
Las vacunas contra la COVID-19 han confirmado su eficacia y seguridad en personas que padecen enfermedades reumáticas y musculoesqueléticas (RMD, por sus siglas en inglés), según recoge un informe que se ha publicado en 'Annals of the Rheumatic Diseases'.
La Alianza Europea de Asociaciones de Reumatología (EULAR, por sus siglas en inglés), que lanzó un registro informado por médicos para recopilar información sobre la vacuna COVID, denominado COVAX, ha recopilado información sobre las vacunas en personas con enfermedades RMD inflamatorias y no inflamatorias.
La información, que comprende los meses de febrero a julio de 2021, ha reunido datos de 5.121 personas con diferentes tipos de RMD que habían recibido al menos una dosis de la vacuna. Las RMD inflamatorias más frecuentes han sido la artritis reumatoide, la espondiloartritis axial y la artritis psoriásica y las no inflamatorias más comunes han sido la osteoartritis y la osteoporosis.
Entre las personas con RMD inflamatorias, el 54% estaba tomando un fármaco antirreumático modificador de la enfermedad sintético convencional (csDMARD), el 42% estaba tomando DMARD biológicos (bDMARD) y el 35% estaba tomando medicamentos inmunosupresores para su RMD (como, por ejemplo, Glucocorticoides, micofenolato o azatioprina).
Los resultados de COVAX muestran que la mayoría de las personas con RMD inflamatorias toleran bien su vacuna COVID, sin diferencias en el perfil de seguridad que se observa en la población general o las personas con RMD no inflamatorias. Los efectos secundarios más comunes fueron reacciones de corta duración a la inyección.
Miedo a un brote como reacción
Una de las razones para hacer preguntas de seguridad adicionales en personas con RMD inflamatorias, según se explica en el informe, es la preocupación de que la vacuna pueda causar un brote de enfermedad. En este estudio, solo el 4,4% de las personas experimentaron un brote después de recibir la vacuna COVID, y solo el 0,6% se clasificó como grave.
Por último, la mayoría de las personas (más del 98%) pudieron continuar con su medicación habitual sin cambios. El estudio también encontró que había una tasa baja de infecciones por COVID-19 en personas con RMD una vez que estaban completamente vacunadas.