
VÍDEO: Sor Geneviève, la monja amiga del Papa que se ha saltado el protocolo para llorar su muerte
Se acercó discretamente a la zona donde se encontraba el féretro
Cardenales, obispos... y de repente ella, una religiosa en la Basílica de San Pedro del Vaticano, que se acercó al féretro del difunto Papa Francisco para poder llorar su muerte. Se trata de Sor Geneviève Jeanningros, una monja argentina de 81 años de la orden de las Hermanitas de Jesús, que decidió saltarse el protocolo para dar el último adiós al Papa Francisco. Un gesto que ha conmovido a medio mundo.
Con una mochila sobre sus hombros, Sor Geneviève, amiga del Papa, se acercó discretamente a la zona donde se encontraba el féretro, mientras que el personal del Vaticano seguía un rígido protocolo. Allí, se detuvo para rezar y llorar en silencio durante varios minutos. A pesar de no formar parte del protocolo que dictaba quiénes debían ser los primeros en despedirse, nadie se atrevió a decirle que ese no era su lugar.

Su labor era llevar a los "últimos de Roma"
La presencia de Sor Geneviève allí subraya su estrecha relación y amistad con el Papa Francisco. Ella era conocida por su labor de llevar a los "últimos de Roma", como los feriantes y las transexuales, ante el pontífice, según informan medios locales.
Sor Geneviève comenzó llevando grupos de homosexuales y transexuales, muchas de las cuales ejercen la prostitución en zonas desfavorecidas a las afueras de Roma, a las audiencias generales de los miércoles. Durante la pandemia de coronavirus, junto con el párroco don Andrea Conocchia, llamó a la puerta del cardenal limosnero Konrad Krajewski para conseguir ayuda para las personas que trabajaban en las ferias y para la comunidad trans. Esta comunidad, compuesta por unas 40 o 50 personas, muchas sudamericanas, se había quedado sin poder trabajar.

Facilitó encuentros directos con el Papa
La monja facilitó encuentros directos entre el Papa Francisco y miembros de estas comunidades. En una ocasión, acompañó a Claudia, Marcella y a muchas otras transexuales para que conocieran al Papa. Ella relató a los medios vaticanos que una de ellas fue asesinada poco después de haberse tomado una foto con el Papa. Sor Geneviève le llevó la foto al pontífice, y él rezó por ella.
Su dedicación culminó en un evento significativo el 31 de julio de 2024, cuando consiguió que el Papa visitara el parque de atracciones de Ostia para encontrarse con los feriantes. La presencia de Sor Geneviève, rezando por el Papa a quien acercó a los marginalizados, fue un gesto de despedida profundamente personal y simbólico, fuera de las formalidades del Vaticano.