Olga Selma
Olga Selma es redactora especializada en temas de salud, alimentación y consumo.
… saber más sobre el autorUn factor importante para cuidar nuestros huesos es reducir el sodio de la dieta. Ya que si tomamos mucha sal, eliminamos más calcio por la orina y cuanto más calcio excretemos menos cantidad llegará al organismo para reconstruir las células óseas.
Debido a que el calcio es importante para la fortaleza de los huesos, demasiada sal puede provocar un debilitamiento de los huesos que degenerará en osteoporosis. Todo ello teniendo en cuenta que en el caso de las mujeres posmenopáusicas, ellas tienen un mayor riesgo de sufrir osteoporosis debido a la disminución de estrógeno que experimentan, que normalmente protege la densidad ósea.
Al mismo tiempo, una presión arterial alta causada por una dieta rica en sal también puede aumentar el riesgo de osteoporosis al aumentar la velocidad a la que se pierde calcio de los huesos. Mientras que dos estudios científicos probados en animales, presentados por la Sociedad Española de Reumatología (@SEReumatologia), demuestran que una concentración elevada de sal favorece el desarrollo de enfermedades como la esclerosis múltiple y la artritis reumatoide.
Ante este escenario, a una dieta baja en sodio, se suma la posibilidad de aumentar la ingesta de calcio para proteger nuestros huesos. En este sentido, un estudio de la Universidad Creighton de Omaha apreció que, con ingestas de calcio reducidas a los niveles recomendados actualmente o por encima de ellos, no hay ningún efecto perjudicial de las ingestas de sal sobre la economía de los huesos o del calcio, ya que los aumentos adaptativos de la absorción de calcio compensan el aumento de la pérdida urinaria. Es probable que esta compensación sea incompleta con ingestas bajas de calcio. Hay datos probatorios limitados que sugieren unos efectos equivalentes de conservación ósea por la restricción de sal o el aumento de la ingesta de calcio. De forma que la estrategia óptima para proteger el esqueleto consiste en garantizar una ingesta suficiente de calcio y potasio.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no sobrepasar la barrera de los 5 gramos diarios de sal (una cucharilla de café), y en caso de tensión arterial alta, o riesgo de enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y cardiopatía coronaria reducirla por debajo de los 2 gramos al día. Las personas con osteoporosis o con riesgo de padecerla deben asegurarse de mantener su ingesta de sal por debajo del máximo recomendado de 5 gramos al día. Esto se puede lograr mediante cambios simples, como consumir menos alimentos procesados y revisar las etiquetas de los productos antes de comprarlos. El consumo de productos lácteos bajos en sal, como la leche, también ayudará a mantener la masa ósea. A ello podemos sumar un aumento de vitamina D, zinc y cobre.