Laura Campillo
Alimentación
5 alimentos que nunca debes congelar
Hay que evitar someter a ciertos productos al proceso de congelación por seguridad
Congelar los alimentos para conservarlos durante un mayor tiempo es una práctica muy habitual en nuestra vida cotidiana, puesto que podemos realizarla cómodamente en nuestro congelador. En múltiples ocasiones nos pasamos de cantidades a la hora de preparar la comida y la mejor forma de volver a disfrutar de este plato es congelándolo. Sin embargo, todo depende de los gustos, pues hay personas que la comida congelada no les gusta porque no les sabe como la recién hecha.
Así como algunos alimentos deben ser congelados, como el pescado para prevenir la aparición del anisakis, hay otros que no se deben poner a temperaturas muy bajas. No solo por seguridad alimentaria, sino porque se producen cambios en la textura y el sabor, que a veces no son muy agradables.
La forma más indicada de congelar los alimentos está formada por varios pasos relevantes. Es importante elegir buenos recipientes o bolsas herméticas donde no pueda entrar el aire. Después, debemos elegir una temperatura adecuada para congelar los alimentos, la recomendada se encuentra a partir de los -18º. De esta manera se podrán conservar mucho mejor los alimentos, aunque no hay que olvidar etiquetarlos, puesto que congelar los alimentos no evita su caducidad, solo ralentizan la aparición de las enzimas y microorganismos.
Hay una variedad de productos que no es recomendable congelar, pues las bajas temperaturas romperían algunas propiedades haciéndolos menos nutritivos y en algunas ocasiones pueden provocar problemas de salud. Estos alimentos son:
1. Las salsas emulsionadas
Si la salsa contiene huevo, harina y nata, debemos evitar la congelación porque además de romper sus propiedades o cambiar su textura, el proceso de congelación y descongelación puede hacer que la salsa se corte. Este proceso hace que los productos no se unan correctamente y puede provocar que comamos huevo crudo, lo que puede causar problemas estomacales como la diarrea o la salmonela.
2. Los huevos con cáscara
Los huevos son un alimento con los que siempre se debe tener especial cuidado, sobre todo cuando están crudos. Debido a que la bacteria salmonela está muy presente en las gallinas y éstas se lo contagian a los huevos. Al congelar los huevos, esta bacteria puede expandirse o incluso explotar, siendo más fácil la contaminación.
3. Productos lácteos granulados
Si congelamos productos lácteos como yogures o el queso, podemos provocar que su sabor se vuelva más agrio. Al tener un alto contenido en grasas tienden a granularse y perder así la textura de cremosidad.
4. Las patatas crudas o cocidas
Lo recomendable al congelar una patata es que se haya cocido antes, tal y como se encuentran en los congelados del supermercado. Este tubérculo destaca por su alto contenido de agua, por lo tanto, cuando lo congelamos cambia completamente su textura. Podemos congelar una patata cruda y pelada, pero su férula se descompondrá, perdiendo la textura típica de la patata. En el caso de que sean cocidas previamente, la patata no se descompondrá, pero presentará una textura muy blanda y se volverá insípida. Las horneadas guardan más su textura, mientras que las fritas perderán su carácter crujiente.
5. Verduras crudas y alimentos de hojas verdes
Algunos alimentos como las lechugas y las verduras crudas, como el tomate, el rábano o el pepino, pierden toda su esencia al congelarlos. Estos alimentos son ricos en agua, por lo tanto, al congelarlos su estructura celular se daña. El resultado de congelarlos es la pérdida de textura, la oxidación y el sabor amargo.