Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorLa tortilla francesa, en Europa conocida como tradicional o de desayuno, es quizá uno de los platos más simples que existen, pero a la vez más complejos a la hora de prepararlos: encontrar el punto de batido del huevo, utilizar los ingredientes en su justa medida, al igual que los utensilios, serán las claves para que la tortilla quede perfecta. Te explicamos por qué.
Siempre se ha pensado que lo correcto es comer un huevo a la semana, con lo que la tortilla se hacía de un huevo. La verdad es que desde hace ya algún tiempo y siempre que se mantenga una buena salud, no hay que restringir el consumo de huevo a uno a la semana, sino que pueden ser dos o tres o incluso cuatro. Lo importante es que la fuente de proteína que aportemos al cuerpo no provenga de un solo animal. Dicho esto, a la hora de hacer una tortilla a la francesa lo mejor es que sea de dos huevos, de la mejor calidad posible, a poder ser ecológicos y de gallinas criadas en libertad.
Estamos haciendo una tortilla, no un bizcocho, por lo que no hay que batir los huevos hasta que salga espuma, bastará batirlos hasta que la clara y la yema queden integradas la una con la otra.
Es fundamente que a la hora de preparar la tortilla la sartén esté en muy buenas condiciones de antiadherencia, sino la tortilla se pegará. Lo mejor es tener una sartén indicada solo para hacer tortillas o huevos fritos, que no esté rallada y en la que no usemos utensilios que puedan rallarla, los mejores son los de silicona o los de madera siempre que estos últimos los mantengamos bien limpios. Por otro lado, la sartén solo la limpiaremos retirando los restos con una esponja o papel de cocina para que no pierda las propiedades antiadherentes.
Si utilizamos una sartén antiadherente apenas vamos a necesitar poner aceite. Bastará con poner unas gotas y con la ayuda de un pincel esparcirlas por toda la superficie. No hay que calentar en exceso la sartén, solo hasta que empiece a humear un poco y hacerlo a fuego medio, así al echar el huevo se hará de manera lenta y uniforme, sin quemarse. La sal es un condimento que potencia el sabor y en una tortilla se nota mucho, si nos pasamos puede echar a perder la receta.
A la hora de presentar un plato, la manera de hacerlo también es importante para que luzca mejor y, en este sentido, conseguir que la tortilla quede bien envuelta nos ayudará a que quede perfecta. Enrollarla es todo un arte que necesita tiempo y paciencia. Ayúdate con una espátula y empieza despegando los bordes de la tortilla, doblando primero un lado y después el otro, superponiéndolo al anterior con cuidado de que no se rompa. Si no tienes suficiente destreza, siempre puedes doblarla por la mitad, especialmente si vas a añadirle algún otro ingrediente como queso, jamón york, o unos champiñones, por ejemplo.