Victoria Herrero
Alimentación
El aceite de oliva, el oro líquido de la dieta mediterránea
Victoria Herrero
Sábado 4 de enero de 2020
ACTUALIZADO : Sábado 4 de enero de 2020 a las 6:52 H
3 minutos
Nuestro país produce casi la mitad del aceite de oliva de todo el mundo
Los países bañados por el Mar Mediterráneo están sembrados de cientos y miles de olivos. Estamos en la verdadera cuna del aceite de oliva, el principal protagonista de nuestra cultura y nuestra alimentación. Así, España es el primer productor a nivel mundial de este ingrediente responsable de, entre otros beneficios, cuidar nuestro corazón, reducir el llamado colesterol malo (LDL) o evitar el envejecimiento.
Tal y como destacan desde la Fundación Española del Corazón, el oro líquido es una excelente grasa para nuestro sistema cardiovascular. Según estos expertos, "una ingesta mínima diaria de tres cucharadas de aceite de oliva, ayuda a combatir los procesos inflamatorios que puedan afectar de forma negativa a los vasos sanguíneos". Un hábito que hará, además, que disminuya el riesgo de sufrir en un futuro enfermedades de tipo circulatorio.
Por si fueran pocos sus beneficios, el aceite de oliva es rico en polifenoles y vitamina E en su composición. Elementos con un alto poder antioxidante A esto le sumamos que el aceite protege nuestro estómago, evita que suframos estreñimiento y cuida de nuestra piel y nuestros huesos. Así, si en lugar de consumirlo como parte de nuestras recetas, lo usamos de forma tópica sobre nuestra dermis, por ejemplo, actúa con una acción emoliente.
Con todo, el único pero que podemos ponerle es que para las personas con sobrepeso u obesidad, su ingesta diaria debe ser limitada. Aunque saludable, es una grasa y por tanto tiene bastantes calorías. Según datos del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, el consumo recomendado es de 3 raciones diarias o lo que es lo mismo tres cucharadas soperas.
El aceite de oliva en la cocina
Parte primordial de la mayoría de nuestras recetas diarias.Lo usamos para cocinar y dar sabor a platos fríos o calientes, como parte de desayunos equilibrados o para realizar postres. Además, de todos es sabido que es la mejor grasa para freír, ya que no produce reacciones tóxicas cuando se está a altas temperaturas.
Las distintas categorías comerciales
Tal y como dicta la Legislación de la Unión Europea, según el reglamento 1019/2002 existen 4 categorías comerciales de aceite de oliva. Por un lado tenemos el aceite de oliva virgen extra o AOVE. Es el aceite de mayor calidad, no supera los 0,8 grados de acidez y proviene de aceitunas recolectadas en el mejor momento. Obtenido de la misma manera que el anterior, tenemos el de oliva virgen, cuya diferencia en este caso es que el grado de acidez no puede superar los 2 grados.
Cuando se efectúa una mezcla entre el refinado –de los aceites que no han alcanzado ciertos parámetros de calidad– y el virgen, tenemos el aceite de oliva a secas. Por último, el aceite de orujo de oliva es el resultado de la mezcla del refinado de los orujos, la pasta sobrante de la extracción de las aceitunas y una mezcla de aceite de oliva virgen. Es el que presenta inferior calidad de los cuatro.