En medio de una crisis inflacionista sin precedentes, que afecta sobre todo a los productos básicos de alimentación, varias plataformas de ganaderos entre las que destaca la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (@La_COAG) y la Asociación Interprofesional de Carne Avícola (@avianza_org) han expresado su preocupación sobre las consecuencias que podría tener la revisión de la normativa de bienestar animal propuesta por la Unión Europea y han asegurado que supondría convertir al pollo en "un producto de lujo" para la mayoría de los españoles.
Así, desde COAG aseguran que han iniciado una ronda de contactos con las autoridades comunitarias y españolas para presentar un informe de impacto socioeconómico de la revisión normativa " ya que ésta tendría un fuerte impacto económico en las granjas de avicultura de carne, de porcino y cunícola, según informan en un comunicado. En él estiman que el precio del pollo podría triplicarse, cálculos que comparten desde Avianza, quienes añaden que podría llegar hasta los 15 o 20 euros el kilo de pechuga.
Reducción de su consumo
El secretario general de Avianza, Jordi Montfort, ha explicado que esta situación provocaría que el 30% de la población que está en riesgo de pobreza, según la OCDE, redujera ese mínimo de dos veces por semana de media en las que tiene acceso a una proteína de alta digestibilidad, como es la proteína de origen animal, como es el caso de carne de las aves.
"Queremos trasladar a las diferentes administraciones, tanto estatales como europeas, el impacto de la modificación en la normativa de bienestar animal y alertar del problema económico y de abastecimiento que puede generar. Y al mismo tiempo mostrar a los consumidores la realidad de la ganadería en España y las repercusiones que tendría en la inflación del precio de los alimentos por el aumento de los costes a los ganaderos", ha explicado el responsable de sectores ganaderos de COAG, Jaume Bernis.
En concreto, los sectores cunícola, avícola y porcino de COAG han analizado las posibles consecuencias de la nueva 'Normativa Europea Reguladora del Modelo de Producción de Carne', de forma especial la referida a la prohibición de las jaulas en la producción de carne de conejo, cerdo y pollo.
"En COAG siempre hemos considerado positivas todas las iniciativas para mejorar el bienestar animal en granja. Sin embargo, estas normas tienen que estar basadas en evidencias científicas independientes, que tengan en cuenta el impacto socioeconómico de las medidas propuestas y que considere los riesgos, costes y necesidades que implica la eliminación total de las jaulas", ha subrayado Bernis.
Denuncian que no se ha consultado a los sectores involucrados
Por su parte, desde la Asociación Interprofesional de Carne Avícola han declarado que "no se ha consultado a los sectores involucrados". Avianza ha defendido que, en materia de bienestar animal, "los productores son los primeros interesados en que sus animales estén bien todo el tiempo", pues si no, "el animal no produce, es decir, no es una producción sostenible".
Además, consideran que los puntos descritos en esta normativa carecen "de un rigor técnico de campo muy grande", pues "no se ven plasmadas todas las garantías que existen en materia de bienestar animal hoy en día".
De hecho, han asegurado que "en España se cumplen por encima de la normativa vigente muchos temas de bienestar animal analizados y, además, se certifican".
No solo el pollo: también los huevos o el cerdo
De esta forma y respecto al sector avícola de puesta, la organización agraria cifra en 140.000 euros el coste adicional para los productores de huevos la puesta en marcha de la nueva normativa. Mientras que en el caso de la avicultura de carne, el precio de la carne de pollo podría llegar a triplicarse al consumidor. Así, en una granja de 1.800 metros cuadrados tiene una capacidad de 33.000 pollos. Según el estudio de la EFSA, esta granja pasaría a tener una capacidad de 11.000 pollos para que no se pasara de los 11 kilos/metros cuadrados exigidos por la EFSA con un impacto de pérdida de 22.000 plazas de pollos.
El impacto económico, a precios actuales, sería de una bajada de una tercera parte de los ingresos para el granjero y de la producción, lo que repercutirá en un aumento de precio desorbitado para perjuicio del consumidor, que supuestamente tendría que pagar una tercera parte más de lo que está pagando ahora. "El bienestar animal no tiene por qué mejorar con estas medidas. Criar a menos densidad no es sinónimo de tener estos parámetros mejor controlados. De hecho, puede ser más difícil y costoso conseguir mantener las temperaturas de una forma adecuada", ha explicado el responsable del sector avícola de COAG, Eloy Ureña.
Respecto al porcino, el informe muestra que para mantener el censo en una granja tipo de 1.200 cerdas, las salas de parto de 16 cerdas deben transformarse para albergar a 12 cerdas como máximo, lo que supone perder cuatro parideras por sala. Así, se tendría que construir una nave nueva con todos los componentes necesarios (ventilación, fontanería, electricidad, accesorios, etc) para albergar 62 parideras y poder así mantener el censo. El precio por paridera está estimado en 3.200 euros por lo tanto, la inversión que se debería hacer rondaría los 198.400 euros. Una cantidad a la que hay que sumarle el precio de la remodelación de las salas de parto actuales, para pasar de albergar 16 cerdas a 12.
Elevados costes de reconversión de las granjas
El precio estimado de esta remodelación es de 21.662 euros por sala, por lo que la inversión total se situaría en los 324.932 euros que sumado al coste de la construcción de la nueva nave para albergar 62 parideras supondría un coste total de 523.332 euros. Por último, COAG ha precisado el caso del sector cunícola, muy castigado en la actualidad. Es un sector cárnico-ganadero con un dimensionamiento global muy limitado y sometido a un prolongado proceso de reducción estructural.
En su caso, más del 95% de la producción se realiza en jaulas, por lo que la potencial prohibición de la utilización de jaulas en la producción de conejos para carne tendrá una "extraordinaria" repercusión en la estructura productiva sectorial y en el equilibrio de la cadena alimentaria del sector. De aprobarse esta normativa, cada granja perderá entre un 40% a 50% de producción. "Para garantizar la supervivencia del sector, deben tenerse en cuenta los tres pilares de la agricultura sostenible - medioambiental, social y económico- para evitar que la producción desaparezca o se traslade a terceros países con normas menos exigentes en bienestar animal", ha indicado el responsable del sector cunícola de COAG, José Luis Santaclara.
Sobre el autor:
Marta Jurado
Marta Jurado es periodista especializada en Sociedad, Economía, Cultura, Política y redactora en el diario digital 65Ymás desde sus inicios. Licenciada en Periodismo por la Universidad Carlos III y en Filología Inglesa por la UNED, ha trabajado en medios de tirada nacional como El Mundo y Público y las revistas Cambio16 y Energía16. Tiene además experiencia en comunicación corporativa de empresas e instituciones como BBVA o INJUVE.