Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorUno de los principales motivos que nos lleva a consultar al farmacéutico es el dolor de garganta. Generalmente este dolor está producido por una afección en las vías respiratorias altas (laringe, faringe, amígdalas, etc.), de tipo no grave, pero que cursan con una sintomatología muy molesta y variable en función de la zona afectada.
La mayoría de las veces estas afecciones son de tipo vírico o bacteriano y el dolor, quemazón, irritación, picor o dificultad para tragar está causado por la inflamación de la zona como respuesta inmune al proceso infeccioso.
Entre las afecciones más comunes que pueden producir dolor de garganta podemos destacar el reflujo extraesofágico, la faringitis (infecciosa o no infecciona) y la laringitis (aguda o crónica)
Ante una afectación vírica no hay un tratamiento que ataque directamente al virus y lo único que se puede hacer es tratar la sintomatología para pasarlo de manera más liviana. En este sentido existen algunos alimentos que nos pueden ayudar a acelerar el proceso de curación o aliviando el dolor ya sea reduciendo la inflamación, calmando el picor o suavizando la zona.
La miel forma parte de esa colección de productos naturales que desde la antigüedad ha sido protagonista en innumerables remedios para aliviar y curar desde infecciones hasta heridas de la piel. Para aliviar el dolor de garganta que provoca una proceso viral o bacteriano se puede tomar acompañando una infusión o un vaso de leche caliente.
Además de ser una buena fuente de grasas saludables, proteínas y carbohidratos y aportar al cuerpo una buena ración de probióticos tan necesarios para el sistema autoinmune, el yogur es de textura suave y fresca lo que calma el dolor. El flan de huevo también es una buena opción, pero hay que tener en cuenta la cantidad de azúcar que contenga.
Es ideal y recomendable ante un cuadro de dolor de garganta ya que por su textura facilita la deglución. Además aporta hidratación a la mucosa.
Ricos en vitamina D y B12, hierro, selenio y zinc, vitaminas y minerales que mantienen activo el sistema inmunitario. La mejor manera de tomarlos son revueltos y no muy hechos para que conserven su cremosidad y sean de fácil deglución.
Un caldo de pollo o de verduras caliente, aunque no demasiado, es en general un buen reconfortante. Si además lo tomamos cuando estamos con dolor de garganta mitigaremos el dolor, suavizaremos la mucosa y no solo recuperaremos líquidos, sino también nos ayudará a retenerlos gracias a su contenido en sal, evitando así la deshidratación.
Se trata de uno de los alimentos más completos que tenemos. Un buen antioxidante en minerales como el magnesio y el zinc. Facilita la expulsión de desechos y reduce las infecciones. Al ser de textura suave es fácil de tragar, evitando cualquier posibilidad de que la mucosa se irrite.
Si bien el jengibre se ha usado en la elaboración de platos des de tiempo inmemoriales es en la actualidad cuando se está dando más a conocer, incorporándolo a distintas recetas a las que aporta un toque fresco y muy especial. Se trata de una raíz con propiedades antiinflamatorias, analgésicas y antibacterianas ya que se le reconoce la capacidad de cortar la formación de nuevas cepas bacterianas