Congestión nasal, moqueo, dolor de garganta, tos, estornudos, malestar... son alguno de los síntomas más comunes del resfriado, que en esta época del año son muy frecuentes, pero si se tienen en cuenta una serie de recomendaciones, se pueden prevenir.
Mantener una buena higiene, evitar el contacto con personas resfriadas, ventilar todos los días, beber líquidos con frecuencia, evitar los lugares fríos y húmedos o cubrirse la boca al toser o estornudar, son algunos de los pequeños hábitos que podemos seguir para reducir el riesgo de constiparnos.
Ahora bien, la alimentación también juega un papel muy importante, tal y como ha explicado el nutricionista Pablo Ojeda en el programa Más Vale Sábado: "Es importante tener un sistema inmunitario fuerte, con las defensas altas, la microbiota activa y saludable", comenzó explicando el experto.
Pero, ¿cómo podemos reforzar nuestras defensas? La clave está en "los buenos alimentos, el deporte, la fruta y la verdura", asegura Ojeda. Y algo muy importante: hay que evitar la bollería industrial, la pizza o las hamburguesas, porque nos bajan las defensas.
Ahora bien, ¿cuál es el alimento que más recomienda el nutricionista? Las coles de bruselas, que en palabras de Ojeda "son maravillosas", aunque no son recomendables para las personas que "tengan bocio o que sufran de tiroides", que deben evitar las crucíferas.
Otros alimentos que también nos ayudan a mantener fuertes nuestras defensas son el salmón, los huevos o el aguacate, gracias a su contenido en vitamina D, apunta el nutricionista.
¿Cómo tratar un resfriado?
Los resfriados o catarros tienen un periodo de incubación de unas 72 horas y en adultos suelen durar entre 3 y 10 días, pero pueden durar más, hasta dos semanas. Los síntomas, aunque no graves, pueden resultar bastante molestos. En este sentido, la Organización de Consumidores y Usuarios (@consumidoresocu) ha recopilado una lista de los mejores medicamentos para aliviar estos síntomas:
Analgésicos y antiinflamatorios: ayudarán a aliviar el malestar general, el dolor de cabeza, los dolores musculares, el dolor de oídos y bajar la fiebre. Podemos usar paracetamol, ibuprofeno o ácido acetilsalicílico.
Antihistamínicos: aliviarán el moqueo nasal. Podemos utilizar la clorfenamina, la difenhidramina, la doxilamina o la triprolidina.
Antitusivos: sirven para inhibir la tos seca o improductiva. Algunos de los más efectivos son el dextrometorfano o la cloperastina.
Expectorantes: ayudarán a aumentar el volumen y reducir la viscosidad de las secreciones respiratorias, como la guaifenesina.
Mucolíticos: ayudarán a disminuir la viscosidad de las secreciones respiratorias, facilitando así su expulsión. Hay varios a los que podemos recurrir: la acetilcisteína, la carbocisteína, el ambroxol, la bromhexina o la brovanexina.
Vasoconstrictores: serán de ayudar para disminuir la congestión nasal, como la pseudoefedrina.
Pastillas para chupar: aliviarán el dolor de garganta a través de antiinflamatorios como el flurbiprofeno o la bencidamina o anestésicos locales como la benzocaína o la lidocaína.
Pomadas de aplicación tópica: emplean sustancias aromáticas como el alcanfor, trementina, mentol, eucalipto y timol que, aplicadas en el pecho y la espalda hasta tres veces al día, ayudarán con la congestión nasal y aliviarán la tos. Podemos usar Vaporub y Mentobox.
Los anticatarrales de administración oral, como Frenadol, Couldina o Bisolgrip, incluyen en su composición estos principios activos. También podemos encontrar medicamentos que combinen analgésico con antihistamínico y descongestionante o antitusivo; antitusivo, descongestionante y antihistamínico; o antitusivo y expectorante. Por tanto, será recomendable indicar primero al farmacéutico cuáles son los síntomas que presentamos, también si tenemos alguna otra patología, ya que cada principio activo tendrá unas contraindicaciones y advertencias de uso.
Los antihistamínicos de primera generación son un ejemplo claro, pues suelen tener efecto anticolinérgico, lo que puede producir en personas mayores mareos, confusión, hipotensión, sequedad de boca, sedación y retención urinaria, entre otros efectos.
En el caso de las embarazadas, hay que tener especial precaución en los primeros meses. Si se trata de un catarro, resfriado o infecciones que se resuelven solas, lo mejor será evitar tomar fármacos y recurrir a otras alternativas para aliviar los síntomas.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.