Lola Santos
Lola Santos es redactora especializada en temas de alimentación, viajes y ocio.
… saber más sobre el autorLos alimentos enriquecidos que podemos encontrar en el supermercado son muchos y con distintos nutrientes. Y, entre los alimentos enriquecidos que más es consumen están los productos lácteos. Pero comencemos por el principio: ¿qué son los alimentos enriquecidos?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los alimentos funcionales enriquecidos son aquellos a los que se les han añadido micronutrientes esenciales, como vitaminas y minerales, para mejorar la calidad nutricional.
Entre los alimentos enriquecidos que más se consumen en nuestro país nos encontramos las leches vegetales enriquecidos con calcio y vitamina D, derivados lácteos como mantequillas, margarinas y yogures, los alimentos infantiles, los zumos y la sal yodada.
Realmente, son pocos los alimentos ricos en calcio. Los productos lácteos son la principal fuente natural de calcio en la dieta, aunque también está presente en otros alimentos como algunos pescados, frutos secos o verduras. Por este motivo, es beneficioso el desarrollo de alimentos enriquecidos en calcio; pueden resultar muy beneficiosos, sobre todo si existe una carencia endémica.
La legislación que regula la adición de vitaminas, minerales y otras sustancias es el Reglamento (CE) 1925/2006 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 20 de diciembre de 2006, sobre la adición de vitaminas, minerales y otras sustancias determinadas a los alimentos. Este reglamento indica que se puede enriquecer un alimento siempre que tenga un efecto nutricional. Y además, el Reglamento 1170/2009 modifica el anterior con la publicación de las listas de vitaminas y minerales y sus formas que pueden añadirse a los alimentos, incluidos los complementos alimenticios. En lo que se refiere al calcio, en este reglamento se especifica con qué producto en concreto se puede añadir, que es cómo lo encontraremos en la etiqueta con los ingredientes.
El calcio es el mineral más abundante en nuestro organismo y la mayor parte se encuentra formando parte de huesos y dientes.
Este mineral lo obtenemos de los alimentos y se absorbe en el intestino delgado donde actúa la vitamina D3 para favorecer esa captación. El problema está en que solo se absorbe entre el 30% y el 40% del calcio que ingerimos. Las causas pueden ser varias: los alimentos ricos en fibra soluble o con mucha grasa la correcta absorción del calcio, el ácido oxálico que tienen algunos alimentos dificulta la absorción de ciertos minerales, entre ellos el calcio.
Por todo ello, el consumo de alimentos enriquecidos con calcio puede favorecer que este mineral no falte en nuestra dieta.