Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorEl hígado es el órgano sólido más grande del cuerpo humano con más de 500 funciones, se trata de un órgano muy completo que se encarga de filtrar la sangre, procesar el azúcar en sangre, producir bilis que facilita la digestión, almacenar vitaminas como las A, D y E, y minerales como el hierro o el cobre. Además también se encarga de expulsar el alcohol en sangre. En definitiva, funciona como si se tratara de un sistema de filtrado que ayuda a eliminar las sustancias nocivas y, a su vez, retener los nutrientes de los alimentos.
Teniendo en cuenta lo importante que es este órgano para el buen funcionamiento de nuestro organismo, cuidar de él ha de ser una prioridad, al igual que pasa con otros órganos vitales. En este sentido, llevar una alimentación saludable, no abusar de las bebidas alcohólicas o de cualquier otra que impida su buen funcionamiento, reducirá el riesgo de tener hígado graso o cualquier otra enfermedad hepática.
Así, toma nota de estos alimentos que te ayudarán a mantener la función hepática en buenas condiciones:
El café ayuda a bloquear la producción de grasa y colágeno. Además contiene glutatión, un antioxidante que combate el envejecimiento. Pero cuidado, hay que tomar café con moderación, especialmente si se tiene la presión arterial alta, para lo que no está nada recomendado.
Salmón, sardinas, trucha, anchoas, atún… son pescados con alto contenido en ácidos grasos omega-3 que ayudan a reducir los triglicéridos, unas grasas que pueden hacer aumentar el riesgo de sufrir enfermedades del sistema circulatoria y el cerebro. Además, ayudan a reducir la inflamación y la acumulación de grasa en el hígado.
Brócoli, coliflor, col, coles de Bruselas, lombarda, rábano, rúcula, etc. son verduras crucíferas ricas en fibra que facilita la digestión, además de otros componentes que disminuyen el riesgo a desarrollar cáncer de hígado.
Judías, lentejas, garbanzos, avellanas y, sobre todo, nueces tienen un alto contenido en ácidos grasos omega-3 y omega-6, vitamina E, así como antioxidantes polifenólicos, beneficiosos para el hígado, pero también para el corazón.
De la misma manera que ocurre con los frutos secos y los pescados grasos, el Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE) contiene ácidos grasos insaturados que favorecen la salud del hígado y, por lo tanto, también la del resto del organismo.
Actúa reduciendo las enzimas hepáticas susceptibles de producir enfermedades del hígado. Así, un consumo regular y prolongado de AOVE favorece la disminución del colesterol LDL (el malo) y los triglicéridos en sangre.
Moras, fresas, frambuesas, arándanos, etc. mejoran las salud del hígado gracias a los antioxidantes que contienen, incluida la vitamina C, además de un alto nivel de agua.
Dicen que el agua es fuente de vida y es cierto. Tomar a diario una buena cantidad de agua no solo nos permite aplacar la sed, sino que hace que los tejidos de todo el cuerpo se mantengan bien hidratados y ayuda a digerir los alimentos más fácilmente, lo que facilita el trabajo del hígado.
Otros alimentos como el ajo, el te verde, la manzana, el aguacate, la lima y el limón también favorecen la salud de este órgano, pero, no olvides que el mejor consejo para mantener la buena salud de tu hígado te lo dará tu médico o nutricionista, pues según el estado de salud general de cada persona, irá mejor un alimento u otro. Por ejemplo, si existe una enfermedad hepática avanzada, muy posiblemente las grasas, aunque sean saludables, podrían no absorberse bien y sería mejor limitar la ingesta de aceites, ya sea al cocinar o en alimentos como los pescados grasos.