Cuidado con la sal que no vemos: estos son los alimentos que más contienen

En nuestra dieta es imprescindible la sal, siempre en su justa medida. Se utiliza como condimento para realzar y potenciar el sabor de los alimentos, y su contenido en sodio es beneficioso para nuestro organismo, permitiéndole mantener el equilibrio iónico y retener el agua para conseguir una buena hidratación. También para el sistema nervioso y la contracción muscular. Sin embargo, pasarse en su ingesta puede resultar perjudicial para la salud, por lo que es recomendable, no solo no pasarse a la hora de emplearla en las comidas, sino distinguir qué alimentos contienen más sal. 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el consumo diario recomendado varía en función del grupo de población. Para los adultos, el consumo ideal sería de un mínimo de 5 gramos diarios de sal. Sin embargo, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) advierte que "en la práctica casi siempre tomamos más". De hecho, los españoles solemos tomar casi 10 gramos al día, casi el doble de lo recomendado, según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Esto se debe a la sal oculta que hay en algunos alimentos, pero ¿qué significa realmente este término?

Debemos diferenciar entre sal añadida, aquella que añadimos al cocinar, y sal oculta, aquella que se encuentra presente de forma natural en los alimentos o la que se añade en los alimentos procesados. El problema es que, en estos últimos casos, muchas veces no somos conscientes de cuánta sal estamos consumiendo. Según indica la OCU (@consumidoresocu), la sal oculta supone el 75% del total que ingerimos, que termina siendo casi 5 gramos diarios de media, es decir, lo recomendado. 

En su estudio científico "La ingesta de sodio procedente de alimentos y bebidas excede los límites recomendados en la población española", ANIES señala cuáles son las principales fuentes de sal oculta: carnes y derivados, sobre todo embutidos (27%); cereales y derivados, sobre todo pan (26%); productos lácteos, sobre todo queso (14%); platos preparados (13%); pescados y mariscos, sobre todo las conservas (6%); productos de aperitivo (4%); salsas y condimentos (3%); productos dulces (2%); y alimentos procesados (2%). 

Cómo hacer un buen uso de la sal

Un consumo excesivo puede derivar en problemas de salud, como el aumento de la tensión arterial o hipertensión, cáncer gástrico u osteoporosis, por lo que reducir su consumo puede traer diversos beneficios.

Para ello podemos aumentar el consumo de productos caseros y el uso de ingredientes frescos; limitar el consumo de alimentos ricos en sal; utilizar otras especias para sazonar las comidas; o decantarnos por la cocina al vapor o en papillote.