Alimentos procesados que sí son saludables, ¿existen?

Los alimentos procesados gozan de mala fama por los procedimientos a los que se someten para llegar al consumidor final. Sin embargo, dentro de esta gama de productos hay algunos que se alteran mínimamente y cuyo consumo no resulta tan nocivo como el los ultraprocesados, que son los que se elaboran íntegramente con ingredientes y procesos industriales que no se pueden reproducir en el hogar. Por ejemplo, pizzas, palitos de cangrejo, salchichas, etcétera.

Sí tienen beneficios

Una vez hecha esta primera distinción dentro de la gama de los procesados podemos encontrar muchas opciones. Un ejemplo serían los lácteos naturales, sin azúcares añadidos, o incluso el aceite de oliva virgen extra.

Es vital por tanto saber bien cuáles son los alimentos procesados de forma leve y que, por tanto, sí se pueden incorporar a la dieta pues no dejan de ofrecer beneficios para la salud, y distinguirlos de los ultraprocesados, que según los expertos en nutrición solo deben consumirse de forma ocasional y esporádica.

Distintas categorías

A los primeros se les eliminan las partes no comestibles, pero no se les añade ninguna sustancia adicional como azúcares, grasas o sales. Se someten a distintos procesos dependiendo del tipo que sean que van desde el descascarillado, la molienda, la congelación, la refrigeración, el esterilizado, o el envasado, por citar algunos de ellos.

Muchos han de pasar por estas manipulaciones pues solo de este modo pueden consumirse en condiciones de seguridad. En este grupo se encuentran por ejemplo las verduras, carnes o pescados congelados, los frutos secos sin cáscara, una compota de manzana sin azúcar o los copos de avena.

Del mismo modo, en una siguiente categoría nos encontramos con los procesados a los que sí se les añaden aditivos, sales, azúcar o grasas y que engloban los encurtidos, la salazón, los ahumados o curados. En este apartado se incluye el atún en lata, las frutas en almíbar, pescados ahumados o legumbres en bote. Lo recomendable en el caso de consumirlos es mirar los ingredientes y ver la cantidad de sal o azúcar que se ha agregado, así como los aditivos. No todas las marcas son iguales por lo que para optar por la máxima calidad a nuestra dieta, deberemos tener en cuenta esta premisa.