Alimentos que puedes comer hasta tres meses después del fin de su fecha de consumo

La extensión de la vida comercial o de consumo de los alimentos más allá de la fecha que tienen marcada es un tema recurrente cuando se trata de no desaprovechar comida. No en vano, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) estima que aproximadamente un tercio de los alimentos producidos para consumo humano en el mundo se pierden o desperdician, lo que equivale a 1.300 millones de toneladas por año. Y los españoles no quedamos muy bien parados en este tipo de estadísticas, puesto que, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, los hogares españoles desperdiciaron en 2018 un total de 1.339 millones de kg/l de alimentos y bebidas, el 85% de ese volumen corresponde a productos sin utilizar, mientras que el 15% restante eran alimentos ya cocinados.

Tras revisar las causas, intrínsecas y extrínsecas, y los mecanismos de degradación de los alimentos y el sistema de marcaje de fechas en los envases, el Comité Científico Asesor de Seguridad Alimentaria de la ACSA estableció unos criterios y unos periodos para el consumo y el aprovechamiento seguro y satisfactorio de los alimentos, una vez ha transcurrido la fecha que hay marcada en el envase. Así, “siempre que se hayan conservado en las condiciones indicadas por el fabricante y en un envase que se haya mantenido intacto, algunos alimentos pueden ser consumidos una vez superada la fecha marcada en los alimentos”.

Los “criterios generales” establecidos por los expertos establecen que los alimentos “con fecha de durabilidad mínima (fecha de consumo preferente) se pueden consumir con seguridad una vez rebasada esta fecha”. Así, cuando se trata de alimentos donde es poco probable que se produzcan alteraciones microbiológicas pero es probable que se produzcan alteraciones físico-químicas a largo plazo, “que en todo caso no serán perjudiciales por la salud y/o serán fácilmente detectables por el consumidor”, desde la ACSA consideran que se pueden consumir hasta 3 meses después de la fecha marcada. La lista de estos alimentos sería la siguiente:

• Aceite
• Cereales para el almuerzo
• Pasta seca rellena
• Quesos de pasta dura
• Congelados
• Polvos instantáneos ricos en grasa
• Bebidas UHT (leche, fruta, soja, arroz)
• Galletas, pastelería seca
• Chips de patatas u hortalizas
• Salsas envasadas
• Chocolate y bombones
• Turrones
• Margarina
• Mantequilla
• Pan tostado
• Productos cárnicos que no estén en lonchas

En el caso de los alimentos envasados que no tienen que llevar ninguna fecha (como por ejemplo la sal, el azúcar, las frutas enteras...) se pueden consumir siempre que no tengan signos evidentes de deterioro, que el envase esté intacto y que no presenten características impropias. Desde la ACSA no prevén ninguna extensión de la fecha de consumo en aquellos alimentos dónde es probable que crezcan microorganismos patógenos y/o que se produzcan alteraciones físico -químicas a corto plazo, que pueden ser perjudiciales por la salud y/o que difícilmente pueden ser detectables por el consumidor. Tampoco para aquellos alimentos “que no tienen que llevar ninguna fecha y que el consumidor decidirá según apariencia”. Entre los alimentos a los que no se puede extender la fecha de consumo están los habituales en estos casos: huevos; leche, quesos y nata frescos; pastas dulces rellenas; pescado, marisco i carnes frescas; las frutas y hortalizas frescas cortadas/peladas; o la pizza refrigerada, entre otros.