Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorConocida también como pastinaca, la chirivía es un tubérculo de raíz originario de Europa y Asia. Perteneciente a la familia de las umbelíferas, como el apio, el hinojo el perejil, el eneldo o la zanahoria, a la que se le parece mucho en su aspecto, pero de color marfil. Si bien podemos encontrar chirivía en el mercado durante todo el año, es una hortaliza de invierno que está en su mejor momento de noviembre a marzo. Fue un tubérculo muy apreciado hace unos siglos, en la época medieval, especialmente por las gentes más humildes, pues es rica en azúcar, una fuente de energía que solo las personas con más poder podían obtener de la caña de azúcar o de la miel, ambos alimentos considerados exclusivos por tener un precio muy elevado. Hoy, si bien en nuestros país la chirivía no es muy común utilizarla en nuestras elaboraciones, cada vez está cogiendo más adeptos.
En el plano nutricional es un alimento muy interesante. Tiene una alto contenido en azúcares naturales por lo que es excelente como fuente de energía, pero sin llegar a las calorías que tiene la patata, por ejemplo. Aporta una buena cantidad de vitaminas del grupo B, C, E y K; y minerales como el potasio, sodio, magnesio, calcio, zinc, fósforo y selenio. Por último, es rico en ácidos grasos omega 3 y omega 6.
Aunque no es especialmente valorada entre la población, tiene amplios beneficios para la salud de nuestro organismo. También es fuente de fibra, por lo que es un alimento ideal para combatir el estreñimiento. Además, ayuda a reducir los niveles de colesterol en sangre, ya que impide que los intestinos lo reabsorban. Gracias a los antioxidantes que contiene, retrasa el envejecimiento prematuro y previene la inflamación. Es recomendable consumirla en los meses más fríos ya que por su aporte de vitamina C fortalece el sistema inmunológico. Además, por su bajo aporte en calorías, unas 75 por cada 100 gramos, es un alimento excelente para aquellas personas que siguen una dieta de adelgazamiento.
Tradicionalmente, la chirivía se usaba en potajes, sopas, guisos, purés o cocinada al vapor. Combina muy bien con los pescados, los asados y con tubérculos como la patata, aportando su sabor característico: anisado y dulce.
Se puede cocinar asada, de esta manera sus azúcares caramelizan, como le pasa al boniato, haciendo aún más potente su sabor. También es un ingrediente excelente para realizar purés y cremas, junto a otros ingredientes como la manzana, el queso o las nueces; frita o salteada con algunas especies como el romeo, el tomillo, el eneldo o el orégano; o para un caldo. En una parrillada de verduras (zanahorias, patatas, berenjenas, espárragos y tomates), la chirivía contrasta por su sabor.
En definitiva, la chirivía es una hortaliza muy saludable y versátil que merece una oportunidad en nuestras dietas.