Teresa Rey
Alimentación
Cómo comer y dar usos culinarios a la piel de frutas y hortalizas
En algunos casos parecen incomestibles, pero no ingerirlas supone perderse nutrientes importantes
La piel de determinas frutas parece incomestible, sin embargo no ingerirlas supone perderse una gran cantidad de nutrientes que aportan. Algunas resultan difíciles de digerir, pero si somos capaces de hacerlo estaremos aportando a nuestro organismo una importante cantidad de vitaminas y minerales. Existen además distintas formas de hacerlo y varios preparados culinarios que nos facilitan su consumo. Eso sí, antes de tomarlas hay que lavarlas bien para eliminas restos de pesticidas, o comprarlas sin que hayan recibido este tipo de tratamientos.
Plátano
Aunque parezca imposible de tomar lo cierto es que la piel de plátano posee polifenoles y carotenoides, importantes sustancias de efecto antioxidante. Además, tiene vitaminas del grupo B y fibra.
Como es un poco dura podemos consumirla echando una pequeña cantidad de la misma a zumos o smoothies o batidos. También se puede aprovechar para hacer un chutney (confitura que se hace con frutas y verduras) o rallarla y añadirla a algunos preparados dulces por ejemplo e incluso asarla o freírla.
Kiwi
La piel del kiwi destaca por su contenido en vitamina E, vitamina C y flavonoides antioxidantes. Hay que lavarlo bien e intentar comérselo sin pelar, como una manzana, pero si nos resulta difícil hacerlo así, podemos cortarlo en trozos con la misma piel y añadirlo a nuestra ensalada.
Naranja
Contiene más vitamina C que los gajos y también de vitamina A, además de flavonoides. La mejor manera de tomarla es en infusión. Lo único que tienes que hacer es rallarla y una vez hervida el agua echar una cucharada y media de la cáscara. También la puedes usar para condimentar platos de repostería y para elaborar mermelada.
Piña
La cáscara de esta fruta dispone de una mayor concentración de sus nutrientes, principalmente bromelina (enzima digestiva); vitamina C, B1, B6, B9 (ácido fólico), un poco de vitamina E, y minerales como el potasio, el fósforo, el magnesio, el yodo, el cobre y el magnesio.
La única manera de aprovechar sus propiedades es en infusión. Para ello deberás hervir agua y echar la cáscara con algo de pulpa manteniéndola durante cinco minutos en ebullición. Deja reposar un par de horas, cuela el contenido y ya te lo puedes tomar.
Patata
La piel de la patata es rica en fibra, que es donde más tiene, además de vitamina C y varias del complejo B, junto a minerales como potasio y fósforo. La patata se puede cocer con piel perfectamente, o incluso las mondas se pueden aprovechar para hacer un rico aperitivo. En este caso, tendrás que dejar un poco más de patata al pelarlas. Después basta con que las frías en la sartén con un poco de aceite y sal.
Berenjena
La piel de la berenjena contiene una antocianina, la nasunina, con acción antioxidante. No hay que olvidar que esta hortaliza dispone de cierta cantidad de un alcaloide tóxico llamado solanina. Este suele aparecer más en las partes verdes de la planta y en los frutos poco maduros, sin embargo se disuelve con el calor. Así pues, una berenjena madura bien cocinada no implica el más mínimo riesgo, explican desde la Federación Española de Nutrición (FEN @FENnutricion).
Estos productos son muy versátiles a la hora de cocinar y se pueden realizar infinidad de platos con la piel. Se preparan rellenas, fritas, salteadas o asadas al horno.