Rosa Roch
Rosa Roch es redactora especializada en temas de salud, alimentación y gastronomía.
… saber más sobre el autorLa preocupación por la calidad nutricional de lo que comemos está al orden del día. Cada vez más, cobran popularidad aquellos productos saludables que poseen excelentes propiedades. Como bien sabemos, a nivel nutricional no es lo mismo comerse una manzana que un pastelito, por ello, debemos saber elegir qué comemos y qué nos aporta realmente.
Existe una clasificación alimentaria que se ha vuelto muy popular. Consiste en clasificar los productos dependiendo de su nivel de procesado, primando los alimentos frescos y naturales ante los alimentos ultraprocesados y sobrecargados de añadidos que afectan negativamente a nuestra salud.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), “los alimentos naturales son aquellos a los que no se ha añadido ningún componente, es decir, no se les ha adicionado industrialmente sal, azúcar, grasas u otros componentes y tampoco han recibido un tratamiento industrial”.
La principal desventaja de los alimentos no procesados, indudablemente, es su caducidad. Se trata de alimentos perecederos a corto plazo, que a los pocos días comienzan a ponerse malos. En este grupo de alimentos podemos encontrar frutas y verduras frescas, tubérculos, legumbres, semillas, frutos secos, huevos, mariscos, pescados y carnes.
Asimismo, también existen otros alimentos mínimamente procesados que pueden considerarse igual de beneficiosos que los naturales como la leche y otros lácteos o los vegetales y hortalizas congeladas o envasadas.
Fotografía de Big Stock.
Si se cambia artificialmente la naturaleza fundamental de un producto, se trata de un alimento procesado. Sin embargo, esto no conlleva necesariamente un efecto negativo en nuestra salud. Actualmente, la mayoría de los productos que encontramos en los supermercados están procesados, incluso las verduras.
Dentro de los alimentos procesados, también encontramos la pasta, ya sea integral o no, y otros productos como el tomate enlatado. Los procesados, nos ayudan a ahorrar tiempo y esfuerzos, pero algunos de ellos pueden incluir ingredientes agregados como edulcorantes, colorantes y conservantes, que nutricionalmente no nos aportan nada.
Por lo tanto, lo más importante es que elijamos cuáles son los alimentos procesados más beneficiosos para la salud, que serán diferentes versiones de alimentos naturales como como lácteos, frutas, verduras, carnes, etc. Asimismo, debemos evitar aquellos alimentos a los que se les añaden componentes industriales como las carnes curadas, los ahumados, las bebidas alcohólicas, etc.
Finalmente, encontramos la comida ultraprocesada, que se puede definir como aquella creada en su mayor parte, o completamente, a partir de sustancias extraídas de alimentos o derivados de componentes alimenticios con poco o ningún alimento intacto.
Sin embargo, se trata de los alimentos con más aditivos, menos saciantes y menos saludables, por lo que abusar de ellos afecta negativamente nuestra salud. En este grupo podemos encontrar refrescos, patatas chips, bollería industrial, etc.
Aunque son los más baratos, sabrosos y los que mejor duran en el tiempo, también son los más perjudiciales, ya que pueden provocar problemas como obesidad e hipertensión. Los ultraprocesados contienen muchos carbohidratos refinados, grasas saturadas, azúcar y sal, ya que, en su elaboración, se prioriza su sabor.