Manuela Martín
Alimentación
La receta más fácil para preparar fruta escarchada
Si eres un amante de la fruta y además un goloso, seguro que estás deseando que llegue la temporada navideña para encontrar en los supermercados fruta escarchada. Pero si no quieres esperar hasta entonces y eres un maestro de los fogones, te animamos a que pongas en práctica esta sencilla receta para que hagas tus propias frutas escarchadas.
Aunque esta técnica de conservación solo requiere de fruta fresca, agua y azúcar, su éxito dependerá de las cantidades que utilicemos, de los tiempos y de la calidad del producto. Lo importante en este sentido respecto a la fruta es que la piel esté tersa y firme, y en su momento óptimo de maduración.
Para la elaboración de fruta escarchada podemos utilizar cualquier fruta: desde cerezas sin hueso a trocitos de peras, kiwis, limones y naranjas en gajos, cáscara de cítricos, uvas sin pepitas, trocitos de albaricoques, melocotón, piña, higos, mandarinas, etc. Eso sí, cada una tiene su propio tiempo de cocción, con lo cual, hay que cocinarlas por separado.
En cuanto a la forma, puedes presentarlas como prefieras, bien en trozos, enteras o incluso solo sus cortezas.
Fruta escarchada paso a paso
Para su elaboración necesitarás la fruta limpia, pelada y cortada, azúcar (el mismo peso que de frutas) y la mitad del peso del azúcar de agua.
Lo primero que debes hacer es colocar las piezas de fruta en un bol y cubrirlas de agua. Déjalas en remojo durante 24 horas, cambiando el agua cada 8 horas.
Pasado ese tiempo, escurre la fruta y colócalas en un cazo y cúbrelas de agua. Ponlas en el fuego hasta que el agua empiece a calentarse y veas que la fruta empieza a flotar. En ese momento, sácalas con una espumadera y ponlas a escurrir.
Es el momento del almíbar. En una cazuela añade el azúcar y el agua y pon a calentar la mezcla hasta que el azúcar se disuelva. A continuación, introduce las frutas. Déjalas en el cazo hasta que empiece a hervir suavemente y retíralas para colocarlas sobre una ensaladera. En paralelo, deja hervir el almíbar un poco más hasta que coja un poco de densidad. Una vez que está más denso, retíralo y viértelo sobre las frutas.
Llegados a este punto es donde hay que armarse de paciencia, ya que lo ideal es que lo dejemos reposar durante 12 horas. Pasado ese tiempo, coge el almíbar que ha escurrido de la fruta y ponlo a hervir nuevamente para empezar con el mismo proceso. Esta operación deberá repetirse hasta que la fruta haya absorbido todo el almíbar, momento en el que dejaremos escurrir la fruta y secar al aire libre.
Si piensas comer la fruta escarchada sola, nuestro consejo es que la reboces en azúcar.
En cuanto a su conservación es muy sencillo, basta con un lugar fresco y con temperatura constante donde poder guardarlas incluso de un año para otro.
Ahora que ya sabes preparar fruta escarchada, te animamos a que la incluyas en bizcochos y tartas, sin duda, ganarán en apariencia y sabor.