Cómo saber si un queso está en mal estado o caducado

Lo primero que debes hacer es comprobar la fecha de caducidad del producto. Cuando vayas al supermercado, es importante que te fijes en la fecha de caducidad y volver a verificar la fecha de vencimiento cuando vayas a consumir el queso. También es importante comprobar cuánto tiempo ha estado abierto. Es importante almacenarlo correctamente para evitar que se estropee y esto incluye el queso que se ha dejado fuera del refrigerador y expuesto al aire libre (cosa que no debemos hacer por más de dos horas). Lo conveniente es conservarlo a temperaturas de refrigeración (en torno a 4 ºC) y debidamente envasado. De ese modo se consigue alargar su vida útil sin que se seque ni madure en exceso.

Apariencia del queso

En muchos casos, se puede decir que un queso está en mal estado cuando tiene moho. Desafortunadamente, muchos tipos diferentes de queso tienen moho como parte de su carácter y apariencia como en el caso del Stilton, el Roquefort y el gorgonzola. En este caso, cuando un queso azul se enmohece, las venas azules comienzan a volverse grises y sin brillo. Se puede identificar este  tipo de moho porque es esponjoso.

En cambio, cuando detectamos un moho azul en un queso que no debería tenerlo, puede suponer que se ha echado a perder. Sin embargo, la mayoría de los quesos blancos o de color desarrollarán moho blanco antes de que aparezca el moho azul, algo que puede ser difícil de distinguir. 

Otro factor que nos ayudará a reconocer el estado del queso es el olor. Muchos quesos tienen un olor fuerte. Por ello, es importante examinar el queso cuando lo abrimos, oliéndolo para saber a qué huele cuando está fresco.

Si el queso ha estado abierto por un tiempo y quieres saber si se ha echado a perder, vuelve a olerlo. Si los quesos tienen un olor fuerte cuando no deberían, lo mejor es evitarlos.

La textura del queso

Finalmente, la textura de un queso puede ayudarte a saber si todavía es bueno para comer o no. Este es el método que menos se usa, ya que la mayoría de los quesos comenzarán a oler o verse mal antes de notar una diferencia en la textura. 

Pero debes tener en cuenta que, si un queso duro se ha ablandado o se ha separado, es más probable que esté caducado. Esto es algo que le puede pasar al queso fresco. Puede comenzar a volverse aceitoso ya que la grasa sale de él. Por ejemplo, un queso como la mozzarella fresca, debe estar firme. Si su textura es viscosa, significa que se ha estropeado.

Cuando todo esto falla, es posible que debas hacer una prueba de sabor. Si el queso sabe agrio o desagradable de alguna manera, podría ser hora de decirle adiós.