La carne roja tiene cada vez peor reputación, ya que diversos estudios han relacionado su consumo con enfermedades cardíacas y cáncer. Sin embargo, una nueva investigación señala que la carne magra puede ser buena para el corazón si la incluimos en dietas saludables.
La carne de res magra puede ser tanto carne blanca como roja, pero se caracteriza por la ausencia cartílagos, venas y, sobre todo, tejido graso.
Un estudio de la Universidad de Park en Pensilvania (EEUU), publicado en 'American Journal of Clinical Nutrition', ha analizado los efectos de la carne roja en el organismo.
Resultados del estudio
Los investigadores han observado que una dieta mediterránea combinada con pequeñas porciones de carne de res magra ayuda a reducir los factores de riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, como el colesterol LDL.
Dicho esto, Jennifer Fleming, profesora asistente de nutrición en Penn State, destaca que "cuando se crea una dieta saludable basada en frutas, verduras y otros alimentos de origen vegetal, se puede dejar espacio para cantidades moderadas de otros alimentos como la carne de res magra” y “aún así, ser amigables con el corazón”
Igualmente, los investigadores sostienen que, en estudios anteriores, han encontrado un vínculo de la carne roja con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. Sin embargo, no ha quedado claro si realmente causa estos efectos o si, por el contrario, se producen por otras elecciones de dieta y el estilo de vida llevado por estas personas y que, además, consumen este alimento.
Por otro lado, muchos expertos han analizado la combinación de carnes frescas y procesadas al evaluar el consumo de carne roja y la salud. En ellos se ha visto que las procesadas tienen un perfil de nutrientes muy diferente al de la fresca; por ejemplo, los productos cárnicos procesados tienen mucho más sodio, lo que podría explicar la investigación sobre carnes rojas y los problemas de corazón.
"La dieta mediterránea es tradicionalmente baja en carnes rojas. Pero, sabiendo que muchos estadounidenses disfrutan de la roja, queríamos examinar cómo la combinación de carne magra con la dieta mediterránea afectaría los marcadores de riesgo cardiovascular", explica Fleming.
La investigación contó con 59 participantes. Cada uno de ellos consumió su dieta correspondiente durante cuatro semanas cada una, con un descanso de una semana entre cada período de dieta, y se extrajeron muestras de sangre antes y durante el estudio. Tres de los cuatro períodos de dieta contenían diferentes cantidades de carne de res para un plan de dieta mediterránea, que proporcionaba un 41% de calorías de grasas, un 42% de carbohidratos y un 17% de proteínas.