Victoria Herrero
Alimentación
¿En qué consiste la cronodieta? Cómo adaptar las comidas a tu ritmo biológico
La ingesta de los alimentos se hace a unas horas determinadas en las que pueden ser mejor asimilados
"La obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial, y cada año mueren, como mínimo, 2,8 millones de personas por causa o por sobrepeso". Así de rotundos se muestran desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) con respecto a un grave problema que no entiende de países pobres o ricos. Por tanto, por el bien de nuestra salud es primordial apostar por una alimentación sana y equilibrada.
Así, en esta línea saludable surgen corrientes para mantenerse sanos gracias a los alimentos que consumimos y a la forma de elaborarlos. Es el caso de la conocida como cronodieta o alimentación basada en los horarios de los propios ritmos biológicos de nuestro organismo.
¿Qué es la cronodieta?
La cronodieta se apoya en la cronobiología, donde los ritmos circadianos marcan esa pauta. En resumen, los "cambios físicos, mentales y conductuales que se producen en nuestro organismo" y que siguen un ciclo diario determinado por la luz y la oscuridad, principalmente. De este modo, se consume cada alimento a una hora determinada. Hay que ser escrupulosos en este sentido. Un horario concreto para que el organismo pueda asimilar mejor todos los nutrientes.
Pautas a seguir
El refrán popular "desayuna como un rey, come como un rico y cena como un pobre" tiene todo el sentido en este tipo de alimentación. Antes de conocer cómo es un día normal en una persona que sigue una dieta alimenticia de este tipo es importante tener claras varias reglas básicas: se deben respetar como mínimo cuatro comidas diarias en los horarios fijados, no hay que saltarse ninguna comida y hay que prestar especial atención a las interacciones alimentarias para que se optimicen los nutrientes que esos alimentos nos aportan.
Una vez esté claro, las diferentes comidas de una cronodieta se distribuyen de tal forma:
- Desayuno hasta las 8:00 de la mañana. Es el momento para reponer la energía tras una noche durmiendo. Así, esta primera comida del día debe tener un café con leche, una pieza de fruta, cereales y queso blanco. Si queremos, incluso se permite tomar un par de tostadas con aceite de oliva o con tomate natural y frutos secos.
- A media mañana, sobre las 11:00 horas: zumos naturales y fruta son las mejores opciones para matar el gusanillo entre horas.
- Hora de la comida: a eso de las 14:00 horas es el momento ideal para ingerir hidratos de carbono como arroz, legumbres o pasta. Platos a los que se pueden añadir patatas, guisantes, judías verdes o alcachofas, por ejemplo.
- Merienda ligera de una fruta o un yogur no más tarde de las 18:00 horas.
- En las últimas horas del día no necesitamos tanta energía, por eso nuestro cuerpo no puede quemar tantas grasas. De ahí que estén prohibidos los hidratos de carbono a estas horas. Opta por los llamados alimentos de noche para poder conciliar el sueño y antes de las 21:00 horas: pescado azul, huevos, leche, queso, pollo, marisco, lechuga, setas o ternera.
No obstante, aunque te decidas por hacer esta cronodieta u otra cualquiera, no olvides que lo que primero debes hacer es consultar a un especialista, pues no todos somos iguales y cada uno hemos de seguir unas pautas acordes a nuestro organismo.