A sus 78 años, Joe Biden hizo historia el 20 de enero de 2021: se convirtió en el presidente de Estados Unidos de mayor edad en tomar el cargo. Lo que no le diferencia de la gran mayoría de los presidentes norteamericanos es su paladar: los mandatarios estadounidenses nunca han mostrado un gusto demasiado refinado por la comida.
El claro ejemplo lo tenemos en Donald Trump, conocido por ser un auténtico fanático de la comida rápida: McDonald's, Burger King, Ketucky Fried Chicken... Tal y como comentaron los exasesores de prensa del expresidente, el magnate podría pasar 12 horas sin comer pero cuando llegaba la cena se atiborraba a esta comida tan poco saludable, quizá esto tenía algo que ver con que su peso y nivel de colesterol eran más altos que los recomendados, según afirmó Ronny Jackson, médico de la Casa Blanca.
Su predecesor republicano, George Bush, tampoco era muy exquisito que digamos. Su plato más solicitado era al más puro estilo 'yanki': la pizza cheeseburguer (pizza de hamburguesa de queso). Así es, a falta de elegir entre las dos, se comía esta bomba digestiva que consiste en amontonar todos los ingredientes que se encuentran en la hamburguesa de queso –incluidos los pepinillos, ketchup, mostaza– encima de una pizza margarita tradicional.
¿Y los demócratas?
Puede que Obrama fuera el presidente que más podía presumir de dieta saludable, a pesar de que su plato preferido sean los nachos con guacamole. Sin embargo, lo cierto es que la familia Obama era conocida por llevar una alimentación bastante sana, de hecho, se dice que Michelle Obama solicitaba que les cocinaran las verduras del propio huerto de la Casa Blanca.
Por otro lado, Joe Biden, aunque no tenga un gusto culinario tan poco saludable como sus rivales, ha reconocido en varias ocasiones que tiene una adicción a los helados. Incluso, una vez admitió que es capaz de comer más cantidad que tres personas juntas. Le pierde tanto este alimento que, en las elecciones primarias, su campaña se gastó 10.000 dólares en helados de la firma Jeni's y, antes del último debate ante Trump, subió una foto en Twitter de un helado de esta marca que llevaba mantequilla de cacahuete salada con pepitas de chocolate. "Joe Biden tiene el paladar de un niño de cinco años", dijo uno de sus asesores.
El 46º presidente de los Estados Unidos siente debilidad por las golosinas y el dulce en general: le encanta el típico sándwich americano de mantequilla de cacahuete, los batidos, las galletas con chocolate y cualquier tipo de pastel. Lo que más sorprende es que, aún comiendo todo eso, mantiene su figura tan delgada.
Además, Biden ha asegurado que, aunque esté obsesionado con el helado, su comida –más elaborada– por excelencia es la italiana. En concreto, el plato 'angel hair pomodoro': una versión muy refinada de los espaguetis con tomate. A este plato le sumamos otros que el presidente también adora: la pizza, el pollo a la parmesana, los bocadillos de la firma Capriotti's de pollo con provolone, cebolla a la plancha, champiñones y pepinillos.
El gusto culinario de otros presidentes
Junto con la popularmente llamada 'comida basura' tan demandada por Bush hijo y Trump, tenemos a otros republicanos como Nixon y su bocadillo de queso cottage cubierto de ketchup o a Ronald Reagan, que se volvión un fanático de las gominolas Jelly Belly cuando dejó de fumar. La empresa le envió toneladas y media de sus dulces en su inauguración.
El matrimonio Clinton tampoco destacaba por cuidar su alimentación. Bill Clinton y su esposa Hillary solían comer un postre llamado 'ensalada de Coca-Cola'. No es lo que parece: estaba hecho de gelatina con sabor a Coca-Cola y cerezas glaseadas negras.
El diario Daily Star recoge hasta los platos preferidos de los primeros presidentes. En el siglo XVII, John Adams no podía dejar pasar una sola mañana sin beber un vaso de sidra y, en 1881, el corto mandato de James A. Garfield estuvo interrumpido por sufrir problemas digestivos. Para mejorar su estado, los médicos le advirtieron que dejara de tomar su plato favorito: la sopa de ardilla.
Sobre el autor:
Marta Vicente
Marta Vicente Carmona es Graduada en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos y Máster de Marketing Digital y en Edición y Postproducción Digital. Es redactora especializada en temas de sociedad y salud y tiene experiencia como Community Manager.